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2009/11/30

No se debería caer en conflictividades estériles

Lo que se tendría que estar dando es el saneamiento de la atmósfera política nacional, en vez de hacer lo contrario: contaminarla de manera irresponsable. Esto da la impresión de un despiste que, de llegar a hacerse sistemático, sería altamente nocivo para la estabilidad nacional.

Escrito por Editorial.Lunes 30 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.

En momentos en que es indispensable e imperativo que todas las energías del país confluyan hacia el tratamiento y las soluciones de los distintos problemas fundamentales que nos aquejan –como la inseguridad galopante, la recesión económica instalada y la falta de importantes ordenamientos legales e institucionales–, es totalmente inconcebible que se esté volviendo a concentrar la atención en cuestiones que derivan de la falta de claridad sobre las líneas públicas de acción y las intenciones de aquéllos que, de una u otra manera, gestionan o inciden de manera determinante en la conducción nacional.

Las ansiedades crecen cuando no se definen las cosas como se debe. Ahora, por ejemplo, desde el ámbito diplomático estadounidense se le pide al FMLN definición inequívoca sobre el tipo de relación que quiere mantener con Estados Unidos, luego de las declaraciones “antiimperialistas” que, de una manera totalmente inoportuna, viene haciendo nada menos que el Vicepresidente de la República. Y, por otra parte, algunos puntos críticos de la propuesta de reforma educativa “Vamos a la escuela”, que por hoy es un planteamiento teórico de alto contenido polémico, están despertando ya, como es natural, el rechazo de sectores de primera línea como son los medios de comunicación social, pues hay amenazas de violentar la libertad de expresión y por motivos francamente etéreos y desenfocados de la realidad actual.

Lo que se tendría que estar dando es el saneamiento de la atmósfera política nacional, en vez de hacer lo contrario: contaminarla de manera irresponsable. Esto da la impresión de un despiste que, de llegar a hacerse sistemático, será altamente nocivo para la estabilidad nacional.

Concentrémonos en lo real

Lo real son los problemas vivos, las carencias acumuladas, la desactivación económica, el déficit fiscal, los trastornos crediticios, la falta de un verdadero régimen de oportunidades para niños y jóvenes, el letargo de proyectos como el Puerto La Unión, el abandono de apuestas como la de convertir al país en un gran centro logístico, entre otros temas de igual rango. Lo irreal son los proyectos fantasiosos como el llamado Socialismo del Siglo XXI, la impotencia para procesar pruebas de reajuste como la que le urge al partido ARENA, la persistencia en mantener la interacción política en el ámbito de las imágenes acusatorias, y otras cuestiones parecidas.

Es momento aún de encauzar la discusión nacional por carriles razonables, sobre todo durante el año que viene, que es el único que podría estar cronológicamente libre de tensiones preelectorales, pues en 2011 se estará en vísperas de las próximas elecciones legislativas y locales, y en 2012, si se repite lo ocurrido en 2007, comenzarán los preparativos para las presidenciales de 2014, con toda la carga emocional que se anticipa.

Aprovechar los meses que vienen para configurar, en lo posible, un escenario de competitividad política que asegure, al menos en lo mínimo, el avance saludable del proceso nacional, resulta clave para todos. Pero desafortunadamente los signos que ahora mismo prevalecen dejan muchas dudas al respecto; y por eso señalarlo es una responsabilidad que no queremos eludir.

No se debería caer en conflictividades estériles

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