Editorial. Publicada el 02 de Noviembre. Tomado de El Faro.
Esta semana hemos asistido a un lamentable espectáculo en el Primer Órgano del Estado. Si en general los principales partidos políticos nos tenían ya acostumbrados a los chanchullos de los que el único ganador ha sido siempre el PCN, ahora reiteran que a la Asamblea no llegan siempre ni los mejores ni los más interesados en el bienestar común.
La Junta Directiva se reconfigura asegurando cargos para algunos de los peores diputados, reconocidos por su incapacidad, por contar con algún historial de corrupción o por su defensa de intereses sectoriales. Una Asamblea que ejerce, al final de dos largas jornadas, el sábado en la madrugada, un ritual surrealista para institucionalizar arreglos bajo la mesa. Es indecente y poco merecedora de la ciudadanía que terminó distribuyendo sus votos entre diputados que no merecen tal nombre. El sistema político está en crisis.
El ex presidente Alfredo Cristiani ha derrochado su prestigio y su peso en ARENA intentando rescatar un partido cuyos problemas no han sido causados por Caracas sino por un conflicto interno de intereses mezquinos que no termina de tocar fondo.
El FMLN ha hecho una apuesta no solo arriesgada, sino poco plausible, al terminar otorgando poder a algunos rivales políticos a la vieja usanza arenera. El Frente en el poder comienza a parecerse mucho a la ARENA en el poder. Y ARENA en la oposición también comienza a parecerse mucho al FMLN de los últimos años. El cambio de gobierno ha provocado un enorme cambio en todo el sistema político, menos en sus raíces, ahí donde era más necesario. La picardía, la indecencia y el chanchullo siguen siendo los principios que rigen el sistema político.
La apuesta del FMLN es poco plausible en términos éticos y arriesgada en materia de pragmatismo político. Ha alcanzado acuerdos que le pueden asegurar por lo pronto algunos votos para iniciativas propias y aumentado su margen de negociación con el Ejecutivo; pero lo hace con aliados en los que no se puede confiar. Y lo hace demostrando que la política, en El Salvador, no se rige por principios, a pesar de toda la retórica expresada durante años en que su presencia en la Asamblea Legislativa, aún siendo la segunda fuerza más importante del país, fue intrascendente porque el PDC y el PCN le bastaban a ARENA para alcanzar mayoría.
Sería una pena que el sistema político desaproveche esta crisis para ordenarse y limpiarse, impulsando leyes de partidos y de financiamiento de campañas y de persecución de la corrupción sin medias tintas. Lamentablemente, los liderazgos tradicionales parecen haber pactado nuevamente siguiendo la costumbre, y dan los primeros pasos para desaprovechar esta oportunidad histórica.
Estamos presenciando la prueba mas fehaciente de que el frente ( con el PC adelante) es uan copia rara, a papel carbon, de una mezcla entre PDC,PCN y ARENA. Es triste y ojala me equivoque pero no puedo de jar de interpretar los sucesos recientes de esta manera. La ideologia que el frente profesa tiene potencial para implementar una nueva forma de hacer politica en nuestro pais. No hacerlo es irresponsable, insultante al sacrificio del pueblo para llevar al frente aodnde esta. No se olviden que el frente solo no hubiese podido llegar a donde esta. Por supuesto que es bueno que la derecha se debilite pero usar metodos pecenistas o areneros, a la vieja usanza politica salvadoreña es bajo y poco inteligente.
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