Tomado de Granma Internacional.
ROMA, 17 de noviembre.— El director de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el senegalés Jacques Diouf, admitió hoy aquí que las naciones industrializadas "gastan 375 000 millones de dólares en subsidios para los productores agropecuarios de sus países, así como miles de millones de dólares en armas cada año", cifras que revelan que el problema "no es por falta de recursos, sino de prioridades", continuó.
AFP indicó al respecto que la Cumbre contra el Hambre, que sesiona en esta capital europea, dividió la opinión de países pobres y ricos, estos últimos llamados a encarar de manera definitiva la liberalización excesiva del sector agrícola y su poco protagonismo a la hora de aportar fondos.
El foro, marcado por la criticada ausencia de los líderes de los países desarrollados, en particular del grupo de los ocho (G-8), a la reunión de tres días convocada por la FAO, sirvió de tribuna para los representantes de América Latina, que ilustraron los logros de la región en esta línea.
Fernando Lugo, presidente de Paraguay, en su discurso ante la plenaria, llamó a la comunidad internacional a actuar con prontitud porque en este tiempo "hemos retrocedido diez años en la lucha contra este flagelo del hambre, la desnutrición y la muerte".
Por su parte, el mandatario de Zimbabwe, Robert Mugabe, llamó a respetar el fondo especial de 20 000 millones de dólares anunciado por los países del G-8 en julio para los próximos tres años, y alertó que esa suma no sea empleada como "arma política".
Asimismo, el viceministro de Agricultura argentino, Lorenzo Basso, manifestó que "debemos hacer del comercio agrícola un proceso más transparente y sin distorsiones, que permita abordar con verdadero realismo sus desigualdades estructurales, desterrando definitivamente los subsidios y las medidas proteccionistas".
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