Escrito por Luis Armando González.Miercoles 25 de Noviembre. Tomado de ContraPunto.
Convertirlo en una señal no de conformismo y apatía, sino de reflexión crítica sobre los problemas que atañen al individuo y a la sociedad, al país y al mundo. Esos son las grandes metas a las que se encamina, por lo que puede advertirse, el Canal 10.
SAN SALVADOR-El Canal 10 de televisión nacional se define a sí mismo como “una señal en cambio”. Y vaya que desde hace unas semanas para acá el canal, poco a poco, ha venido cambiando su perfil hasta comenzar a ofrecer una imagen fresca, con un mayor nivel profesional y con una programación de calidad. Se entiende que apenas se están dando los primeros pasos y que, en ese sentido, quedan todavía bastantes escollos por solventar para convertir al Canal 10 en un referente televisivo nacional. Pero el camino que se está siguiendo es a todas luces el correcto.
No se tiene que perder de vista que ese camino comenzó a ser recorrido –contra viento y marea— por quienes dentro del canal supieron aprovechar los escasos espacios –unas pequeñas rendijas— que escapaban al control de quienes, desde ARENA, estaban empeñados en condenar al Canal 10 a la más completa irrelevancia.
Estos hombres y mujeres que se la jugaron, dentro del canal, para que desde el mismo se dijeran cosas importantes para la sociedad – y muchas veces sobre temas no gratos para la derecha— merecen el mayor de los reconocimientos, pues ellos y ellas demostraron, quizás sin proponérselo, que una televisora nacional no necesariamente tiene que ser oficialista, fría, gris e irrelevante.
Precisamente, a eso fue a lo que quisieron reducir el Canal 10 (y en su momento, cuando era nacional, también al Canal 8) no sólo los gobiernos militares, sino también los gobiernos de ARENA. Es estos últimos fue notable el afán de condenar el canal a la irrelevancia, sobre todo porque su principal apuesta era la promoción de los canales privados aglutinados en la Telecorporación Salvadoreña (TCS). Se tiene que decir que, con algunas salvedades, casi se salieron con la suya. Y quisieron convertir al Canal 10 en una señal del conformismo y de la apatía.
Convertir al Canal 10 en un espacio de debates socio-políticos de altura, de foros culturales, de información y análisis serios, de programas de salud que digan algo importante a los ciudadanos y ciudadanas… Convertirlo en una señal no de conformismo y apatía, sino de reflexión crítica sobre los problemas que atañen al individuo y a la sociedad, al país y al mundo. Esos son las grandes metas a las que se encamina, por lo que puede advertirse, el Canal 10.
Apoyemos sin egoísmos y mezquindades esos esfuerzos. Y felicitemos a quienes los están realizando, porque si llegan a buen puerto con sus esfuerzos dejarán una huella imborrable en la historia de la comunicación de El Salvador.
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