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2009/06/30

"Macrojuicio" contra pandilleros acaba con condenas de hasta 159 años

El jucio que se le seguía en El Salvador a 132 pandilleros concluyó con penas de entre 8 y 159 años de prisión por homicidio y agrupación ilícita, entre otros delitos, informaron hoy las autoridades judiciales.

30 DE JUNIO DE 2009. Publicado por La Pagina.

Un "macrojuicio" que se seguía en El Salvador contra 132 pandilleros concluyó con penas de entre 8 y 159 años de prisión por homicidio y agrupación ilícita, entre otros delitos, informaron hoy fuentes judiciales.

La decisión la adoptó ayer del lunes el Tribunal de Sentencia de la ciudad de Santa Tecla, que llevaba el proceso desde el pasado 15 de junio, dijeron a Efe las fuentes, e indicaron que los condenados, entre ellos tres mujeres, pertenecen a la "Mara 18 (M 18)", una de las pandillas más grandes del país.

Las fuentes explicaron que las sentencias corresponden a los delitos de agrupación ilícita y 7 asesinatos perpetrados en 2003, 2005 y 2007 en la ciudad de Quezaltepeque, 25 kilómetros al noroeste de San Salvador, en el departamento de La Libertad.

Las condenas abarcaron, además, el delito de proposición y conspiración para cometer homicidios.

Las víctimas eran integrantes de la "Mara Salvatrucha (MS)", considerada enemiga acérrima de la "Mara 18", o integrantes de esa pandilla acusados por los pandilleros de "traicionar" a sus compañeros.

Mario Figueroa, jefe de la "Mara 18" en esa zona, recibió la mayor condena, a 159 años de prisión, al determinarse que ordenaba y participaba en los homicidios, relató la fuente.

Otro de los sentenciados fue Alexander Pérez, quien deberá purgar 124 años de cárcel.

El tribunal declaró inocentes en este juicio a 8 de los 132 acusados, pero no recuperarán su libertad, debido a que se les siguen procesos por otros delitos.

El juicio afectaba en un principio a 138 personas, 5 de las cuales fueron desvinculadas debido a que no se logró su traslado desde los centros penales, mientras que en otro de los casos se determinó que hubo una equivocación de identidad, dijo la fuente.

Las autoridades estiman que en El Salvador existen cerca de 10.000 pandilleros, agrupados principalmente en la "MS" y "M 18", acusados de numerosos asesinatos, así como de cometer extorsiones y robos.

Las tres opciones que tuvo Honduras

Creo que hace falta una megadosis de ingenuidad para pensar que Zelaya habría aceptado su destitución. Lejos de eso, habría disuelto el Congreso, habría decretado estado de sitio.

Escrito por Joaquín Samayoa. Miércoles, 01 julio 2009. Publicado por La Prensa Grafica.

Todos creíamos que los golpes de Estado habían quedado atrás para siempre en la historia política de América Latina. Todos habríamos deseado que, en efecto, así fuera. Confiábamos en que la realización de procesos electorales más o menos transparentes, el fin del militarismo y el sometimiento de los gobernantes a la institucionalidad democrática haría completamente innecesario que algún país tuviera que considerar, menos todavía ejecutar, la remoción forzosa de un presidente electo democráticamente. Pero la historia nunca avanza en línea recta; tiene valles y crestas, tiene rupturas y retrocesos.

La captura y expulsión del presidente Zelaya provocó una reacción casi unánime de censura, pero, en realidad, es todo lo que ha venido ocurriendo en Honduras en las últimas semanas lo que debe calificarse como un retroceso de la democracia. Los hechos políticos tienen causas y antecedentes que no deben ser ignorados. En Honduras, el retroceso de la democracia comenzó con el prepotente desprecio del orden constitucional e institucional que exhibió el presidente Zelaya en su intento de perpetuarse en el poder.

Los agentes del expansionismo chavista están indignados. Ya los conocemos. Apelan a los principios democráticos solo cuando les conviene. Pero ellos no son los únicos que han censurado el golpe. Hay quienes piensan que la separación de Zelaya estaba justificada, pero debió haberse llevado a cabo sin recurrir a la fuerza militar o bajo orden expresa de un organismo facultado por la Constitución para remover al presidente. Esto último es lo que yo habría preferido; sin embargo, antes de sumarme al coro de censura, tengo que hacerme la pregunta: ¿Había realmente otra forma de hacerlo?

Creo que hace falta una megadosis de ingenuidad para pensar que Zelaya habría aceptado su destitución. Lejos de eso, habría disuelto el Congreso, habría decretado estado de sitio, habría comprado lealtades en el Ejército, habría llamado en su defensa a las fuerzas militares de la gran patria bolivariana, habría hecho cualquier cosa para sostenerse.

Todo eso le habría merecido, si mucho, una tibia y pasajera condena internacional. Hay que entender que la OEA nunca ha servido para defender la democracia. En otros tiempos fue dominada por Estados Unidos y defendió a las dictaduras militares, luego tuvo un período de absoluta irrelevancia y pasó, en años recientes, a ser dominada por Chávez para defender a las dictaduras bolivarianas. Una vez que Zelaya hubiera afianzado su poder tras un fallido intento de destituirlo legalmente, ninguno de los que están censurando el golpe habría hecho nada por ayudar a los hondureños a sacudirse a su dictador.

Las instituciones hondureñas tenían únicamente tres opciones. La primera era quedarse de brazos cruzados y permitir que las cosas siguieran su curso hasta desembocar en una situación ya irreversible de instauración de un régimen chavista administrado a perpetuidad por Zelaya. La segunda era intentar deshacerse del presidente por las buenas, lo cual le habría concedido a Zelaya el tiempo suficiente para solicitar el respaldo militar venezolano, convirtiendo a Honduras en escenario de una sangrienta guerra. Optaron por la tercera, un golpe militar sorpresivo e incruento para evitar que Zelaya consumara sus planes de perpetuarse en el poder.

A diferencia de los golpes militares de la segunda mitad del siglo pasado, la remoción forzosa de Zelaya contó con el respaldo unánime del Congreso y dejó intacta la institucionalidad del país. Seguramente ni los protagonistas del golpe ni los que hemos observado desde fuera los acontecimientos habríamos deseado que se tuviera que llegar a una acción de ese tipo, pero la política real rara vez deja margen para acciones enteramente libres de reproche.

Cualquier golpe de Estado es lamentable. Sin embargo, son los hondureños los que tendrán que enfrentar las consecuencias de uno u otro de los posibles cursos de acción y, consiguientemente, debiera permitírseles resolver su problema sin interferencia extranjera. Hay razones válidas para objetar un golpe de estado. Lo que no es correcto es el doble estándar de quienes lo censuran por lo que implica de ruptura del orden constitucional, pero guardan cobarde silencio ante otras violaciones, tal vez más graves, de ese orden que dicen defender.

El nuevo gobierno hondureño tendrá que resistir fuertes presiones exigiendo la restitución del depuesto presidente. Si no le doblan el brazo, tendrá que subsistir unos meses, hasta las elecciones de noviembre, sin reconocimientos y soportando sanciones internacionales. Ese es el precio que los hondureños pagarían por su soberanía y por haberse atrevido a poner el primer dique de contención al expansionismo chavista en la región centroamericana.

La democracia participativa

Escrito por Luis Mario Rodríguez R. Martes 30 de Junio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.

Los motivos para impulsar referéndum en Venezuela, Ecuador y Bolivia, distan mucho de los que han fundamentado las consultas populares celebradas en países como Suiza o Francia, en los que en años recientes, se consultó sobre la adhesión a la Unión Europea y el apoyo a una Constitución Europea, respectivamente. En ninguno de ellos se intentó legitimar la "perpetuidad en el poder" por parte de sus mandatarios, escondiéndose en el disfraz de la voluntad popular.

En El Salvador, cada vez es más frecuente escuchar la sustitución del concepto de democracia representativa por el de democracia participativa. En este último sistema, "el pueblo es el que manda" y por tanto, nadie, sólo los ciudadanos, son los que dictaminan el futuro de las grandes decisiones que involucran la vida y el futuro de los que votan y los que no, en las consultas que se organizan para "conocer la voluntad del pueblo" sobre aspectos como la adhesión a bloques comerciales, la reelección de los funcionarios, la reforma constitucional y otros aspectos de trascendencia nacional. Desde el plan de gobierno del entonces candidato Funes (págs. 81 y 82 del Programa de Gobierno "Nace la eperanza, viene el cambio") hasta las declaraciones públicas de los principales líderes y voceros del FMLN, incorporan la "política de participación ciudadana" en la solución de la problemática social, política y económica. Es loable la intención de los que quisieran sustituir un modelo de democracia por el otro, siempre y cuando sus aspiraciones estén basadas en el pleno cumplimiento de la ley y principalmente, en el de la Constitución de la República.

Nuestra ley fundamental permite la "consulta popular" en ocasión del impulso de la Unión Centroamericana (Art. 89). Ningún otro aspecto, entiéndase aprobación de una nueva Constitución, reelección indefinida del Presidente, adhesión a bloques comerciales como el Alba y todos los deseos que han visto cumplidos los "presidentes permanentes" del cono sur utilizando a su antojo el referéndum y financiando campañas millonarias a favor del "SI", puede ser objeto de consulta a los ciudadanos. No lo regula la Constitución y en consecuencia tampoco contamos con una ley secundaria que desarrolle los mecanismos, plazos y procedimientos para someter a la voluntad del pueblo, la toma de decisiones, que no sea la elección del Presidente y vicepresidente de la República, la de los diputados de la Asamblea Legislativa y el Parlacen y la de los alcaldes municipales, y éstas, en todo caso, a través del sufragio, por medio del elecciones transparentes y competitivas, debidamente supervisadas por el Tribunal Supremo Electoral y la comunidad internacional.

La reciente crisis en Honduras tuvo su germen precisamente en un abuso del Presidente Zelaya de la figura del referéndum, que en el caso de este país centroamericano, no sólo cuenta con arraigo constitucional, sino con el respectivo desarrollo en la ley especial del referéndum y del plebiscito. El mandatario tenía el derecho de promover una consulta popular, pero dentro del cauce del derecho y en cumplimiento estricto de lo que manda su Carta Magna. Ni él, ni otra autoridad por más que haya sido electa por el pueblo, tiene el derecho de violentar las disposiciones constitucionales y llamar "encuesta" a una consulta que tendría como consecuencia, probablemente, la autorización al Presidente para iniciar un proceso de reforma constitucional, convocando a una Asamblea Constituyente, en la que, según lo que trascendió, el gobernante pretendía incluir la reelección presidencial.

Nada justifica el golpe militar que pudimos presenciar el pasado domingo en el transcurso del día. Ni el arresto del Presidente, ni su traslado ilegal a Costa Rica, ni mucho menos la juramentación de un nuevo Presidente, en claro rompimiento del orden constitucional, son acciones que podemos avalar si creemos en la democracia y en el estricto cumplimiento del Estado de Derecho. La clara violación de la ley y la Constitución por parte de José Manuel Zelaya, así como el desacato descarado a un fallo judicial que declaró ilegal la celebración de su "encuesta" y la negativa para el reinstalo de uno de los altos jefes militares en Honduras, pudieron haber sido los fundamentos con los cuales el Congreso de este país, iniciara un antejuicio contra el Presidente y lo procesara penalmente, procediendo, entonces así, a una sustitución del mandatario, por la vía constitucional, respetando el orden jurídico y evitando volver al intervencionismo militar que tanto daño hizo a nuestros pueblos en décadas pasadas. Por eso la condena de la OEA, el respaldo de los países que integran el Sistema de Integración Centroamericana, la Unión Europea y las posibles sanciones que reciba en el futuro cercano el hermano país, tendrán que ser soportadas por todos los hondureños, debido a un inadecuado procedimiento legal para juzgar los ilícitos del señor Presidente.

