LPG-¿Quién quiere ser diputado?

 ¿Quién quiere ser diputado de la República y representar dignamente el cargo para la sociedad? Léase bien la oración “para la sociedad”, no para los gustos y preferencias del favorecido. Primeramente, lo que se debería pensar para incorporarse a esta carrera, si es que se le puede llamar así, es no aprovecharse del cargo.

Escrito por Fidel López Eguizábal.30 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Según la Carta Magna del país, para lanzar diputación se necesita ser mayor de veinticinco años de edad, ser ciudadano salvadoreño por nacimiento, ser de notoria honradez y no haber perdido los derechos de ciudadano en los cinco años anteriores a la elección. O sea ser persona respetuosa y educada.

Me quedo con lo de notoria honradez, acá se verifica claramente que no tiene que haber sido narcotraficante, violador, ladrón, usurpador, etcétera. El Tribunal Supremo Electoral ya está alistando las papeletas para las candidaturas para las elecciones del año 2012. Es de estar pendientes quiénes serán nuestros dignos candidatos a diputados. No queremos lobos disfrazados de ovejitas.

En la campaña política, los candidatos se ponen el chaleco de su respectivo partido político y van a la cacería, a buscar adeptos para ser favorecidos con el voto popular y llegar al poder. En esas ocasiones dan la mano a cuanta persona encuentran en la calle, cargan en sus brazos a niños, ríen, prometen, derrochan buena imagen.

Que tire la primera piedra el diputado o la diputada que sea perfecto o perfecta, no hay, eso sí, los que elegimos a los “padres de la patria” queremos que cumplan sus promesas y trabajen por verdaderos cambios en el país.

No quiero hablar de los lujos que se dan. Lo que importa es que aprueben leyes justas y acordes con la realidad que vivimos y ajustarse hasta en el presupuesto que tiene cada órgano del Estado. No se trata de hacer milagros, se trata de actuar y ser eficientes.

El artículo 131 de la Constitución de El Salvador señala las funciones que desempeñan los diputados: aprobación de leyes, dirimir conflictos, velar por los aspectos culturales, sociales, políticos, etcétera. El pueblo salvadoreño, ya sea analfabetas, con estudios, eruditos, obreros, empresarios nos damos cuenta cómo está la situación en todo el territorio, por tanto, estamos siempre al pie del cañón si las leyes que los diputados están aprobando están dando resultados.

“Yo quiero ser diputado, no importa que esté en una silla de ruedas, no tenga estudios universitarios o sea de un cantón. Lo que quiero es cambiar el rumbo del país. Cuando esté en una de esas curules propondré leyes que hagan cambiar a mi querido El Salvador”. Pues hay que presentar la hoja de vida al partido de preferencia.

La situación es difícil en el país, ¿es culpa de los diputados o del presidente de la república? Nada más corroborar que no importa cómo se encuentra una nación, siempre tiene que haber gobernantes, por tanto, los diputados son los que nos representan en cada departamento. Aunque en muchas ocasiones, no los conocemos o solamente llegaron al cantón, barrio, o colonia en tiempo de campaña política.

Por ello, los diputados tienen que cambiar de actitud, no importa el color político ni la ideología, nada más tienen que cumplir sus funciones encomendadas.

¿Quién quiere ser diputado?