Escrito por Ricardo A. Novoa Arciniegas. Domingo 29 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.
Que los 12 disidentes ya están actuando en forma independiente a los dictados del partido ARENA, ya se comprobó como lo habíamos anunciado en artículo anterior.
No cabe duda de que han desgastado internamente al partido, lo han debilitado como fracción parlamentaria, llamándose como se le quiera llamar, el zarpazo fue dado: “golpe avisa saca sangre y no hay justicia”. Esto se le podría aplicar a la confabulación de los 12 judas, vende patria modernos.
Sería interesante levantar una investigación para conocer realmente quién está detrás, dirigiendo este fatídico evento. ¿Cuál ha sido la cabeza intelectual o material de estos hechos? ¿Qué interés malsano ha tenido el actor? ¿Quién ha sido el generoso comprador de estas doce voluntades? Todo apunta más que a un cerebro a una entidad o institución que ha ejercido la acción de compra.
Se hace apremiante buscar las causas del “descontento interno”: ¿dónde se encuentran las fallas, que motivaron este levantamiento de voces que no están de acuerdo con la dirigencia del partido ARENA?
Hay que asumir responsabilidades, hay que detectar los errores y reconocerlos para llegar a proponer nuevas valoraciones que articularan “valoraciones separadas”; e inmediatamente después de las elecciones hubiera comenzado la búsqueda de un líder como el candidato capaz que se necesita, con mucho “carisma de popularidad”.
Haciendo memoria, después de la derrota de 1984, también un grupo de areneros se separó del partido y formó un efímero partido que no llegó a cuajar en nada. Ahora alrededor de haber transcurrido 25 años, la historia se ha repetido con la diferencia de que el desafío es más grande y complejo, ya que los 12 disidentes actuales tienen y han logrado poder en la Asamblea Legislativa, ya que Guillermo Gallegos, César García y Miguel Ahues han subido a formar parte de la directiva de la Asamblea.
ARENA por medio del COENA, tiene que evaluar seria y responsablemente la situación que está pasando el partido; debe convocar a sus bases y tomar decisiones de comprensión y apertura. Especialmente en los puestos claves del COENA, tiene que militar gente joven con vocación, para que exista un verdadero equilibrio y a trabajar se ha dicho, hay mucho por hacer.
He recibido correos de lectores, que a raíz del tema político últimamente abordado la curiosidad les ha llevado a preguntarme a qué partido político pertenezco. Con la misma responsabilidad que encierra la pregunta contesto: el problema es que creo y considero a la “política” como una actividad necesaria y fundamental para el desarrollo de un país, pero no creo en algunos “políticos”, en sus alianzas y menos en sus actuaciones. Cómo se va a tener credibilidad en los “políticos nacionales”, si a través de las campañas que hacen fijan determinada posición ante lo cual el ciudadano de buena fe les da su voto y ya en el puesto y elegidos realizan unas alianzas que todas son componenda como cuando se eligen los cargos tan importantes como es el de presidente de la Corte Suprema de Justicia, fiscal general de la República, por mencionar algunos.
Volviendo a la interrogante formulada, a ningún partido le he dado firma; pero eso sí, mis deberes cívicos desde que cumplí los 18 años de edad en todos los ejercicios electorales he dado mi voto como ciudadano independiente cumpliendo así con mi derecho al sufragio.
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