Escrito por Ricardo Chacón. Sábado 27 de Junio de 2009. Publicado en El Diario de Hoy.
Las nuevas autoridades de la Policía Nacional Civil, PNC, que ahora forman parte del Ministerio de Justicia y Seguridad, han comenzado a realizar cambios, supuestamente para enfrentar de manera preventiva el crimen que abate a nuestro país.
Aunque de manera inmediata, dado el escandaloso auge de los homicidios, las extorsiones y los robos a los ciudadanos comunes, se ha ordenado una focalización del actuar policial, con el apoyo de un mayor número de elementos de la Fuerza Armada.
No es mi intención referirme a este tema de seguridad, pero sí a uno muy relacionado y que sin duda alguna "tiene una intención muy clara y definida", como lo es "regular" la forma de comunicación de la PNC.
Tal como lo han publicado diferentes medios de comunicación, ahora habrá mucho más cuidado en la información que genere la PNC, se pondrá énfasis en las acciones preventivas, labor que destacarán los comunicadores que laboran en la institución policial (según la nueva orden dada a finales de esta semana), no habrán presentaciones de reos.
El ministro ha sido claro: "no vamos a hacer un show político de los operativos, hay que evitar la fuga de información". Posición que ha respaldado otro jefe policial, tradicionalmente caracterizado por obstaculizar la labor informativa de los periodistas, quien ha dicho, en relación a un operativo realizado la semana pasada, "ustedes a veces publican noticias sobre corrupción y filtrar información es corrupción".
¡Qué declaraciones más peregrinas! Y no porque la PNC deba poseer estrategias claras de comunicación, solidificadas con el tiempo y garantizadas por el peso institucional, sino porque son medidas "de hoy", que forman parte de un actuar inmediato, propias del funcionario que ahora dirige las instancias de seguridad. Me explico.
La cuestión no es que se presenten ante los medios a los acusados de un delito, que dicho sea de paso es una medida que debería haberse puesto en práctica desde hace tiempo, la cuestión es que discrecionalmente y dependiendo la autoridad del momento, se diga qué se puede y qué no se puede informar; qué es show y qué no lo es.
En países con más tradición democrática tienen claro el papel de la comunicación y la información en los proceso judiciales y policiales; los gabinetes de comunicación saben con claridad cuál es su labor, así como hacen valer la figura del vocero o del portavoz, sin olvidar los planes a corto y mediano plazo, para fortalecer o mejorar la imagen de seguridad.
El recelo de la línea amarilla en la escena del crimen, la información adecuada y con prontitud en cada una de las partes del hecho delictivo, el respeto a las investigaciones propias de los periodistas, las políticas claras de información para todos los periodistas, sin importar al medio que pertenezcan, posición clara sobre las filtraciones (que en principio deben erradicarse), son algunas de las cuestiones que forman parte de una política transparente del ejercicio de la labor pública en el campo de seguridad.
Esperamos, y confiamos, que la idea sea mejorar y hacer más transparente la labor de seguridad, y no intentar ocultar, obscurecer y evitar que la población conozca con certeza lo que realmente está pasando.
Escuché decir a una funcionaria de justicia hace poco, que los periodistas en meses anteriores estaban ocultando información sobre la delincuencia, y que ahora se está exponiendo con la intención de desestabilizar el nuevo gobierno.... no creo que este sea el espíritu, como tampoco creo, y espero no equivocarme, que las nuevas autoridades quieran ocultar el escandaloso número de homicidios y extorsiones.
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