Todos estos actos y las condenas al golpe de Estado en Honduras, no nos ciegan acerca del mal ejemplo que los populistas están enseñando a nuestra región. Los militares alborotaron el panal, y llevaron pesadillas a los sueños de Evo, Rafael y Hugo, quienes abusando de la consulta popular, se han perpetuado en el poder, con la suerte que en sus países, los militares no se han salido de sus casillas, haciendo valer el orden democrático, que establece la alternabilidad en el poder y el relevo presidencial. Suerte la de estos caudillos, por contar con militares respetuosos de la ley.

Micheletti dice que Zelaya sera detedino

Afirman que el gobernante depuesto intentó negociar con militares su retorno al poder, pero que éstos se negaron

Por EFE. Martes 30 de Junio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.

El nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, dejó claro ayer que si el depuesto Manuel Zelaya regresa a Honduras será detenido. Si el señor ex presidente de la República llega aquí se tendrá que enfrentar con las diferentes órdenes de captura que tiene de parte de la Corte Suprema de Justicia, de los juzgados y de la Fiscalía", manifestó Micheletti en reacción al anuncio hecho la víspera por Zelaya.

El presidente designado el domingo, tras la captura y expulsión de Zelaya por los militares, insistió en que si el presidente depuesto regresa, tendrá que "pasar a detención y serán los juzgados los que determinarán" las acciones posteriores contra él.

El fiscal general, Luis Rubí, incluso detalló que los delitos por los que hay orden de captura en su contra podrían costarle hasta 20 años de prisión.

El presidente elegido por los hondureños en 2005 para un mandato de cuatro años anunció el lunes que retornará el jueves acompañado por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y los presidentes que le quieran acompañar.

Según, Micheletti, Manuel Zelaya intentó negociar ayer (lunes), con las Fuerzas Armadas su regreso al poder, pero los militares se negaron.

"Tengo entendido que él (Zelaya) se comunicó con un alto oficial del Ejército para decirle que negociaran", pero el militar le respondió "que no tenía nada que negociar, que las cosas estaban determinadas, que había un nuevo Gobierno en el país", declaró Micheletti a una emisora local sin identificar al oficial.

Los cargos

Rubí, quien ocupa el cargo de fiscal desde hace varios meses y es miembro del gobernante Partido Liberal, expresó ayer en rueda de prensa que "una vez que (Zelaya) se plante en el territorio nacional, él va a ser detenido y puesto a la orden de los tribunales de la República".

El fiscal general explicó que el Ministerio Público investigó y formuló cargos contra Zelaya por "varios delitos" que podrían conllevar "20 años" de cárcel.

Algunos delitos de que se le acusa a Zelaya son abuso de autoridad, violación de deberes de los funcionarios y traición a la patria, entre otros, relacionados con una consulta que el depuesto gobernante intentó celebrar el domingo con la intención de instalar una Asamblea Constituyente, según el fiscal.

Rubí dijo que "el Ministerio Público desde un principio manifestó al presidente que estaba violando la ley" al promover dicha consulta, porque la Constitución no le otorga al Ejecutivo facultades para ello, sólo al Tribunal Supremo Electoral (TSE).

A Zelaya "se le siguió todo el procedimiento que establece nuestro orden jurídico", enfatizó.

"Le demostramos que había abusado del poder, volvió al país un Estado fuera de Derecho y eso es lo que vamos a acreditar" ante la justicia, remarcó.

El fiscal general aclaró que no hay "ninguna acción" del Ministerio Público contra los funcionarios del Gobierno de Zelaya, a quienes "se les garantizan los derechos y garantías" establecidos en la legislación hondureña.

Sin embargo, en el futuro podría haber acciones contra ellos "por casos de corrupción que veníamos arrastrando anteriormente", advirtió.

Rubí pidió a la comunidad internacional dejar que los problemas los resuelvan los hondureños "respetando la Constitución y las leyes".

Consciente del daño que le está produciendo el aislamiento internacional, el nuevo presidente también anunció que enviará emisarios a Estados Unidos para tratar de explicar algo que mantiene desde el domingo: que lo ocurrido con Zelaya no ha sido un golpe de Estado, sino una "sustitución constitucional".

No precisó con qué funcionarios o instituciones se entrevistarán sus representantes, pero manifestó su "fe en Dios" de que van a "recuperar la confianza de esos países" e instituciones que han condenado el derrocamiento de Zelaya.

Las dos caras de Honduras

La comunidad internacional exige la restitución inmediata del presidente Manuel Zelaya, pero en Honduras lo espera una orden de captura. Este martes, Tegucigalpa fue testigo de una masiva manifestación de apoyo al nuevo gobierno, mientras la oposición intentaba reagruparse después de los violentos enfrentamientos del lunes por la tarde. El Ejército expande su control.

Escrito por Carlos Dada, Tegucigalpa, Honduras. 30 de junio de 2009. Publicada por El Faro.

Los simpatizantes del gobierno provisional de Roberto Micheletti se manifestaron esta mañana en el centro de Tegucigalpa por miles, en una demostración inmediata de que son más que quienes protestaban hasta ayer por la tarde en las inmediaciones del Palacio Presidencial demandando el retorno del depuesto presidente Manuel Zelaya.

Los manifestantes subrayaban algunos artículos constitucionales para justificar la ruptura del periodo presidencial de Zelaya, entre ellos el artículo 3: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”. Así explicaban que, al violar la constitución y las leyes intentando imponer un referéndum para modificar la Constitución, Zelaya se ganó ser destituido.

Es el mismo artículo constitucional que ayer lunes, en las inmediaciones del Palacio Presidencial, repartían sindicalistas y organizaciones populares para rechazar el golpe de Estado y exigir la salida inmediata de las nuevas autoridades hondureñas.
Hoy, aún golpeados por la refriega de ayer que los desalojó, apenas pudieron reunir a unos cientos de simpatizantes a unas tres cuadras del palacio presidencial. Ahí seguían resistiendo, animándose por los anuncios del regreso de su presidente y repitiendo por los megáfonos que no tienen miedo, que la lucha continua. En voz baja, apuraban: “Vámonos ya, que cuando esto se vacíe pueden venir a capturarnos”.

Son dos caras de una Honduras rota por una situación extrema, tensa y desafiante, por todos los bandos. Y son dos países distintos: el que se analiza y se decide en los foros internacionales y el que se vive aquí.

Desde Nueva York, el presidente depuesto, rodeado por toda la comunidad internacional, anunció su regreso a Honduras el próximo jueves,  con la compañía de  dos presidentes latinoamericanos y el Secretario General de la OEA. La Asamblea General de la ONU exigió, igual que la OEA y los presidentes del SICA, que Zelaya sea restituido inmediatamente.

En Tegucigalpa, el presidente interino Roberto Micheletti respondió que si viene será capturado, poco antes de que el fiscal general anunciara que contra Zelaya pesan 18 acusaciones delictivas que incluyen traición a la patria, y que a partir de hoy es un prófugo de la ley.

El Ejército, ese que tiene aquí más poder que en ningún otro país del istmo, se mantiene al menos en apariencia cerrando filas alrededor de las nuevas autoridades. Después de todo el golpe culminó por la fuerza de las armas, con el rapto y expulsión, fusiles de por medio, del presidente Zelaya. “Tuvimos que sacarlo del país para evitar una insurgencia, y el mundo tiene que entender que este es un problema de los hondureños que nos compete solo a nosotros resolver”, decía hoy un capitán del Ejército, quien pidió el anonimato porque no está autorizado por sus superiores para dar declaraciones. “Zelaya violó la ley y además quería dividir al Ejército, nos quería convertir en lacayos de Chávez.”

Ese mismo ejército es el que hoy flanqueaba al presidente Micheletti, mientras en un discurso hacia sus seguidores en el centro de la ciudad, repetía que la salida de Zelaya ha restaurado la democracia. Pero hoy, él es el único mandatario en el mundo que cree eso. La comunidad internacional lo acusa, justamente, de haber violentado el sistema democrático mediante un golpe de Estado.

Adentro, la fuerza de Micheletti radica en dos factores claves: el apoyo del ejército, que permitió su llegada al poder; y el apoyo político de casi todos los partidos, que estaban ya enfrentados con Zelaya.

Honduras se encuentra en un callejón sin aparente salida: si se imponen las autoridades interinas, este país, uno de los más pobres de América Latina, sufrirá un bloqueo económico internacional, sin fondos de cooperación ni petróleo a bajos precios; aislado políticamente y con una resistencia interna que será controlada con la utilización del Ejército, como ya empieza a suceder. Si en cambio, Zelaya, acuerpado por la comunidad internacional, regresa al poder, es difícil prever cómo podrá controlar a un ejército que parece estar convencido de que la situación actual es lo que más le conviene. Este martes, Micheletti dijo que Zelaya intentó negociar con algunos militares su regreso al país, y que ellos le colgaron el teléfono.

El ejército ha vuelto a las calles en Honduras. Controla avenidas en la capital, el aeropuerto y se despliega territorialmente por todo el país.  Los teléfonos de Tegucigalpa están bloqueados o controlados desde el lunes por la mañana, cuando las tropas se tomaron las instalaciones de Hondutel, la empresa telefónica nacional, como parte del operativo para controlar todas las instituciones públicas. Desde los teléfonos de los principales hoteles no se puede hacer llamadas locales ni internacionales, y el personal de los mismos asegura que están bloqueados desde la compañía. Algunos teléfonos celulares de otros países tampoco tienen el servicio de roaming.
Una radio y tres canales de televisión fueron cerrados por el Ejército desde el domingo, incluyendo el canal 8 estatal que apenas este martes reanudó transmisiones desde el Palacio Presidencial bajo el mando de nuevas autoridades.

La información desde los canales oficiales es entregada a cuentagotas y esta mañana, en la manifestación de simpatizantes del nuevo gobierno, por el megáfono los organizadores de la marcha comenzaron a denunciar a la prensa internacional por no aplaudir el derrocamiento. Los periódicos y los canales de televisión hondureños ni siquiera informaron la decisión de los presidentes centroamericanos de aislar política y económicamente al gobierno interino.

Desde el interior del país llegaban informes de las acciones del ejército: alcaldes fieles al presidente Zelaya capturados o huyendo mientras las tropas se toman la alcaldía. Así pasó en Trinidad, donde el alcalde fue capturado a pesar de que los pobladores intentaron protegerlo, según reportó, extraordinariamente, el Canal 6 local. Así pasó en San Pedro Sula, cuyo alcalde también fue capturado por haber apoyado la consulta popular que el presidente Zelaya pensaba realizar el domingo de su captura. En Tocoa, organizaciones civiles denunciaron la captura del alcalde y de un periodista. En Yoro, una fiscal denunció la captura de varios jóvenes y cuatro heridos en circunstancias aún no aclaradas.

La fiscal Sara Aguilar denunció también que la alcaldía de Olanchito está tomada, y varias capturas en Olancho.

Se habla de líderes políticos detenidos, o perseguidos, o exiliados a la fuerza como la canciller del gobierno de Zelaya que fue secuestrada y puesta en un avión con destino a México sin que nadie le presentara una orden judicial para tal acción. “Quienes estamos en contra del golpe estamos siendo reprimidos”, dijo la fiscal.

