Pese a su ruinoso historial piensan revivir el IRA

Cuando la gente pasa horas haciendo cola para obtener sus míseras porciones de arroz o su vestimenta, como en Cuba, no tiene ánimo ni fuerza para protestar

Editorial de El Diario de Hoy.Lunes 22 de Junio de 2009.

El filósofo Santayana señaló que los pueblos que no aprenden de sus errores están condenados a repetirlos. El último de esos desaguisados es la ocurrencia que ha tenido el Ministerio de Agricultura de revivir el IRA, pese al historial de ineficiencia, corrupción, despilfarro y monda y lironda inutilidad que tuvo durante la mayor parte de su triste recorrido.

Volver al IRA es romper la cadena de comercialización de granos y otros alimentos, dar un golpe bajo a tiendas y mercados públicos.

En los últimos tiempos de su existencia el IRA fue altamente pernicioso, pues a su "histórica" función, la de regular el abastecimiento de cereales, bajo el duartismo se agregó el acaparamiento de leche en polvo, aceite comestible, azúcar y otros alimentos, para fijar precios a lo Hugo Chávez, generar escasez y mantener un mercado negro. En aquel entonces se señaló que mientras en los expendios del IRA --frente a los cuales se formaban grandes colas de gente-- faltaba de todo, a la vuelta de la esquina había de todo pero a precios más altos, los precios negros. Era obvio que las carestías eran artificiales; no había leche en polvo pues además los importadores tradicionales no podían traerla sin autorización, pero los secuaces del régimen tenían esos productos en sus bodegas y hacían la gran ganancia.

El IRA, o cualquiera que sea su nuevo nombre, es el embrión de los racionamientos y el control poblacional vía lo que se come. Cuando la gente pasa horas haciendo cola para obtener sus míseras porciones de arroz o su vestimenta, como en Cuba, no tiene ánimo ni fuerza para protestar. No creemos que a estas alturas el gabinete de lujo que forma gobierno esté pensando en tales cosas, pero los talibanes que están detrás no pueden dejar de considerar los racionamientos como la manera de combatir "la injusticia". Por algo se dice que cuando un gobierno es lo suficientemente grande para darte de todo, es también lo suficientemente poderoso para quitarte todo.

Ya faltará leche, aceite y otros alimentos…

Es paradójico que quien fundó el IRA, unos años antes, fue el fundador de EL DIARIO DE HOY, don Napoleón Viera Altamirano. Pero el IRA fue concebido para aliviar una situación pasajera, la carencia que había en el país durante la Segunda Guerra Mundial, de facilidades para almacenar granos. Don Napoleón no concibió el IRA como un ente perpetuo, ni menos como una oficina para acaparar la venta de productos que importaban o fabricaban negociantes privados. A los pocos años de haber fundado el IRA, señaló sus fallas; fue una serie de reportajes investigativos realizados por este Diario la que expuso la corrupción interna y "al gusano mordedor", logrando que a la postre se liquidara.

Siempre, desde luego, hay quienes creen que es posible revivir cadáveres (como Chávez con el socialismo bolivariano), darles nueva vida y hacerlos caminar con vigor y beneficio. La extrema izquierda en este país siempre ha desconfiado de las fuerzas del mercado, sobre todo porque nunca ha trabajado en cosa propia y por tanto desconoce cómo se produce, se determinan los precios, se abastecen necesidades y el papel decisivo de las ganancias en todo quehacer productivo.

Era de esperarse, por desgracia, que sacaran cadáveres de sus engusanadas fosas, los maquillaran, les dotaran de presupuestos (dineros generados por la gente, no por burócratas) y adelante. Comienzan con granos, los compran a sus conmilitones, hacen negocios privados y se repite la comedia. Ya faltará la leche y el aceite…