Contra Punto-Turismo rural y economía familiar - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Susana Barrera.22 de Enero. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR - Ver, hacer  y sentir, tres verbos que hacen la diferencia entre el Turismo Rural y el turismo convencional, pero aún más importante, es el impacto del Turismo Rural en las economías familiares.
El Turismo Rural surge en Francia a principios del siglo pasado, en el marco de una crisis agrícola; los pequeños y medianos agricultores respondieron abriendo las puertas de sus fincas y casas rurales al negocio de la acogida.
A esa diversificación de sus economías hoy en día se le llama Economía Rural No Agrícola (ERNA), la que en Brasil representa el 37 por ciento de los ingresos en el campo.
En aquel momento, también se le llamo el “Turismo de los Pobres”, pero ese Turismo permitió la revalorización del paisaje, la re-creación (resurgir) de las familias, le dio un valor agregado a la propiedad rural. La Hacienda Selva Negra, en Matagalpa, Nicaragua, el 30 por ciento de sus ingresos es generado por el turismo.
En El Salvador, este es un tema relativamente nuevo, se ha comenzado a tratar desde hace cuatro años. Todos y todas en algún momento sin saberlo hemos hecho Turismo Rural; cuando regresamos al pueblo a propósito de los festejos patronales, cuando vamos a las moliendas, a los ríos y hacemos tantas otras actividades relacionadas al agro y a la naturaleza.
Los entes rectores del Turismo Rural en la mayoría de países del mundo, donde se toma en serio este rubro, son los ministerios de agricultura, porque los principales protagonistas del Turismo Rural son las familias productoras campesinas. Otras entidades vinculadas al medio ambiente y al turismo se suman a los esfuerzos. Existen políticas definidas desde y para el Turismo Rural.
No es fácil para un productor, que por generaciones a producido la tierra, entrar al negocio del servicio, pero las frágiles economías, como en Francia en el siglo pasado, está haciendo que cooperativas, empresas agrícolas familiares y personales estén incursionando en el Turismo Rural, lo están viviendo cooperativistas vinculados  a la canicultura de San Rafael Obrajuelo, en La Paz  o la cooperativa Ecomanzano de El Guaje en Santo Tomás, San Salvador.
Ver, hacer y sentir hacen la experiencia en el Turismo Rural, una vez impulsado este es capaz de frenar la emigración, de potenciar la identidad y el orgullo, de ocupar  a la juventud y animarla a la formación y más ventajoso aún diversificar la economía agrícola y por consiguiente general el desarrollo de las familias y las comunidades rurales.

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