Marvin Ponce, diputado de Unión Democrática Nacional, el partido más afín al Zelaya del último año en la presidencia, ha denunciado que el líder del partido, César Ham, tuvo que abandonar el país ante amenazas de fuerzas de seguridad. “Mi casa está siendo merodeada por policías, y yo ya saqué a mi familia”, dijo. “El domingo que invistieron a Micheletti nos buscaron para capturarnos”.

Zelaya abandonó el poder con un deterioro en sus índices de popularidad, con un poder disminuido por sus enfrentamientos con el empresariado y los políticos dominantes y con las reservas de buena parte de la comunidad internacional que veía con sospecha su discurso populista, su cercanía con Chávez y sus ambiciones de conseguir la reelección.  Hoy, derrocado, cuenta con el apoyo unánime de todos los países del mundo. Y también de aquellos hondureños que no ven con buenos ojos el retorno de los días de golpes en este país.

“El movimiento social está muy dividido, pero esta coyuntura nos ha unido”, dice Hermes Reyes, un joven miembro del Movimiento por la Dignidad y la Justicia. “No tenemos capacidad de respuesta, no podemos hacer una resistencia exitosa. Ni siquiera podemos medir lo que nos viene. No es momento de pelear”.

Golpe de Estado en Honduras

Escrito por Dagoberto Gutiérrez. Martes 30 de Junio de 2009. Publicado por Diario CoLatino.


Un golpe de Estado, germina en el seno de la sociedad como parte de la lucha por el poder político y los sectores dominantes que lo conciben siempre buscarán el uso de la fuerza institucional, para vencer toda resistencia, por eso se instrumentaliza a la Fuerza Armada, pese a esto esta institución política puede producir sus propios golpes y no siempre al servicio de la clase dominante, así las cosas esta fuerza requiere, sin embargo, de condiciones históricas adecuadas para desencadenarse y esas condiciones se perfilan en el continente.
Este acontecimiento es siempre esperable en todo Estado, en todo momento y en toda crisis política porque las Fuerzas Armadas, siendo como son, instrumentos políticos del estado, pueden desencadenar en determinadas circunstancias históricas y de acuerdo al sector social que las conduzca, el fin de un determinado orden estatal.
No conviene olvidar que nos encontramos en un momento histórico caracterizado por la derrota planetaria del Neoliberalismo; pero antes de hoy la crisis de ese modelo propicio una serie de gobiernos no militares y de distinto color ideológico que cerraron el paso al ejercicio directo del poder por los militares. En este contexto aparecen gobiernos con estabilidad y sociedades desestabilizadas. Al mismo tiempo, el capitalismo estadounidense se derrumba y el dólar pierde su peso, su influencia y su terreno internacional.
El golpe de estado del 28 de julio, expresa la aguda crisis por el poder político desatado en Honduras y cuyo motor es la irrupción del pueblo hondureño como sujeto político y la construcción de un proceso dentro del cual el poder ejecutivo, en confrontación con el legislativo y el judicial, es parte de este proceso político popular, véase aquí, la similitud con el proceso político salvadoreño.
El factor consulta popular a realizarse el día del golpe resulta ser el factor más irritante y hasta ofensivo para las oligarquías hondureñas y para sus Fuerzas Armadas. Estas fuerzas, no han llegado a ser ejércitos profesionales ni estatales y por el contrario son aun brazo armado de sus oligarquías y comparten con estas el odio, el temor y el pavor hacia el pueblo y mucho más hacia este pueblo como sujeto político, resulta que la consulta del domingo 28 erigiría a este pueblo precisamente como sujeto y detener ese ejercicio se volvió impostergable, esto y no la posibilidad de la reelección del presidente Zelaya es la almendra del golpe, porque esto es, el ejercicio de la democracia participativa que postula el artículo 3 de la constitución hondureña.
El golpe de estado concitó a los tres poderes en contra del ejecutivo, no fue solo cuartelario, sino judicial y legislativo contra el gobierno de Zelaya y cuando la Asamblea Legislativa acude al recurso de la renuncia de Zelaya para abrir paso a su inhabilitación, ofende a la inteligencia jurídica y política de la comunidad planetaria, porque apenas horas antes el Presidente de Honduras había sido sacado de su dormitorio y expulsado de su país hacia Costa Rica.
El gobierno de facto de Micheletti, choca así con la comunidad interna- cional y con todos los gobiernos centroa- mericanos, porque nadie, ni la Casa Blanca, de Washington, parecen estar dispuesto a permitir el retorno de gobiernos militares, y el golpe entonces es un test para la comunidad internacional.
El gobierno de facto se enfrenta a su propio pueblo, que apoya al Presidente Zelaya, a la institucionalidad interamericana, a la comunidad europea y a sus gobiernos vecinos. Sin embargo, una cosa es el retorno del Presidente Zelaya y otra cosa es la prosecución del proceso político que el expresa, porque si Mel regresa a la presidencia pero sin consulta popular será una historia contada desde arriba, pero si el proceso se fortalece en esta coyuntura Nacional e Internacional y dentro de ese proceso vigorizado retorna el presidente Zelaya en la cresta popular y dentro del proceso, esta será la historia contada desde el pueblo. Para El Salvador, esta es una historia cercana, muy privada y muy íntima, porque todo lo de Honduras está ocurriendo en tu dormitorio y en tu mesa de noche; al fin y al cabo el salvadoreño más importante es el hondureño más importante: Francisco Morazán.

Honduras y el "apagón" de los medios

Por la Redacción de BBC Mundo.

Los habitantes de Tegucigalpa, la capital de Honduras, han estado sujetos a un vacío de información durante el desarrollo del golpe de Estado en ese pais.

"CENSURA"

Soldados en la Casa Presidencial en Tegucigalpa. Foto tomada el 29 de junio

Las fotos que ilustran esta nota fueron enviadas por un periodista hondureño que trabaja de forma "clandestina" debido, dijo, a la censura impuesta en el país.

Las señales de radio y televisión estatal, así como de otras cadenas internacionales privadas, fueron suspendidas temporalmente.

Al mismo tiempo, se denunciaron agresiones en contra de periodistas e instalaciones físicas de medios de comunicación.

"Estamos desinformados y llenos de rumores", dijo a BBC Mundo, Maritza Henriquez, quien trabaja como gerenta de la ONG Christian Aid en Tegucigalpa.

La poca información que tenían los hondureños sobre lo que ocurría el lunes en el país circulaba de boca en boca.

"Como nos han quitado hasta la luz, tratamos de ver de dónde podemos obtener información de lo que pasa. Algunas personas van y encienden sus vehículos para poder escuchar algunas noticias. El domingo no hubo energía todo el día", dijo Henriquez.

El periodista hondureño Manuel Torres señaló a BBC Mundo que hay una censura muy fuerte de los medios de comunicación.

"Si usted enciende las radioemisoras hondureñas, lo que informan es mínimo con respecto a lo que realmente está aconteciendo. Casi toda la gran prensa del país se ha dedicado a entrevistar a los nuevos funcionarios".

Y añadió: "La tendencia en los medios de comunicación ha sido tratar de imponer el criterio de que lo ocurrido el domingo no fue un golpe de Estado, sino que simplemente fue 'un cambio de gerencia'".

Radio, en la mira

En su página de internet, Radio Globo Honduras denunció que un comando militar tomó por asalto las instalaciones de la radio y sacaron del aire la señal en las horas que siguieron al golpe de Estado.

Soldados en la Casa Presidencial.

Algunas radiodifusoras acusaron a miembros del ejército de haber tomado sus instalaciones físicas.

"En la actualidad, y después de negociaciones con los militares, la radio reabrió sus operaciones pero bajo una serie de condiciones que limitan la libertad de expresión en el país", subrayó el gerente propietario de la radiodifusora.

El organismo Reporteros Sin Fronteras informó que, afuera de la capital, cuatro horas después de producirse el golpe, unos 25 militares invadieron los locales de Radio Progreso, una emisora perteneciente a la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER).

"Radio Progreso, ahora en el punto de mira de los militares, todavía no ha decidido cuando reanudará su programación".

Radio Globo Honduras había señalado en su cobertura que el 95% de los medios nacionales dejaron de emitir cualquier tipo de información sobre el golpe de Estado.

Sin señal

La Sociedad Interamericana de Prensa emitió un comunicado manifestando su preocupación por la crisis política y "las limitaciones a la libertad de información" en Honduras.

Manifestantes en Tegucigalpa. Foto tomada el 29 de junio

La información que tenían los hondureños el lunes circulaba de boca en boca.

Enrique Santos Calderón, presidente de la SIP, se refirió a "la suspensión temporal de las señales de radio y televisión estatal, así como de otras cadenas internacionales privadas, y varios hechos y agresiones registrados en contra de periodistas e instalaciones físicas de algunos medios de comunicación".

Según la SIP, después de consumarse la destitución del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y decretarse un toque de queda nocturno por 48 horas, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) prohibió a empresas de canales por cable la emisión de sus señales.

"Por esta medida habrían sido afectadas la recepción de las transmisiones de CNN Español, Telesur y Cubavisión Internacional. Anteriormente se conoció que la radio y televisión estatal fue suspendida durante varias horas".

La SIP también destaca que periodistas y fotógrafos fueron "agredidos e insultados", según medios hondureños, por grupos opuestos a la destitución de Zelaya.

"En San Pedro Sula, el diario Tiempo informó que efectivos militares visitaron sus instalaciones y las de Canal 11 en esa ciudad y habrían ordenado el cese de trasmisiones con declaraciones de funcionarios del destituido gobierno de Zelaya", señaló la SIP.

Demanda Ban Ki-moon reinstalación de Zelaya en Honduras

Por Notimex. Publicado por Granma Internacional.

NACIONES UNIDAS.— Los dos funcionarios de mayor rango de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresaron hoy su total apoyo a las instituciones democráticas en Honduras y condenaron la expulsión del presidente constitucional Manuel Zelaya.

En un comunicado, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, llamó a reinstalar al líder hondureño elegido democráticamente y a que se respeten los derechos humanos en esa nación, en especial los de la familia y el gabinete de Zelaya.

Ban llamó a los hondureños a solucionar sus diferencias pacíficamente en un espíritu de reconciliación y reconoció los esfuerzos diplomáticos de la Organización de Estados Americanos, cuyo Consejo Permanente se reunió ayer domingo.

Asimismo, confió en lograr una solución pacífica a la crisis por medios democráticos y expresó que la ONU está lista para asistir en la resolución del conflicto en ese país centroamericano.

Por su parte, Miguel D Escoto, presidente de la Asamblea General de la ONU, condenó de forma clara y categórica la acción del ejército de Honduras.

Además, D Escoto convocó este lunes a una reunión extraordinaria del organismo a su cargo para que los Estados miembros de la ONU expresen su posición sobre los acontecimientos en la nación centroamericana.

ARENA: Funes debe verse en el espejo de Manuel Zelaya

Donato Vaquerano, jefe de fracción legislativa de ARENA externó que los gobernantes no deben de ser autoritarios, sino que deben cumplir el juramento que hacen a la hora de tomar posesión.

Escrito por Raúl Méndez. 29 de Junio de 2009. Publicado por La Pagina.

La fracción legislativa del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), dijo que el presidente salvadoreño, Mauricio Funes debe verse en el espejo del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, quien fue depuesto por militares de su país y enviado al exilio en Costa Rica, por tratar de reformar las leyes en busca de una reelección.

