Posibilidades de desarrollo capitalista en El Salvador

Escrito por Santiago Humberto Ruiz Granadino. Noviembre de 2009. Tomado de Contra Punto.

En El Salvador, al igual que varios países pobres del mundo, las fuerzas productivas están poco desarrolladas: el trabajo es poco calificado

SAN SALVADOR - La sociedad salvadoreña tiene una estructura económica capitalista deformada, sus partes no guardan proporción entre si, algunas de ellas muestran mucha debilidad, otras se encuentran exageradamente grandes.

Para que una economía se desarrolle y logre aumentar significativamente la producción de bienes y servicios, es necesario que se cumplan tres condiciones: las fuerzas productivas (trabajo, capital y tecnología) mejoren sustancialmente, sean mucho mas productivas; que las relaciones de producción (relaciones laborales y distribución de la riqueza generada) sean mas equitativas, es decir, que valoren el trabajo bien ejecutado, que aprovechen todo el potencial de los trabajadores y que los remuneren de acuerdo al aporte que han hecho en el esfuerzo de producción de bienes y servicios; que la economía nacional tenga relaciones mercantiles equitativas con el resto de países.

En El Salvador, al igual que varios países pobres del mundo, las fuerzas productivas están poco desarrolladas: el trabajo es poco calificado, con ninguna o deficiente organización y muy poca conciencia de clase social; el capital es relativamente pequeño, es de propiedad de unas pocas personas y se encuentra invertido principalmente en el comercio y los servicios; la tecnología de producción es atrasada y de baja productividad.

Las relaciones de producción son principalmente de sobre explotación: no se remunera adecuadamente a la mano de obra, en la mayoría de relaciones laborales  se domina a los trabajadores(as). La mayor parte de los alquileres, intereses y ganancias las obtienen las familias que son propietarias de las tierras y el capital. La estructura orgánica del capital privilegia el capital variable, es decir que se invierte más en contratar mano de obra, el capital fijo (instalaciones, maquinaria, equipo, herramientas) tiene varios años de uso y con algún deterioro. El encadenamiento productivo es muy débil, la mayoría de las materias primas utilizadas por la industria no provienen de la agricultura y la minería nacional. La economía salvadoreña produce muy pocos bienes de capital (sólo molinos de nixtamal y algunas herramientas), la mayoría son importados de los países capitalistas más desarrollados.

La economía salvadoreña depende en alto grado del capitalismo mundial.  Una parte sustancial de los ingresos de las familias de trabajadores(as) salvadoreños(as) proviene de las remesas que ellos realizan desde el exterior. En materia de tecnología dependemos exageradamente de los países económicamente desarrollados, la mayor parte de los pagos por uso de tecnología se hace a grandes empresas transnacionales en la forma de alquiler de franquicias (Coca Cola, Pizza Hut, Colgate, Bayer, etc.). Una parte significativa de nuestra producción industrial corresponde a la maquila, que es una forma de transnacionalización de la producción, en que los productos intermedios provienes principalmente del exterior y las ventas de los productos también se realizan en mercados externos. Una parte significativa de nuestras compras y ventas de bienes y servicios en otros países se encuentran concentradas en los EEUU. Dependemos cada vez más de los recursos financieros del exterior, tanto la empresa privada como el sector público.

Es posible desarrollar la economía salvadoreña utilizando un modelo de capitalismo que no sea sobre explotador y dependiente. Podemos fortalecer nuestras fuerzas productivas (trabajo calificado, capital y tecnología), hacer que las relaciones de producción y distribución avancen en la equidad y la justicia; lograr relaciones comerciales más justas con el exterior.

Para lograr este tipo de desarrollo capitalista se necesita: fortalecer la organización y conciencia de clase social de los trabajadores; impulsar la pequeña y mediana empresa capitalista, formar personas emprendedoras, aprovechar el desarrollo científico mundial y nuestra propia tecnología (ya lo estamos haciendo en la producción de bienes que compran los salvadoreños que trabajan en el exterior);  impulsar empresas públicas para la producción eficiente de bienes y servicios en actividades que la empresa privada nacional no asegure el interés social; contener un área de economía solidaria, cuya importancia aumente constantemente, en que las unidades productivas sean cooperativas y empresas de trabajadores; diversificar el origen de nuestras importaciones y el destino de las exportaciones; impulsar el ahorro y la inversión de los salvadoreños.