Como falta seguridad jurídica se invierte poco en tecnología agrícola, en adecuar las tierras, en el uso de maquinaria, en desarrollar mercados. No es suficiente que la tierra sea fértil
20 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
Los frijoles están a 1.25 de dólar la libra y se prevé que en poco tiempo, a causa de la escasez que hay en Centro-América, lleguen a costar dos dólares la libra. Y si en adición el precio del gas alcanza los quince dólares, a la gente "no le quedará más alternativa que comer hamburguesas", como habría dicho la reina María Antonieta de Francia.
Hay escasez de frijoles, lo que de inmediato repercute en su precio, porque no se siembran y cultivan suficientemente. Y no se cultivan para satisfacer la demanda porque la agricultura regional está muy golpeada después de las depredaciones, reformas, despojos y grave inseguridad jurídica que pesan sobre nuestros países desde los Años Ochenta y se mantiene al día de hoy.
Como falta seguridad jurídica se invierte poco en tecnología agrícola, en adecuar las tierras, en el uso de maquinaria, en desarrollar mercados. No es suficiente que la tierra sea fértil; la mayor parte de la producción agrícola depende de otros factores, desde los financiamientos hasta el costo de la energía y el estado de las carreteras. Aunque repartir semilla mejorada ayuda al campesino y al pequeño agricultor, lo que cosechan, en su mayor parte, lo consumen ellos mismos, sin generar los excedentes que requiere el resto de la población. Mientras no funcione una agricultura a gran escala, tecnificada y capaz de producir para llenar las necesidades internas y además exportar, seguiremos deficitarios, dependiendo de las importaciones de frijol y granos de países que no destruyeron las grandes organizaciones agrícolas, como sucedió aquí con la Reforma Agraria de los Ochenta.
A esto se suman los riesgos derivados de la violencia imperante, las extorsiones y la incomprensión de los poderes constituidos de lo que es el trabajo eficiente de la tierra.
No se invierte en una agricultura intensiva
El Salvador continúa con las limitaciones al tamaño de la propiedad en el agro, lo que impide las economías de escala en los cultivos y el establecimiento de una agricultura intensiva.
A ello se agrega el problema cultural: los salvadoreños sólo quieren frijol rojo, el de "seda", porque nadie los acostumbró a comer frijoles indistintamente de su color o clase. Ese bloqueo cultural, que se rompe al viajar a otros países, puede ir desapareciendo si a los escolares les sirven frijol negro; un niño come cuando tiene hambre; introducir alternativas en la dieta debería ser un objetivo del sistema escolar, lo que contribuiría además al cuidado de la salud de la población.
La agricultura de mediana y baja intensidad (y lo es porque la gente se resiste a invertir para operaciones en mayor escala) no alcanza a suplir la demanda de alimentos de un país donde más y más familias dejan el agro y pasan a vivir a las ciudades. Hay inseguridad alimentaria, repetimos, porque hay inseguridad jurídica y personal. El más claro ejemplo de cómo la intromisión estatal en la agricultura la debilita o la destruye, se dio en Rusia con los comunistas: Ucrania pasó de ser "el granero de Europa" para convertirse en una región donde había hambre y dependía de las importaciones de países occidentales.
No hay confianza y, por lo mismo, no hay inversión, y al no haber inversión no habrá suficiente frijol. Mejor ayudar a nuestros agricultores que importar lo que otros cosechan.
elsalvador.com, Cuando falta la seguridad, también faltan los frijoles
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.