“Funes debe de tener un espejo con el que se puede ver con el presidente Mel Zelaya", dijo Vaquerano en una conferencia en el palacio legislativo, en la que estuvo acompañado de los miembros de la bancada arenera.

Asimismo, añadió que los gobernantes no deben de ser autoritarios, sino que deben cumplir el juramento que hacen a la hora de tomar la posesión.

Vaquerano, considera que los presidentes deben cumplir las leyes de la república y cumplir el orden constitucional de la república”.

El parlamentario de derecha, dijo que la fracción de su partido es solidaria con la situación que está viviendo el pueblo de Honduras, luego de la destitución del mandatario hondureño que fue depuesto por un grupo de militares y enviado al exilio a Costa Rica.

Donato Vaquerano, manifestó que como grupo parlamentario no están de acuerdo con que se haya roto el orden constitucional del vecino país, al quitar a un presidente democráticamente electo.

“Eso, definitivamente, como demócratas no lo podemos apoyar”, advirtió.

Sin embargo, el político expresó que se debe analizar muy a profundidad la problemática que se ha dado en Honduras, ya que habría que ver si la Constitución de la República, les permite a los honduerños separar a su presidente en la forma en que se dio.

El presidente Manuel Zelaya fue depuesto el domingo por militares de su país que lo trasladaron de forma obligatoria hacia Costa Rica.

El caso hondureño dejará muchas lecciones

Se dará sin duda un pulso entre la situación interna y la presión externa. De cómo se resuelva en definitiva este pulso dependerá cómo salgan de esta prueba todas las fuerzas envueltas en el caso.

Escrito por Opinión.Martes 30 de junio de 2009. Publicado por La Prensa Grafica.

El pasado domingo, el Presidente Zelaya fue sacado violentamente de Honduras por un operativo militar. El Congreso, ese mismo día, lo sustituyó en forma unánime, nombrando como mandatario al Presidente del mismo Congreso. El antecedente había sido el tozudo empeño presidencial de llevar a cabo una “consulta” pública, en las urnas, sobre la eventual convocatoria de una Constituyente, a lo cual se oponían prácticamente todos los poderes establecidos. En el camino, el Presidente había entrado en conflicto con las Fuerzas Armadas, al destituir al Jefe del Estado Mayor Conjunto. La Corte Suprema restituyó al militar en su puesto. El sábado, Zelaya dio por superado lo peor de la crisis. En la madrugada del domingo, era expulsado por la fuerza.

La sucesión de los hechos es un catálogo de acciones que lindan con lo absurdo. ¿Cómo pudo pensar Zelaya que podía hacer prevalecer su omnímoda voluntad contra todos los otros poderes, sin el apoyo de ningún partido, ni siquiera el suyo, y luego de provocar gravemente al mando militar? ¿Qué hizo la institucionalidad, aparte de pronunciamientos, para resolver efectivamente semejante crisis? ¿Qué seguridades tuvieron las Fuerzas Armadas para actuar como lo hicieron, aparentemente sin medir consecuencias estratégicas?

Ha quedado en evidencia que el presidencialismo desbordado es un riesgo real, aunque en algunos países latinoamericanos se pueda creer lo contrario. Ha quedado en evidencia que la institucionalidad no es fuerte por sí misma: tiene que desarrollar mecanismos de eficacia en momentos de crisis. Ha quedado en evidencia que el poder militar sólo está debidamente bajo control cuando la institucionalidad le sirve de freno y se frena a sí misma.

El factor internacional

Ahora el caso hondureño se mueve en dos escenarios, que medirán fuerzas de inmediato. Internamente en Honduras, parece que las cosas van entrando en una fase de control por lo que dominan la situación, aunque esto también pudiera ser un espejismo momentáneo. Externamente, el repudio internacional por lo que ha pasado se ha manifestado hasta ahora con clara unanimidad, pero falta por ver cuáles serán los efectos reales de esta actitud.

En los tiempos que corren, nadie puede ser ajeno a los entornos en que se mueve. Una condena internacional como la que se nota en estos momentos pareciera conducir a un aislamiento total, si no pueden operar mecanismos que por la vía del entendimiento le busquen vías de reversión a la crisis. En otras palabras, también está en juego la efectividad de la presión internacional, dentro de los márgenes diplomáticos y políticos. Se dará sin duda un pulso entre la situación interna y la presión externa. De cómo se resuelva en definitiva este pulso dependerá cómo salgan de esta prueba todas las fuerzas envueltas en el caso.

Pasado el primer momento de las reacciones y las condenas, tendrá que venir el momento de los resultados. La situación se ve difícil de resolver satisfactoriamente, porque en la interioridad de Honduras justamente lo que llevó al estallido fue la imposibilidad de acercar posiciones ni siquiera en lo mínimo. Y externamente tampoco hay formas preestablecidas para sentar soluciones en casos como éste.

Cúpula empresarial respalda a Micheletti

Empresarios afirman que en Honduras no hay golpe de Estado, sino una “destitución judicial” producto de la “desobediencia” de Manuel Zelaya a la Constitución.

Escrito por Keny López/Lourdes Quintanilla .Martes 30 junio 2009. Publicado por La Prensa Gragica.

Esto no es un golpe de Estado, creemos que fue una destitución judicial que se llevó a cabo por la desobediencia del ex presidente Manuel Zelaya.” Benjamín Bográn, director ejecutivo de COHEP

Para la ronda prevista el 6 de julio, frente a esta situación que está afectando a toda Centroamérica, encontramos muy difícil que se pueda concretar.” Rigoberto Monge, negociador salvadoreño del AA con UE

La cúpula empresarial hondureña enfatizó su respaldo al nuevo gobierno de Honduras, dirigido por Roberto Micheletti, y aseguró que el movimiento que se ha gestado en esa nación no es un golpe de Estado, sino una muestra de inconformidad de los hondureños a las imposiciones del presidente Manuel Zelaya.

“Lo que creemos es que esto no es un golpe de Estado, creemos que fue una destitución judicial que se llevó a cabo por la desobediencia del ex presidente Manuel Zelaya a las diversas órdenes judiciales emitidas por los diversos juzgados de Honduras”, afirmó Benjamín Bográn, director ejecutivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).

Bográn agregó que el cambio de gobierno y la destitución de Zelaya se han hecho en el marco de la ley. “Creemos que fue una destitución judicial que se llevó a cabo por la desobediencia del ex presidente Manuel Zelaya a las diversas órdenes judiciales emitidas por los diversos juzgados de Honduras”, afirmó el empresario, en referencia al empeño de Manuel Zelaya de realizar una consulta popular para que la población definiera si en las elecciones de noviembre se ponía una urna para convocar a una constituyente.

Dicha consulta había sido declarada ilegal por el Poder Judicial y por el Congreso de Honduras, pero aun así Zelaya insistió en hacerla el domingo pasado, cuando fue destituido de su cargo como presidente de la nación.

Bográn reiteró que si se tratara de un golpe de Estado “no estarían operando normalmente los tres poderes del Estado” (el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial), ya que cuando hay un quiebre constitucional, los militares asumen los poderes totales y esto no ha sucedido en Honduras.

Rechazo sin sustento

El líder empresarial sostuvo que el rechazo internacional que enfrenta el gobierno de Honduras no tiene sustento, e indicó que los países que han desaprobado el nuevo mandato “están desinformados de que Honduras ha seguido su propio proceso de ley”.

Agregó que la misma Organización de Estados Americanos (OEA) conocía el malestar que causaban los planes de Zelaya de hacer una consulta pública.

“El mismo Insulza sabía del malestar que en el país estaban causando las acciones del presidente Zelaya, él mismo en la sede de la OEA en Honduras ya había tenido un plantón público en contra a la intervención o el apoyo de la OEA a la pretendida encuesta que quería llevar a cabo el señor Zelaya que había sido declarada ilegal”, acotó.

Bográn se mostró convencido de que el proceso de cambio de gobierno no será revertido y que los países amigos deben respetar la decisión del pueblo hondureño, incluyendo al presidente Manuel Zelaya: “El mismo presidente Zelaya si siente que han vulnerado sus derechos tiene derecho a remitirse a los tribunales de justicia de Honduras”.

País aislado

Los presidentes de Centroamérica y República Dominicana acordaron ayer en Managua, Nicaragua, aislar política, económica y comercialmente a Honduras hasta que se restituya en sus funciones a Zelaya.

En específico, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, que integran junto a Honduras el llamado CA-4, anunciaron el cierre del comercio con el vecino país por un plazo de 48 horas.

Las medidas fueron aprobadas por los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que integran Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Belice, Honduras y República Dominicana, durante una reunión extraordinaria en Managua.

Se instruye “a los directores (representantes) de los países del SICA ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) suspender de forma inmediata todos los préstamos y desembolsos a Honduras”, indica la resolución leída por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

La medida generó malestar entre el sector privado. Para Nelson Vanegas, presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresarios de Transporte de Carga (ASETCA), el cierre de las fronteras representa un golpe duro para el comercio, ya que representa pérdidas adicionales al sector, que ya ha sido golpeado por la crisis económica internacional.

“Estas son medidas que antes se debían consultar con nosotros, los empresarios de transporte de carga, porque somos los primeros afectados”, dijo el presidente de ASETCA.

Vanegas señaló que hasta ayer por la mañana el volumen de la mercancía que se estaba transportando hacia Honduras había disminuido y que los camiones que pasaban eran custodiados al pasar por el punto fronterizo de El Amatillo.

La batalla anacrónica de Tegucigalpa

El ejército hondureño llenó a Tegucigalpa de imágenes de los años 80. Elementos policiales y militares se enfrentaron violentamente con simpatizantes del depuesto presidente Manuel Zelaya en las inmediaciones del Palacio Presidencial. En Managua, los mandatarios centroamericanos acordaron bloquear al gobierno de facto hondureño.

Escrito por Carlos Dada. 29 de junio de 2009. Publicada por El Faro

A las dos y media de la tarde comenzó la batalla. Unos dos mil manifestantes que se encontraban frente al palacio presidencial desde el domingo, exigiendo el retorno del presidente constitucional Manuel Zelaya, comenzaron a recibir gases lacrimógenos desde un costado.  Los manifestantes, adueñados de la avenida Juan Pablo II de Tegucigalpa, respondieron con las armas que tenían: piedras. 

“La agresión fue una orden directa de Micheletti”

El Faro conversó con nuestro enviado especial en Tegucigalpa, Carlos Dada, quien estuvo en los alrededores del palacio de gobierno en el momento en que el ejército y la policía arremetieron contra varios manifestantes que protestaban contra el golpe de Estado asestado al presidente constitucional Manuel Zelaya. Esta entrevista fue hecha a las cinco de la tarde, mientras Dada aún se encontraba en las cercanías de la casa presidencial hondureña.

El primer herido de la tarde, un muchacho que aún no alcanza la mayoría de edad, fue trasladado en una camioneta con el tobillo sangrando. “Me dispararon”, alcanzó a decir. “Me dispararon”. Algunos seguidores de Zelaya comenzaron a reventar los cristales de los negocios instalados frente al Palacio Presidencial, cerrados desde el domingo del golpe pero que habían sido respetados hasta entonces. Una venta de donas y un banco estrenaron la tarde.

Un hombre con una pequeña herida en la pierna mostró dos botellas de gases lacrimógenos como prueba de la agresión de las fuerzas de seguridad. “Secuestremos a dos policías y los pijiamos, así se van a calmar”, gritó. Pero los gases siguieron lloviendo desde el costado este de la avenida.

