A más contaminación, más alergias

La contaminación del ambiente afecta cada aspecto de la vida humana, en especial cuando hablamos de salud.

Escrito por Laura Molina .Domingo 28 junio de 2009. Publicado en La Prensa Grafica. 

El término calentamiento global está cada vez más de moda y son pocos los científicos que aún se atreven a decir que es un fenómeno inexistente. Además muchas investigaciones respaldan la afirmación de que la contaminación ambiental y el cambio climático son causantes del aumento de ciertas enfermedades, y en particular de los casos de alergia alrededor del mundo.

El aire contaminado no es el único factor culpable. El agua, los alimentos, los cambios en la supervivencia de los insectos y en el viaje de los pólenes también influyen en el deterioro de la salud de millones de personas.

La doctora Ana Luz Caballero es alergóloga y explica que existen suficientes evidencias de que el cambio climático afecta la ecología y la floración de las plantas por más tiempo y en lugares donde antes no se encontraban.

Esto en términos de alergia es determinante porque el polen es uno de los causantes más comunes de alergia. “Es un hecho que los casos de alergia están ascendiendo”, advierte la doctora.

El cambio climático es un fenómeno que está ocurriendo en todo el mundo y es influenciado por muchas de las actividades humanas. La emanación de lo que se conoce como gases de invernadero, el más importante, dióxido de carbono (CO2), ocurre sobre todo por el uso de combustibles derivados del petróleo.

Estos producen una serie de fenómenos en cadena que se reflejan en cambios climáticos, como el calentamiento del mar y el aumento de la temperatura del planeta. Esto implica a su vez que algunas plantas e insectos habiten en lugares donde antes no podían por el clima. Sin mencionar las bacterias y los virus.

La contaminación del aire, por su parte, juega un papel importante en el aumento de casos de alergia. La doctora Caballero expresa que la polución transporta sustancias como el ozono y el dióxido de nitrógeno que aumentan la sensibilidad de las personas a los alergenos inhalados.

“Estudios científicos han comparado poblaciones rurales y urbanas y han encontrado más casos de asma en las ciudades que tienen más dióxido de nitrógeno en el aire”, detalla la alergóloga.

El asma es una enfermedad cada vez más frecuente y su causa tiene origen en la alergia. Es decir, el sistema inmunológico de quien la padece reacciona de modo exagerado ante ciertas sustancias y eso produce una inflamación, en su caso, de los bronquios.

En los estudios citados por la doctora Caballero, también se evidenció que los niños que están más expuestos a ozono tienen más posibilidad de desarrollar asma.

Por otra parte, los cambios en el clima, como épocas secas y lluviosas más largas o cortas, más calor o frío extremo, también aumentan los casos de alergia y empeoran los que ya existen.

Si bien la contaminación del aire es la que más influye en los procesos alérgicos y las alergias respiratorias son las más complejas y graves, los alimentos cada vez con mayor exposición a pesticidas y agua contaminada también hacen lo suyo en el sistema digestivo.

El consumo temprano de alimentos artificiales en los niños, incluso en su vida intrauterina, también aumenta el riesgo de sufrir alergias de cualquier tipo, dice la doctora.

Asimismo, la presencia de insectos, como los zancudos, en lugares donde antes no estaban y en épocas del año cuando no eran comunes, siempre debido al calentamiento global, genera reacciones alérgicas en la piel.

Ante el aumento de casos de alergias y su estrecha relación ya comprobada con la contaminación, lo que queda es evitar más deterioro del ambiente y tomar las medidas para tratar adecuadamente las alergias ya diagnosticadas.