Escrito por Rafael Menjivar. Sabado 27 de junio de 2009. Publicado por Diario El Mundo.
NO DUDAMOS del sentido solidario del presidente; pero la solidaridad no es solo dar ayuda,sino que implica un compromiso de aquel a quien se le brinda solidaridad.
Ala pregunta que le hiciera un periodista de canal 12 a una abuela: ¿Qué va a hacer con los 30 dólares que recibió de parte del señor presidente?, con mucha alegría contesto: le compraré unas cosas a mi nieto, zapatos.
Esta es la primera acción pública del programa Comunidades Solidarias Rurales del Plan Anti crisis, medida que ha hecho realidad el mandatario, reafirmando ese mismo día: “Yo no voy a cometer el error de favorecer únicamente a los alcaldes del partido político que hizo posible que me convirtiera en presidente de la república”.
Palabras sólidas que merecen respeto y hubieran sido más elegantes si no se hubiera sentado a su lado izquierdo el diputado del Frente del departamento de San Vicente.
Toda medida que ayude a los más necesitados no solo es obligación de un gobernante sino enfrentar la crisis en la que se encuentra nuestro país, específicamente la extrema pobreza merece toda consideración.
Pero ojo al Cristo, a la abuela que recibió la cuota valdría la pena preguntarle ¿por qué está criando su nieto? ¿qué sucedió con sus progenitores? Este solo es un ejemplo para llamar la atención y modestamente sugerir un plan de supervisión social (PSS) no al estilo de la Gestapo, pero en nuestra realidad cultural es necesario. Limitarse a condicionar que los cipotes asistan a la escuela o la familia vaya a consulta no es suficiente. La figura de supervisor social puede generar nuevos empleos, recordemos que en los años 70 era supervisada la educación por los delegados departamentales y pobrecito (a) el maestro (a) que no estaba cumpliendo al pie de la letra con sus obligaciones.
También el gerente general de la nación (dejo de tarea quien es la Junta Directiva) anunció los programas Piso y Techo y Pensión Básica. Para el primero esperamos que se involucren todos los beneficiados; es decir, que los muchachos aprendan a hacer mezcla, ladrillos, lo peguen, para evitar el dicho: “a quien no le cuesta lo hace fiesta”.
Sobre la pensión básica a mayores de 70 años, no hay mejor decisión, pues estas personas son las más marginadas de la sociedad; admiro a los hijos que no se avergüenzan de sus padres, de sus abuelos; pero todos conocemos casos de familias que ni a la puerta los sacan tal vez por una enfermedad o simplemente porque ya están viejitos, pero curiosamente si tienen algunos centavitos los atienden al menos ese día.
Nuevamente insisto en la supervisión, no vaya a ser que el dinerito cuyo destino es para medicinas termine en yerbitas (y no medicinales) para los nietecitos.
No dudamos del sentido solidario del presidente; pero la solidaridad no es solo dar ayuda, sino que implica un compromiso de aquel a quien se le brinda solidaridad; que los beneficiados respondan con buenas notas, que lustren los zapatos, cuiden a los abuelos; hay muchas maneras de corresponder y de ninguna manera electoralmente como lo ha advertido el jefe de Estado.
Hablando de solidaridad un hermano cumplió con todos los requisitos y en esto de la rebusca aplicó a un plaza en el Ministerio de Agricultura, pero al relacionar los apellidos, le dijeron que no tenía ninguna posibilidad. Esta acción es poco madura de parte de quienes frenaron esa probabilidad, al menos hubieran permitido continuar con las pruebas de la plaza y no relacionarlo con mi nombre en particular.
A mí me dio mucho gusto saludar a Calixto Mejía en un súper y felicitarlo por su nombramiento como Viceministro de Trabajo; ando recogiendo ropa usada. Juguetes para niños de mi cantón y no pienso si sus padres pertenecen al Frente; ya es tiempo que analicemos capacidades y no revanchismos que no nos llevan a ninguna parte.
El guerrero indio Toro Sentado, decía: “cuando encuentres algo bueno en el camino del hombre blanco, recógelo; pero cuando encuentres algo malo, o que resulte ser malo, deséchalo y no lo toques”.
Pues si es cierto que existe el riesgo de que los subsidios no sean de beneficio para sus destinatarios. Pero tambien hay un limite en cuanto a como controlar que no se desvie todo esto. Sino despues va a resultar que hay que controlar al que controla y poco a poco controlar al que controla al que controla...y puesi...no salimos de alli. Tampoco es asi que es el monton de dinero y que ya el prblema de la gente ya estara resuelta con ese subsidio. Peor si tiene razon en que el tarea del gobierno formar a la gente para que ellos mismos se sientan dueños de sus vidas y no se conviertan en pasivos ciudadanos, que pasan solo viendo los tremendos promontorios de basura sin poder pensar: "pues yo soy una persona digna, y dentro de mi dignidad esta el vivir en lo limpio..ese promontorio de basura yo y otro mas lo tenemos que hacer desparecer...etc..etc..." si el gobierno no hace eso , lo bienintencionado de ahora se cobrara carisimo mas adelante con generaciones mas descompuestas que las maras de ahora. Mas qeu subsidiar el gobierno deberia de arrancar un movimiento ciudadano en funcion de que el individuo tome un papel activo en la vida cotidiana.
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