Por unos megáfonos, un líder sindical anunciaba que dos batallones del ejército se habían rebelado al oriente del país apoyando a Zelaya. A los que tenía enfrente, custodiando el palacio, los llamó a rendirse. “Y vénganse con sus armas si pueden, que aquí las vamos a usar.”

Diez minutos después, a las tres de la tarde, unos 200 policías antidisturbios al frente de un pelotón de soldados se vinieron con sus armas desde el otro costado, pero no a rendirse. Entraron de lleno, lanzando gases y golpeando con las macanas a quienes encontraban a su paso; hicieron varios disparos; y los manifestantes comenzaron a correr.

Katlyn Sierra, socorrista de la Cruz Roja, levantó en su ambulancia a 50 heridos. Los soldados se desahogaron con saña golpeando a diestra y siniestra. Amenazaron periodistas y avanzaron cargando contra los manifestantes. A dos motociclistas los agarraron a palos, hasta que un policía se acercó y les ordenó que dejaran de golpear. A una señora, con cámara de video en mano, le dieron persecución hasta que la alcanzaron para  recordarle, fusil en mano, que no es correcto filmar a las Fuerzas Armadas, y menos en un país en el que el día anterior dieron un golpe de estado.

Los manifestantes resistieron con lo que pudieron. A su paso, en la retirada, aprovecharon las piedras para romper los cristales de varios negocios, y según información no confirmada de tropas del ejército en el lugar, saquearon al menos un supermercado. En medio de aquel campo de batalla, los heridos corrían por todos los bandos. Un policía regresaba apoyado en dos soldados, con la cara chorreando sangre. Un manifestante recibía una pedrada que los policías regresaron y que le abrió la cabeza. Dos soldados gritaban “abran paso que tenemos siete heridos”.  A su paso, varios periodistas también resultaron heridos o golpeados.

El único tranquilo parecía ser un mayor del Ejército que sólo se identificó como Barahona. Esperaba al otro lado, justo por donde los manifestantes huían, sólo para darles consejos: “Échese agua en la cara para que no le irriten los gases… Vayan por este lado, que está más tranquilo”. Barahona lucía tan inofensivo, y tan seguro, que nadie le decía nada. Aquellos manifestantes enardecidos, mojados por los chorros de agua y coloreados por los chorros de pintura roja que dispararon los antimotines, clamando venganza y con ganas “de romperles el cráneo a estos hijos de puta”, a Barahona le daban las gracias. Uno, ya en plena catarsis, le comenzó a gritar con lágrimas en los ojos: “¿Por qué no les decís que nos defiendan a nosotros? ¡Somos hermanos por la gran puta!”. Barahona, sin inmutarse, sólo le respondió: “Ahí a la vuelta hay agua. Échese rápido porque ya anda los ojos muy irritados”, y comenzó a caminar. Arriba, aún, en la Juan Pablo II, sus compañeros de armas tenían órdenes de reprimir para despejar la zona. Varios alcanzaron a refugiarse en el estacionamiento del hotel Marriott, pero pronto vieron que se habían metido en una ratonera sin salida. Los soldados entraron a golpear, sobre todo a señoras que eran las que más habían entrado.

La avanzada se estancó en una avenida contigua, hasta donde habían logrado desplazar a los manifestantes. Ahí se alargó el intercambio de piedras contra gases, y siguieron sonando disparos.  A las siete de la noche, luego de casi cinco horas de hostilidades, los enfrentamientos habían terminado y Tegucigalpa vivía la resaca de una batalla que retornó a este país a los años ochentas.

El nuevo gobierno

Una hora antes de que todo estallara, el nuevo presidente interino, Roberto Micheletti, juramentó en el Palacio Presidencial a su nuevo gabinete. Dio pocas declaraciones, con la sonrisa puesta a manera de constante. “Gobernaré Honduras pese al rechazo internacional”, dijo y anunció la formación de una comisión de ex cancilleres para cabildear con la comunidad internacional y convencerlos de que el golpe de estado ha sido una respuesta necesaria para imponer la ley y la Constitución.

Hasta ahora, ningún país del mundo ha reconocido al nuevo gobierno, y este mismo lunes los presidentes centroamericanos -Zelaya incluido- reunidos en Managua, Nicaragua, acordaron aislar política y económicamente a Honduras hasta que el depuesto presidente sea restituido en el poder. La OEA ha exigido también la restauración inmediata de Zelaya, y ha sido una exigencia reivindicada por todos los mandatarios del continente. El nuevo gobierno hondureño está solo.

El recién juramentado canciller, Enrique Ortez Colindres, calificó de falsas las informaciones que dan cuenta del rechazo de la comunidad internacional. “Aquí no hay crisis”, dijo a este periódico. “Nadie nos ha condenado ni nos va a condenar, ¿De dónde saca usted esa información? Eso es completamente falso. Ya hemos hablado con los embajadores y están gustosos de reunirse con nosotros”. 

La diputada liberal Marta Elena de Castro, que se perfila ya como la nueva vicecanciller de la Honduras paria, fue un poco más realista. “La reacción de la comunidad es terrible, pero lógica. Tenemos que hacerles comprender que tomamos esta medida por razones humanitarias, porque el expresidente Zelaya venía sublevando a la gente para violar la ley.”

Y tras juramentar a cinco miembros del nuevo gabinete, el presidente interino Micheletti dictó su primera orden ejecutiva: sacar a las tropas para desalojar a los manifestantes. Así lo confirmó horas más tarde su Secretario de Prensa, también juramentado en esa ceremonia, René Zepeda: “Ha sido una acción ordenada por el poder civil”, dijo.

La información sobre lo que sucede en Honduras es escasa e incierta. En plena manifestación, un policía aseguraba que siete compañeros suyos habían muerto en San Pedro Sula, pero nadie lo confirmaba hasta el cierre de esta nota. Las televisoras internacionales, bloqueadas por orden del ejército durante el domingo y buena parte del lunes, no informan a los hondureños porque no las pueden ver. Y los medios locales, los que siguen abiertos y trabajando, se dedican solo a transmitir y magnificar la versión oficial.

En medio de la batalla de Palacio Presidencial, autoridades policiales y del ejército ingresaron al Hotel Marriott y detuvieron a un periodista de Associated Press, Nicolás García, y a su esposa, una periodista de Telesur. La rápida acción de la prensa internacional denunciando el hecho permitió su liberación por la noche.

La escasa información en Honduras ha desatado una serie de rumores que corrían hoy desde tempranas horas. Cuando el plantón frente a Casa Presidencial todavía parecía tranquilo y estable, un hombre que se identificó como el primo de Manuel Zelaya aseguró por megáfono que el presidente regresaría por la tarde de Managua, Nicaragua, para reinstalarse en el poder, mientras otros, desde tribunas similares, advertían la llegada inminente del presidente venezolano, Hugo Chávez, y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa. 

Desde Managua, Zelaya anunció que regresará a Tegucigalpa el próximo jueves, para recuperar el poder. Fuentes informativas aseguraban que la administración del presidente estadounidense Barack Obama trabaja activamente para reinstalar a Zelaya en el poder.

“La comunidad internacional está desinformada y no saben lo que ha ocurrido”, decía el Secretario de Prensa, René Zepeda, apenas diez minutos después de tomar posesión. “El presidente Zelaya quiso estar por encima de la ley.”

Espinal afirma que apoyo internacional desarticuló golpe de Estado en Honduras

TeleSUR . Martes 30 de Junio de 2009. Publicado por Diario CoLatino.

El embajador de Honduras en Venezuela, Germán Espinal Zúñiga, destacó este lunes que el golpe de Estado ejecutado el domingo contra el presidente constitucional Manuel Zelaya "está desarticulado y no ha podido completarse".

En entrevista exclusiva a teleSUR, el diplomático explicó que gracias a la declaración hecha por los bloques de países latinoamericanos y del Caribe que se reunieron este lunes en Nicaragua, fue contundente y obliga al gobierno de facto instaurado en Honduras a rendirse y devolver el hilo constitucional a esta nación.

Agregó que gracias a esas posiciones el presidente Zelaya reforzó una coraza y lo constituyeron en un hombre democrático.

Respecto a la represión policial a los manifestantes que reclaman la vuelta a poder de Zelaya, llamó al líder del Gobierno de facto a reflexionar y advirtió que los "actos de brutalidad" cometidos pudieran abrir un juicio por violaciones de lesa humanidad a nivel internacional.

Asimismo reclamó el cerco mediático que se mantiene en Tegucigalpa para que la prensa extranjera no transmita lo que sucede en la ciudad, y pidió disculpan en nombre del Gobierno legítimo de esa nación a la periodista de teleSUR, Adriana Sívori, por las agresiones de las que fue víctima por parte de la Fuerza Armada.

También anunció que los movimientos sociales y varios sectores de la población en todo el territorio hondureño empiezan a organizarse para trasladarse a la capital y acompañar a Zelaya que llegará el próximo jueves, tal como lo anunció en Nicaragua.

"Muchas caravanas, todas la organizaciones de los estados y territorios se están organizando para el jueves (...) esto es motivo de mucha satisfacción para la democracia", expresó.

Este lunes en Managua, se reunieron todos los mandatarios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) la mayoría de los presidentes de las naciones integrantes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y 12 de los 24 jefe de Estado del Grupo de Río.

El presidente Zelaya fue invitado a este encuentro para rechazar el gobierno instaurado por Roberto Micheletti, tras el golpe de Estado.

Zelaya anuncia que volverá a Honduras acompañado de Insulza

TeleSUR. Lunes 29 de Junio de 2009 . Publicado por Diario CoLatino.

El presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, anunció este lunes que regresará el jueves a su país para terminar su mandato luego de realizar el viaje a Estados Unidos atendiendo la invitación del presidente de la Asamblea General de  Naciones Unidas, Miguel D'Escoto. Viajará acompañado del secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza y una comisión de retorno.
“Voy a cumplir mi mandato de cuatro años, estén ustedes -los golpistas- de acuerdo o no”, precisó Zelaya. El presidente de Honduras viajará este martes a Estados Unidos por invitación de Miguel D'Escoto.
“Regresaré por voluntad propia con la protección de Cristo y el pueblo. Regresaré a mi país, y le pediré a la OEA que me acompañe y acepto el ofrecimiento de quienes me quieran acompañar, es por invitación del Jefe de Estado y no por injerencia de asuntos internos”, afirmó.
Zelaya manifestó que el golpe de Estado del cual fue objeto el pasado domingo representa un “retroceso a la época en que se gobernaba bajo la fuerza en América Latina y representa un desconocimiento a las luchas por las conquistas de los valores sociales de la región”.
Agregó que los sectores que los secuestraron y sacaron a la fuerza del poder “pretenden negar el acceso a la grandes mayorías de la población a un futuro mejor”.
Zelaya afirmó que existen sectores que se niegan a aceptar el concepto de participación ciudadana para mantener sus cuotas de poder.
“No podemos permitir que la fuerza bruta vuelva a imperar sobre la razón. Tenemos que volver a empezar o simplemente nos volvemos a humillar y sucumbir ante la fuerza”, dijo.
Zelaya informó que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lo telefoneó este lunes para transmitirle su apoyo contra el golpe militar que lo sacó del poder en Tegucigalpa.
El mandatario brasileño transmitió al gobernante su convencimiento de que la intensa actividad diplomática puesta en marcha en el continente podrá restituirlo en el cargo.
Esta mañana Lula había defendido ante los medios de comunicación “el aislamiento de Honduras, mientras no tenga un presidente democráticamente electo”.
“No podemos permitir que en pleno siglo XXI tengamos un golpe militar en América Latina. Es inaceptable. No podemos reconocer al nuevo Gobierno. Tenemos que exigir el regreso del Gobierno democráticamente elegido”, afirmó.
Durante la reunión se conoció que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, llamó a su embajador en Tegucigalpa,  medida que también fue adoptada  por los gobiernos de Brasil y de México.

