“El compromiso de ir al Socialismo del Siglo XXI y el comunismo debiera ocupar el debate nacional. No es lo mismo desde la oposición que en el poder y con los posibles votos tránsfugas en la Asamblea.”
Escrito por Rafael Castellanos.Martes 24 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.
Es imposible evitar este tema cuando el vicepresidente del país y dos de los líderes más importantes del FMLN firmaron la semana pasada un documento “reafirmando el compromiso de construir el Socialismo del Siglo XXI en El Salvador” en un foro en Caracas. Una semana antes, otro de los líderes más importantes del Frente declaró el objetivo del partido de hacer de El Salvador un estado comunista.
Es imposible evitarlo, porque se trataría del cambio estructural más grande en la historia del país (no necesariamente para bien) y no es lo mismo escucharlo cuando estaban en la oposición, que desde el gobierno y con una Asamblea que puede votar (incluyendo a los 12 tránsfugas) por medidas que allanen el camino.
Es impresionante que en muchos medios, esto pasa casi desapercibido o como una noticia más. ¡Grave síntoma! porque como se desarrolla ese modelo en otros países, se restringen muchas libertades, comenzando por la de prensa.
Se reconoce la franqueza de los líderes del FMLN, lo hemos dicho muchas veces, ellos no ocultan lo que quieren hacer, lo anuncian claramente, es su naturaleza. Al mismo tiempo se lamenta la falta de visión y de conciencia de los políticos que no están de acuerdo, de izquierda y derecha, de algunos medios conservadores y conductores de programas de opinión. El tema es tan trascendental, que tienen la obligación profesional de estar al tanto y llevarlo a discusión en los espacios que por hoy tienen para expresarse, ya sea que lo defiendan, lo opongan, o les sea indiferente.
Este punto es delicado, desnuda alguna superficialidad en medios y programas, lo que lleva a algo mucho más grave de ser cierto, una buena cantidad de reporteros o periodistas orgullosos de su profesión y conocedores del tema afirman que hay “menta” distribuida generosamente, que hace que plumas y programas eviten algunos temas y traten otros, favoreciendo consciente o inconscientemente el tema.
De ser cierto el rumor y la lista que dicen que circula, estamos en serios aprietos. Los medios, que deben ser el fiscalizador del buen gobierno y defensor de la libertad, tendrían adentro un serio cáncer y la democracia con ellos.
Está presente en esta desatención general el síndrome de “allí viene el lobo”, que aunque sea cierto, habiéndose repetido por décadas, no se le presta ahora que viene, la atención debida.
Al elegir presidente a Mauricio Funes y recibir civilizadamente su llegada, dimos un buen paso a ser una sociedad plural, tolerante. Por ello debiéramos estar debatiendo seria, maduramente, sin hígado, cuáles son los riesgos, cuáles las ventajas, qué significa comunismo y Socialismo del Siglo XXI, cómo les va a los países que han abrazado este último, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua...
El comunismo fracasó mundialmente, quedando descalificado como modelo económico y rechazado por el estado policial represivo, necesario para mantener el sistema, ¿en qué beneficiaría a El Salvador? Cabe preguntarse por qué los salvadoreños no emigran a Cuba o Venezuela, sino a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Pero, comprendiendo la militancia comunista de los jerarcas del partido por décadas, es lógico que al llegar al poder traten de entronizar aquello en que creen, aunque la doctrina haya fracasado.
Algunas preguntas que debieran estarse debatiendo, para conocimiento de los salvadoreños a quienes se les quiere hacer entrar en ese régimen, son:
¿En que consistiría el Socialismo del Siglo XXI en El Salvador, ya que en cada país es diferente, aunque tiene muchas premisas básicas en común?
Si el objetivo del comunismo y del Socialismo del Siglo XXI es mejorar las condiciones de pobreza de la población, ¿qué harían diferente?, ya que en todos los países en que se aplica, a pesar de tener cuantiosos recursos naturales, la pobreza ha aumentado.
La democracia representativa es una forma de gobierno que tanto el comunismo como el Socialismo del Siglo XXI no aceptan, la sustituyen rápidamente por una autocracia, utilizando diferentes estrategias, parecidas en todos los países. ¿Es esa su intención al construir el Socialismo del Siglo XXI?
La libertad de prensa es combatida rápidamente amenazando con cerrar los medios o enviando turbas a atacar a los medios que critican al régimen, ¿sería ese su comportamiento?
Una pregunta clave: El presidente Funes ganó la elección y tiene un elevado índice de popularidad por su moderación y vocación democrática, además no aprueba que los funcionarios hagan política partidaria usando su investidura. ¿Cómo visualizan su papel en este empeño?
Al menos estas preguntas debieran estar en el debate cotidiano, que pareciera adormecido en lo relevante.
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