Zelaya se convierte en víctima

Escrito por Rodrigo Chávez. Lunes 29 de Junio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.

El reciente golpe de Estado en Honduras ha victimizado al presidente hondureño, Manuel Zelaya, y lo ha convertido en un símbolo de la democracia de ese país. Esto es algo increíble ya que, durante la mayor parte de su gobierno, Zelaya se había dedicado a hacer alianzas con regímenes autoritarios como lo es el gobierno de Venezuela y a diseñar un plan para reelegirse, mediante consultas populares y reformas constitucionales.

En ese sentido, Zelaya estaba imitando a una de las peores tradiciones de América Latina: el caudillismo, el cual personaliza el poder público en un máximo líder. Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, y recientemente, Hugo Chávez en Venezuela, son ejemplos palpables de lo fuerte es que es el caudillismo en la cultura latinoamericana. Dicho caudillismo se mezcla, generalmente, con un nacionalismo desmedido, que se utiliza para justificar una enorme corrupción, una concentración de poder y un debilitamiento de las instituciones y de la democracia.

Esto es claramente una receta para el atraso económico y para el autoritarismo y es el camino que llevan países como Venezuela y Ecuador. Sin embargo, esta era la propuesta que Manuel Zelaya tenía para modernizar a Honduras y por ello, recibió el rechazo de los dos partidos políticos más grandes de ese país, incluyendo de su mismo partido, del Poder Judicial, de la sociedad civil y del Poder Legislativo.

Honduras tiene una tradición democrática bastante fuerte y ha realizado alternancias en el poder de manera habitual por más de 20 años. Además, la clase política hondureña ha sido muy clara en oponerse a los intentos de reelección de sus distintos expresidentes, lo cual demuestra una enorme madurez política.

La clase política hondureña ha reconocido que, en América Latina, los mandatarios necesitan claros límites a su autoridad, ya que la cultura política latinoamericana es bastante propensa a enormes excesos.

Sin embargo, a pesar de tener una agenda caudillista, no se puede justificar el golpe de Estado contra Manuel Zelaya. Las democracias tienen mecanismos bastante claros de cómo se debe enfrentar a un presidente que comete delitos o que se extralimita en el poder, tales como el antejuicio.

Pero claramente un golpe militar no es la manera democrática de limitar los poderes de un presidente y por eso, el gobierno surgido de dicha acción merece ser repudiado por toda la comunidad internacional, incluyendo a El Salvador.

Por eso, el golpe de Estado del domingo 28 de junio convierte a Zelaya en una víctima de un acto arbitrario de las fuerzas armadas hondureñas y lamentablemente, hará que la comunidad internacional se olvide, por lo menos por un tiempo, de los intentos que realizó para perpetuarse en el poder.

Cuidan los derechos humanos de criminales, no de víctimas

No tenemos claro si el Presidente Funes aprueba esas medidas pues fue gracias a la libertad de expresión que gozó durante sus más de 20 años como entrevistador, que llegó a la presidencia,

Editorial de El Diario de Hoy. Lunes 29 de Junio de 2009.

Para detener el aterrador incremento de la delincuencia --día a día son asesinadas doce o más personas-- el Ministerio de Seguridad ha encontrado la fórmula eficaz: prohibir que se hable de ello, proteger los "derechos humanos y la presunción de inocencia" de los capturados e informar sólo de las labores de prevención y propagandísticas que lleven a cabo "elementos" de la PNC. Cuando los arrojados "elementos" de la PNC rescaten un gato del tejado o siembren plantitas en los alrededores del redondel Masferrer, se invitará a todos los medios a cubrirlo. Pero nada más.

Lo que haga la policía, los crímenes y barbaridades que se cometan, la captura de estafadores, extorsionistas, homicidas o mulas del narcotráfico son informaciones de la exclusiva propiedad del señor Ministro y sus allegados. La gente no tiene derecho a conocer lo que sucede en el país, a menos que la generosidad del señor Ministro lo permita. Que en San Juan Nonualco masacren a una familia entera no es asunto que interese a los vecinos de San Pedro Nonualco, la ciudad más cercana. Eso permitirá al señor Ministro y al gobierno decirle a la gente de que "la criminalidad está disminuyendo" sin que nadie tenga datos para dudarlo.

Por si no se han dado cuenta los ciudadanos, en adelante habrá dos clases de salvadoreños: los pertenecientes a las élites partidistas que deciden lo que podemos saber y lo que no debemos conocer, y el resto que andaremos a oscuras de lo que en verdad acontece en el territorio .

La decisión del señor Ministro, empero, va en beneficio de muchos: los criminales, mareros, asaltantes, extorsionistas, narcos, bandoleros, violadores, truhanes, contrabandistas, estafadores y todos los indeseables que victimizan a los salvadoreños. De ahora en adelante, para proteger "sus derechos humanos", sus identidades se van a guardar con todo celo. El señor Ministro considera que su principal deber no es que la población sepa quiénes son los delincuentes que los acechan, sino cuidar la imagen pública, el buen nombre, la fama personal de los facinerosos.

La información no es propiedad de funcionarios

No habrá presentación de capturados, no se darán a conocer los operativos, no se permitirá que reporteros y camarógrafos acompañen patrullas policiales, fuera de las que realicen "actividades preventivas". Los actuales informadores del cuerpo tienen que pedir permiso para soltar información. La mordaza es casi total, pues se supone que quien deslice información a los medios que no sea la autorizada por el señor Ministro, será echado a patadas de la entidad.

Es grave que antes de cumplir un mes el nuevo gobierno, el titular de Gobernación ya pidió "censura voluntaria" y que ahora el de Seguridad imponga una mordaza a sus propios funcionarios y subalternos. Lo que no tenemos claro es si el Presidente Funes aprueba esas declaraciones y medidas, considerando que fue gracias a la libertad de expresión que gozó durante sus más de 20 años como entrevistador, que llegó a la presidencia, aunque mucho le ayudó la brillante estrategia política del anterior Ejecutivo.

En ningún momento se debe olvidar que la información es un bien público cuando es información recopilada o en poder de entidades públicas, fuera de temas muy sensibles. Los dos ministros mencionados quieren apropiarse de lo que no es de ellos, sino de los ciudadanos, que tienen el derecho a ser y estar informados.

Micheletti advierte a Zelaya que lo espera con orden de captura

El nuevo canciller declaró, de forma contradictoria, que Zelaya puede volver pero como un ciudadano común.

Agencias.Martes 30 de Junio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.

Roberto Micheletti, nuevo presidente de Honduras, advirtió al depuesto mandatario Manuel Zelaya que, en caso de que regrese al país, los tribunales de justicia "tienen una orden de captura contra él".

En entrevista desde Tegucigalpa con la emisora colombiana Caracol Radio, y publicada por el periódico español ADN, Micheletti dijo que la orden de captura contra Zelaya es consecuencia de "los delitos" que cometió por su "interés de continuar en el Gobierno o por la actitud prepotente con que él había asumido los últimos meses de Gobierno".

"Los tribunales de justicia de mi país tienen orden de captura contra él porque ha incumplido con las leyes y entonces el Congreso se basó en eso", dijo el nuevo mandatario.

Zelaya anunció ayer que el jueves regresará, arropado por la comunidad internacional, a Tegucigalpa, de donde fue expulsado en la madrugada del domingo por el Ejército.

Empero, la Agencia AP divulgó declaraciones distintas del nombrado canciller Enrique Ortez Colindres.

El funcionario aseguró que Manuel Zelaya puede retornar a Honduras cuando él lo desee, pero lo hará como un ``ciudadano común''.

``Zelaya no tiene vedado el ingreso a Honduras, lo que tiene que hacer es pedir un permiso para entrar al territorio y a mí me tocará dárselo y, por el momento, él no lo ha pedido'', dijo Ortez.

El ex gobernante volverá a Tegucigalpa procedente de Washington, donde participará hoy en una sesión de las Naciones Unidas en Nueva York.

Ortez aseguró que ``en esta semana nos encargaremos de darle la bienvenida a la misión de acompañamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que se den cuenta que este es un gobierno que respeta toda la ley, y que lo único que se hizo fue separar a un presidente por violar sistemáticamente la Constitución''.

Micheletti anunció que hoy analizará con la Policía y las Fuerzas Armadas la necesidad de mantener o suspender el toque de queda.

2009/06/29

OEA desconocerá gobierno impuesto en Honduras

El secretario de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza,consideró la nación hondureña atraviesa una situación extremadamente grave, porque se ha alterado el orden constitucional

Fuente Notimex.Santiago Lunes 29 de junio de 2009. Publicado por El Universal.

El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo en El Salvador que no reconocerán al gobierno ilegítimo que se ha impuesto en Honduras tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya.
Insulza, quien llegó la noche del domingo a San Salvador para analizar junto al presidente Mauricio Funes la difícil situación política del vecino país centroamericano, dijo que por aclamación la OEA condenó de manera enérgica el golpe de Estado.
"No vamos a reconocer este gobierno ilegítimo. El militarismo ya no tiene cabida", dijo Insulza, quien este lunes junto con Funes y el resto de mandatarios del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) se reunirán en Nicaragua para tomar una posición respecto a Honduras.
A juicio del secretario de la OEA, la nación hondureña atraviesa una "situación extremadamente grave, porque se ha alterado el orden constitucional".
Funes por su parte, manifestó que "la carta interamericana de la OEA nos obliga a no reconocer a un gobierno que resulte de un golpe de Estado".
El Congreso hondureño juramentó ayer al diputado Roberto Micheletti, como nuevo mandatario interino de esa nación hasta que se realicen las elecciones generales en noviembre próximo.
Se tiene previsto que Insulza y Funes viajen juntos este lunes a Managua, donde ha sido convocada la cita del Sica.

Micheletti niega golpe de Estado en Honduras

El presidente interino advierte que el ex mandatario Manuel Zelaya tuvo suerte al librar la cárcel por delitos contra la nación; señala que la funcionaria de visita en México actúa por su cuenta

Por EFE. Bogotá Lunes 29 de junio de 2009.  Publicado por El Universal.

El presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, dijo hoy que el Ejército de su país fue "benévolo" con el depuesto Manuel Zelaya, al permitirle salir del país, porque en realidad debería estar en prisión por los "delitos cometidos" , e insistió en que lo suyo "no fue un golpe de Estado".

"El Ejército más bien creo, fue benevolente al permitir que el ex presidente (Manuel Zelaya), saliera del país, cuando en realidad tenía que haber entrado a las cárceles nacionales por los delitos cometidos en diferentes circunstancias" , apostilló Micheletti.

Así lo aseguró en una entrevista con Radio Caracol de Colombia, en la que además indicó que "solo Dios sabe que puede hacer un ciudadano con la conducta del señor (Hugo) Chávez" , quien amenazó con derrocarlo para restituir en el poder a su aliado Zelaya.

Sobre el presidente venezolano, agregó que se resistía a creer que el mundo aceptara injerencias en "situaciones que son internas de Honduras" y reclamó la "autodeterminación de los pueblos" , la que, enfatizó, "hay que respetar".

Insistió en que quería comunicarle "al mundo que aquí, en este país, no ha habido un golpe de Estado" , sino "una sucesión constitucional" provocada por las debilidades del depuesto Zelaya.
Al ser interrogado sobre el rechazo de presidentes de diferentes tendencias y de organismos internacionales que no lo reconocen como nuevo mandatario, indicó que no ha hecho nada ilegal.

"Reitero, no hemos hecho nada ilegal y en la medida en que los pueblos del mundo se vayan dando cuenta que en este país no ha habido un golpe de Estado, sino una sucesión constitucional, se darán cuenta de lo que realmente ha pasado en el país" , puntualizó Micheletti.

De otro lado, indicó que seguirá en el poder porque fue la decisión expresada por el pueblo a través del Congreso Nacional, del cual era presidente y que lo nombró tras la salida de Zelaya.

Explicó, por ejemplo, que los ministros del anterior Gobierno están en el país e "incluso algunos están ejerciendo sus labores, contentos".

Puntualizó que la única funcionaria que salió del país, "por voluntad propia" , fue la canciller Patricia Rodas, quien está en México.

Aunque no precisó sobre sus próximas acciones como gobernante, indicó que trabajará con los "ministros que demuestren su voluntad de entregarle amor a Honduras" y dijo saber que algunos de ellos estaban "obligados" por el depuesto mandatario.

Explicó que, si bien es cierto en su país no tienen el ciento por ciento de aceptación, sí tienen "un 80 por ciento que aplaude la decisión del Congreso Nacional".

Indicó, por ejemplo, que las gentes han estado yendo a sus trabajos en forma normal. "Queremos compartir con los pueblos del mundo, el progreso y la paz" , añadió.

Agregó que ese respaldo es porque Zelaya estaba llevando al país a un régimen diferente al que se ha vivido "en los últimos 29 años en Honduras".

"Aquí hubo un momento que parecía que no había presidente sino un rey o un dictador, quien ordenaba qué cosas se debían hacer, sin respetar a nadie" , matizó Micheletti, quien agregó que Zelaya llevó al país a tener enfrentamientos con los diferentes poderes, pues quiso reformar la Constitución para hacerse reelegir.
Micheletti juró el cargo este domingo después de que las Fuerzas Armadas detuvieran ayer en horas de la madrugada y deportaran a Costa Rica al presidente Zelaya, en una acción rechazada de forma unánime por la comunidad internacional.

Un error suicida

REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL

Publicado por Diario Granma.


En la reflexión escrita la noche del jueves 25, hace tres días, dije: "Ignoramos qué ocurrirá esta noche o mañana en Honduras pero la conducta valiente de Zelaya pasará a la historia."

Dos párrafos antes había señalado: "…Lo que allí ocurra será una prueba para la OEA y para la actual administración de Estados Unidos."

La prehistórica institución interamericana se había reunido al otro día en Washington, y en una apagada y tibia resolución prometió realizar las gestiones pertinentes de inmediato para buscar una armonía entre las partes en pugna. Es decir, una negociación entre los golpistas y el Presidente Constitucional de Honduras.

El alto jefe militar, que seguía al mando de las Fuerzas Armadas hondureñas, hacía pronunciamientos públicos en discrepancia con las posiciones del Presidente, mientras solo de modo meramente formal reconocía su autoridad.

No necesitaban los golpistas otra cosa de la OEA. Les importó un bledo la presencia de un gran número de observadores internacionales que viajaron a ese país para dar fe de una consulta popular, a los cuales Zelaya habló hasta altas horas de la noche. Antes del amanecer de hoy lanzaron alrededor de 200 soldados profesionales bien entrenados y armados contra la residencia del Presidente, los que apartando rudamente la escuadra de la Guardia de Honor secuestraron a Zelaya, quien en ese momento dormía, lo conducen a la base aérea, lo montan por la fuerza en un avión y lo transportan a un aeropuerto en Costa Rica.

A las 8 y 30 de la mañana, conocimos por Telesur la noticia del asalto a la Casa Presidencial y el secuestro. El Presidente no pudo asistir al acto inicial de la consulta popular que tendría lugar este domingo. Se desconocía lo que habían hecho con él.

La emisora de televisión oficial fue silenciada. Deseaban impedir la divulgación prematura de la traicionera acción a través de Telesur y Cubavisión Internacional, que informaban de los hechos. Suspendieron por ello los centros de retransmisión y terminaron cortando la electricidad a todo el país. Todavía el Congreso y los altos tribunales envueltos en la conspiración no habían publicado las decisiones que justificaban la conjura. Primero llevaron a cabo el incalificable golpe militar y luego lo legalizaron.

El pueblo se despertó con los hechos consumados y comenzó a reaccionar con creciente indignación. No se sabía el destino de Zelaya. Tres horas más tarde, la reacción popular era tal que se vio a mujeres golpeando con el puño a los soldados, cuyos fusiles casi se les caían de las manos por puro desconcierto y nerviosismo. Inicialmente sus movimientos parecían los de un extraño combate contra fantasmas, más tarde trataban de tapar con las manos las cámaras de Telesur, apuntaban temblorosos sus fusiles contra los reporteros, y a veces, cuando la gente avanzaba, los soldados retrocedían. Enviaron transportadores blindados con cañones y ametralladoras. La población discutía sin miedo con las dotaciones de los blindados; la reacción popular era asombrosa.

Alrededor de las 2 de la tarde, en coordinación con los golpistas, una mayoría domesticada del Congreso depuso a Zelaya, Presidente Constitucional de Honduras, y designó un nuevo Jefe de Estado, afirmando al mundo que aquel había renunciado, presentando una firma falsificada. Minutos después, Zelaya, desde un aeropuerto en Costa Rica, informó todo lo ocurrido y desmintió categóricamente la noticia de su renuncia. Los conspiradores hicieron el ridículo ante el mundo.

Otras muchas cosas ocurrieron hoy. Cubavisión se dedicó por entero a desenmascarar el golpe, informando todo el tiempo a nuestra población.

Hubo hechos de carácter netamente fascista, que no por esperados dejan de asombrar.

Patricia Rodas, la ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, fue después de Zelaya el objetivo fundamental de los golpistas. Otro destacamento fue enviado a su residencia. Ella, valiente y decidida, se movió rápido, no perdió un minuto en denunciar por todos los medios el golpe. Nuestro embajador había hecho contacto con Patricia para conocer la situación, como lo hicieron otros embajadores. En un momento determinado les solicitó a los representantes diplomáticos de Venezuela, Nicaragua y Cuba reunirse con ella, que, ferozmente acosada, necesitaba protección diplomática. Nuestro embajador, que desde el primer instante estaba autorizado a brindar el máximo apoyo a la Ministra constitucional y legal, partió para visitarla en su propia residencia.

Cuando estaban ya en su casa, el mando golpista envió al mayor Oceguera para arrestarla. Ellos se pusieron delante de la mujer y le dicen que está bajo protección diplomática, y solo se puede mover en compañía de los embajadores. Oceguera discute con ellos y lo hace de forma respetuosa. Minutos después penetran en la casa entre 12 ó 15 hombres uniformados y encapuchados. Los tres embajadores se abrazan a Patricia; los enmascarados actúan de manera brutal y logran separar a los embajadores de Venezuela y Nicaragua; Hernández la toma tan fuertemente por uno de los brazos, que los enmascarados los arrastran a los dos hasta una furgoneta; los conducen a la base aérea, donde logran separarlos, y se la llevan. Estando allí detenido, Bruno, que tenía noticias del secuestro, se comunica con él a través del celular; un enmascarado trata de arrebatarle rudamente el teléfono; el embajador cubano, que ya había sido golpeado en casa de Patricia, le grita: "¡No me empujes, cojones!" No recuerdo si la palabra que pronunció fuese alguna vez utilizada por Cervantes, pero sin duda el embajador Juan Carlos Hernández enriqueció nuestro idioma.

Después lo dejaron en una carretera lejos de la misión y antes de abandonarlo le dijeron que, si hablaba, podía sucederle algo peor. "¡Nada es peor que la muerte!", les respondió con dignidad, "y no por ello les temo a ustedes." Los vecinos de la zona lo ayudaron a regresar a la embajada, desde donde de inmediato se comunicó otra vez con Bruno.

Con ese alto mando golpista no se puede negociar, hay que exigirle la renuncia y que otros oficiales más jóvenes y no comprometidos con la oligarquía ocupen el mando militar, o no habrá jamás un gobierno "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" en Honduras.

Los golpistas, acorralados y aislados, no tienen salvación posible si se enfrenta con firmeza el problema.

Hasta la señora Clinton declaró ya en horas de la tarde que Zelaya es el único Presidente de Honduras, y los golpistas hondureños ni siquiera respiran sin el apoyo de Estados Unidos.

En camisa de dormir hasta hace unas horas, Zelaya será reconocido por el mundo como el único Presidente Constitucional de Honduras.

Fidel Castro Ruz

Junio 28 de 2009

6 y 14 p.m.

Mel Zelaya: Estados Unidos no está detrás de golpe

Por Edgardo Ayala. Publicado por Contrapunto.

SAN SALVADOR. El derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya dijo que el Secretario Adjunto de Estados Unidos para América Latina, Thomas Shannon, le aseguró telefónicamente que los Estados Unidos no está detrás del golpe de estado que militares hondureños propinaron la madrugada de este domingo contra el mandatario hondureño.

Zelaya dio una conferencia de prensa, la mañana de este domingo, en San José, Costa Rica, país al que fue obligado a viajar por los militares golpistas. Flanqueado por el presidente costarricense Oscar Arias, Zelaya dijo que logró comunicarse telefónicamente con el diplomático norteamericano, y este le aseguró que Estados Unidos condena el golpe de estado.

“Acabo de recibir una llamada de Thomas Shannon (…), y él me dijo que Embajador de los Estados Unidos en Honduras se pronuncia en contra de este zarpazo”, dijo Zelaya, en la conferencia de prensa, todavía vistiendo la camiseta blanca que vestía cuando fue sacado violentamente de su dormitorio, y del país, por lo militares golpistas.

Zelaya agregó que Shannon le aseguró que el gobierno de los Estados Unidos “no está apoyando esta brutalidad” con que se ha ultrajado al presidente de Honduras.

Más tarde, el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, rechazó el gope de estado: "Pueden haber diferencias y fallas en todo el mundo, pero nadie es pefecto ni nadie tiene monopolio sobre la verdad. Pero ese debate se tiene que hacer dentro del imperio de la ley, dentro de un ambiente pacífico".

Se estaría, entonces, ante una nueva actitud de los militares de la región, que se embarcan en procesos golpistas sin el patrocinio de los Estados Unidos, que en años pasados trató de frenar gobiernos democráticamente electos y con visión reformistas, que querían implementar cambios económicos, sociales y políticos.

Por décadas, los Estados Unidos fue el principal promotor –y financiador— de innumerables golpes de estado en Latinoamérica y el mundo, inmerso en una lucha frontal contra el avance del “comunismo”. El listado de esa injerencia es larguísimo, pero he aquí un par de ejemplos:

En Guatemala, el gobierno norteamericano fue quien orquestó y financió el derrocamiento del presidente democráticamente electo Jacobo Arbenz, el 27 de junio de 1954. A la Agencia Central de Inteligencia (CIA) también se le acusa de estar detrás del general Augusto Pinochet, quien propició la caída del gobierno de Salvador Allende, en Chile, el 11 de septiembre de 1973.

En Brasil, el presidente constitucional Joao Goulart había promovido en la década de los 60 cambios estructurales, entre ellos la nacionalización del petróleo y una reforma agraria, pero el 31 de marzo de 1964 fue derrocado por los militares, apoyados por los Estados Unidos.

En El Salvador, una serie de gobiernos militares se instauraron en el país a partir del golpe militar propinado en 1931 por el general Maximiliano Hernández Martínez, militarismo que se alió con la oligarquía del país creando una situación de injusticia social que desembocó en una cruenta guerra civil (1980-1992), que dejó un reguero de más de 70,000 muertos.

El intento golpista más reciente en Latinoamérica sucedió en Venezuela en abril del 2002, cuando grupos empresariales y militares intentaron sacar del poder a Hugo Chávez, lográndolo por un período breve pero luego Chávez retomó el control del poder.

En una suerte de paso en falso, los militares hondureños no tomaron en cuenta la nueva correlación de fuerzas y los nuevos vientos democráticos que soplan en Washington, con la llegada del presidente Barack Obama, quien se ha mostrado “preocupado” por la situación en Honduras a partir del golpe de estado.

Por su parte, el presidente Óscar Arias, acompañando en la conferencia de prensa a Zelaya, dijo que la democracia centroamericana aparentemente se había consolidado y se esperaba que golpes de estado no volvieran a ocurrir. “Pero la democracia sigue siendo frágil, y la instituciones democráticas siguen siendo vulnerables”, agregó, en referencia a lo ocurrido en Honduras.

Asonada en Honduras: ¿Retorno al pasado?

 

Editorial de Contrapunto. 29 de Junio de 2009.

Asonada hace pensar en el papel que los ejércitos deben jugar en las democracias 

SAN SALVADOR

– El golpe de estado militar protagonizado en Honduras en contra del presidente constitucional Manuel Zelaya recuerda al pasado que Centroamérica vivió en el siglo XX, cuando los militares de derecha ponían o quitaban presidentes a su antojo, en unión de grupos oligárquicos y con la venia de Washington.

Las calles de las principales ciudades del país han sido tomadas por uniformados que patrullan en forma amenazante contra la población civil y contra los periodistas que cubren el quiebre constitucional que este domingo 28 de junio de 2009 se ha protagonizado en la vecina nación centroamericana.

Hay hechos que resaltan: si bien internamente los golpistas han logrado tomar cierto control, alrededor de Honduras los vecinos han condenado la asonada, así como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado su preocupación y ha hecho un llamado a restablecer el orden constitucional.

Esta realidad indica que si un gobierno de facto se instaura en Honduras, estará totalmente aislado y con consecuencias graves, en medio de una grave crisis económica internacional.

Las consecuencias de esta asonada dejará muchas lecciones para la democracia centroamericana, al menos en lo referido al papel que las Fuerzas Armadas deben jugar en los procesos democráticos que en la actualidad se gestan. El menos una parte de la alta oficialidad del ejército hondureños ha demostrado su fachada “gorilista”, tan odiada y repudiada en el pasado, causante de dolores, crímenes, pero también de rebeliones y guerras que creíamos cosa del pasado reciente.

La grave crisis institucional en Honduras era evitable

Lo ocurrido no quedará aquí, evidentemente. Esta es sólo la mala sutura de una injustificable herida al régimen institucional.

Escrito por Opinión. Lunes 29 junio de 2009 . Publicado por La Prensa Grafica.

Ayer, en unas pocas horas, hizo explosión en Honduras el fuerte forcejeo institucional que se produjo a partir de la iniciativa del Presidente Manuel Zelaya de llevar a cabo, contra viento y marea, una cuestionada “consulta popular” en ruta hacia una eventual convocatoria a Constituyente que le diera a la hermana nación una Constitución nueva. Zelaya fue expulsado por la fuerza hacia Costa Rica, el Congreso hondureño conoció una sospechosa renuncia de Zelaya “por motivos de salud”, el mismo Congreso eligió a su Presidente como nuevo mandatario del país y así se cerró lo que de seguro será sólo el primer capítulo de un drama nacional de largo alcance.

Es claro que el Presidente Zelaya promovió tozudamente, contra toda la institucionalidad, bajo la forma de “consulta”, que luego quiso llamar “encuesta”, la primera fase de un cambio constitucional al estilo de los que ahora se ven en países latinoamericanos embarcados en procesos “revolucionarios” que encubren la obsesión continuista de sus líderes. Eso generó el conflicto institucional. Nadie cedió en pro de asegurar el orden constitucional, y aquí están las consecuencias. Pero, desde luego, lo anterior no justifica que lo militar interfiera en lo político, pues eso es atentatorio contra la esencia de la democracia. Estamos pues ante dos demasías: la del Presidente ahora sustituido, que quiso anteponer lo político al imperio de la ley; y la del poder establecido, que al no hallar vías de solución legal, optó por la medida de fuerza.

Lo ocurrido no quedará aquí, evidentemente. Esta es sólo la mala sutura de una injustificable herida al régimen institucional. Tenemos que seguir atentos a los hechos.

SALVAGUARDAR LA DEMOCRACIA

Hacía mucho tiempo que no se daba en América Latina un suceso como el que ayer detonó en Honduras. Independientemente de cómo se caracterice lo ocurrido, lo cierto es que hay un gravísimo quebrantamiento del orden democrático, y la responsabilidad es compartida por los actores políticos y por los entes institucionales. Sin duda, detrás de todo esto está esa corriente que intenta sustituir la democracia representativa por una especie de democracia “participativa”, que sirve de vestidura al nuevo autoritarismo en auge. Hay que evitarlo, pero evitando a la vez que la medicina sea peor que la enfermedad.

Sabemos que la democracia vive siempre con amenazas al acecho, y más si se trata de democracias en formación como las nuestras. Habría que desarrollar, entonces, antídotos institucionales contra los venenos que acechan, porque si las instituciones funcionan de veras, y cuentan con la credibilidad ciudadana suficiente, los caprichos individuales, como el de Zelaya, pueden ser desactivados sin llegar a poner en peligro el sistema.

Tenemos que ver, además, cuáles serán los efectos internacionales de lo sucedido, porque estamos en una época en la que nadie puede aislarse, ni siquiera los grandes. La institucionalidad internacional debe ayudar responsablemente a evitar males mayores, sin interferencias indebidas. Habría que asegurar dos cosas: que no se intente socavar el orden constitucional bajo pretextos “revolucionarios”, en ninguna parte; y que no se permita el recurso de la fuerza para resolver conflictos de naturaleza política.

Hondureños irrespetan toque de queda y hoy convocan masiva concentración

Un grupo de salvadoreños ingresó anoche a las 10_30 p.m. Hoy, 30 buses con simpatizantes de Zelaya se dirigen a la Casa Presidencial, que es custodiada por militares y tanquetas. A las 11 a.m. se cree que habrá un desalojo.

Escrito por Blanca Abarca& Karla Ramos desde Tegucigalpa . Lunes 29 junio 2009. Publicado por La Prensa Grafica. 

Unos 30 buses, procedentes de diferentes puntos, se dirigen hacia la Casa Presidencial en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras. En las unidades viajan simpatizantes del depuesto presidente Manuel Zelaya.

La casa de gobierno es custodiada con tanquetas y miembros del ejército.

Los establecimientos comerciales aledaños a la sede del Ejecutivo han amanecido cerrados. Entre estos lugares figura el Hotel Marriot. Ayer, durante los disturbios ciudadanos varios locales resultaron con ventanales rotos.

Entre los delegados de prensa ha trascendido que a las 11 a.m. las autoridades de seguridad hondureña pretenden desalojar a los simpatizantes de Zelaya.

Fuera del perímetro de la casa de gobierno, las actividades continúan normales. La gente ha salido a trabajar y se registra un fuerte tráfico vehicular.

Los maestros afiliados al Colegio de Profesionales de Educación Media de Honduras han suspendido labores en apoyo al depuesto mandatario. Se espera que los docentes se unan a la concentración.

El toque de queda impuesto por 48 horas por el presidente de facto Roberto Micheletti fue irrespetado por los hondureños. Ayer, la población caminó y condujo vehículos por las calles de Tegucigalpa. Ayer a las 10:30 p.m. un grupo de salvadoreños ingresó a la capital hondureña.

Derrocan a Zelaya por violar la Constitución

Chávez de inmediato se puso a la defensa de Zelaya, que estaba en proceso de incorporar a Honduras a la Alba

Editorial de El Diario de Hoy.Domingo, 28 de Junio de 2009.

Roberto Micheletti, presidente del Congreso de Honduras, asumió ayer la primera magistratura de la nación después del derrocamiento, esa misma madrugada, de Manuel Zelaya, a quien las Fuerzas Armadas al igual que la Corte Suprema le acusaban de haber violado la Constitución. Zelaya fue expulsado a Costa Rica esa misma mañana.

En días previos, las Fuerzas Armadas rehusaron apoyar la realización del referendo, se incautaron de las papeletas y las depositaron en un recinto militar, pero Zelaya las recuperó para seguir adelante con el referendo.

Zelaya destituyó al jefe del Ejército, quien apeló a la Corte Suprema de Justicia, que lo restituyó. Zelaya entonces desconoció el fallo, de hecho colocándose fuera de la ley y dando a sus opositores la justificación para el golpe en su contra.

Chávez, el dictador venezolano que está detrás de todos los movimientos en el Hemisferio para alterar los mandatos constitucionales que impiden la reelección indefinida (como ha sucedido en Ecuador y es ahora el caso de Nicaragua que también prepara un referendo para perpetuar a Ortega en la presidencia), de inmediato acusó a Estados Unidos de haber fraguado el golpe. A Estados Unidos, a la oligarquía hondureña, "a los ricos", a los consorcios internacionales, etcétera. Todas las fuerzas del mal en la Vía Láctea se conjuraron contra la reelección más que justa y debida de su pupilo Zelaya, que no puede rezar el Padrenuestro sin trabarse a la mitad. Chávez de inmediato se puso a la defensa de Zelaya, que estaba en proceso de incorporar a Honduras a la Alba y unirse al proyecto bolivariano del socialismo del siglo XXI y la gran comunidad roja de naciones bajo tutela de Chávez.

El primero que salió en defensa de Zelaya fue el secretario general de la OEA, Insulza, a quien Chávez le aseguró el puesto aunque luego lo calificara de "pendejo". Este señor no se ocupa de la Carta Democrática de la OEA, firmada por todos los Estados miembros, que establece las condiciones que un país y su gobierno tienen que llenar para ser considerados democráticos. Llevar a cabo elecciones es necesario y requerido pero no suficiente; los Estados deben respetar y defender las libertades esenciales y la democracia representativa, ceñirse al Orden de Derecho, mantener la separación de poderes y regirse por un sistema económico de mercado, como se comprometen también las naciones miembros de la Unión Europea.

Democracia no es perpetuarse en el poder

Cualquier otro esquema, incluido el camino que estaba tomando Honduras con Zelaya, es una burla a la democracia, su negación. Los plebiscitos no pueden pasar sobre libertades esenciales o anular de hecho la democracia, como lo consigna la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Un país no puede abandonar el orden parlamentario, la discusión pública de su problemática y elecciones informadas, secretas, contabilizadas por cuerpos independientes y calendarizadas, sin destruir la democracia. Y eso es precisamente lo que intentó hacer Zelaya y que para muchos justifica su derrocamiento.

A Zelaya le sucedió lo mismo que a Serrano Elías en Guatemala, a Castaneda y a Lemus en El Salvador, a Bucaram en Ecuador, a Allende en Chile… aunque faltaban unos meses para que Zelaya cumpliera su mandato, desde hace un buen tiempo y al marearse con el poder, se puso a fraguar su inaceptable perpetuación con el financiamiento y apoyo de Chávez.