Omar Salinas.22 de Enero. Tomado de Diario Co Latino.
Después de un comienzo alentador, brillante, esperanzador y con la elocuencia magistral
del discurso del Presidente Funes, qué eclipsó al adversario político y que incluso hizo brotar más de alguna lágrima de la emoción, al aquel entonces, Presidente de Brasil, Lula da Silva, en la toma de posesión del primero.
Hoy, después de un año y medio de gestión de este nuevo Gobierno, todo parece indicar que la realidad ha superado a la expectativa, del júbilo, de la ilusión se ha pasado al escenario del reclamo, la insatisfacción, y lo que es más, da la impresión que la falta de visión y voluntad en la búsqueda de afrontar y resolver los verdaderos problemas estructurales que tienen atascado a este país desde ya largo rato, no podrá achacársele solamente a la derecha, no, la izquierda, o al menos parte de ésta, no está exenta, pues aunque hay que reconocer que en este Gobierno híbrido de izquierdas existen algunos cimientos, logros y avances importantes en materia de salud, educación, protección civil, turismo y, el esfuerzo que se está haciendo por transparentar Obras Públicas, es satisfactorio, y la población los reconoce y bien valora, hay falencias, errores y desaciertos, que tienen que ver con el rumbo de la economía del país, y particularmente con el deterioro de la economía familiar, que incide en la calidad de vida de la población, que si no son atendidos y corregidos oportunamente, y no hay un viraje sustancial en el manejo de la política económica, por parte del Gobierno, muy probable no solo afectará la credibilidad de la gestión del Presidente Funes, para lo que resta de su mandato, sino que también pondría en juego, y en riesgo, la continuidad del partido de izquierda en la administración del Ejecutivo, de cara a las elecciones presidenciales del 2014.
Sin descartar el costo político natural que se pudiese dar en las próximas elecciones legislativas del 2012 para el partido FMLN, como resultado del descontento generalizado que existe en la ciudadanía por el manejo poco responsable y desordenado del tema de la focalización del subsidio al gas licuado de petróleo, y por el encarecimiento acelerado de los servicios básicos como agua, energía, telefonía y la canasta básica en general, que muy poco o nada se está haciendo para contrarrestar, y que pese a que estas áreas no son manejadas directamente por miembros del FMLN, que tampoco los exime de responsabilidad, sino por el grupo de connotados que le manejan la Gestión Económica al Presidente de la República, al convertirse este partido político en el único instrumento visible del aparato de Gobierno, sin duda toda esta insatisfacción expresada por la gente, en las diversas encuestas y en la calle, que ve como cada día su poder adquisitivo se le reduce drásticamente, y ante la falta de respuesta, resultados concretos y palpables que le mejoren su situación, le puede pasar la factura de castigo al partido de Gobierno.
De lo positivo, no es extraño que en Educación, la población, principalmente aquella la carente de los recursos económicos suficientes que le permitan afrontar el alto costo de los bienes y servicios, siga viendo como una buena medida, la entrega de los paquetes escolares y uniformes en las escuelas del sector público, sin embargo, la eventual revisión y evaluación de los procesos de acreditación en que entrarían los colegios privados y universidades, en caso se llevase a la práctica, resultaría en si mismo una medida de trascendencia para el mejoramiento de la calidad de la educación para este pequeño país, pues para nadie es desconocido que el actual sistema de categorización, bajo el que se califica con A, B, C o D, para algunos colegios, antes de ser un incentivo para mejorar y mantener la calidad del nivel educativo, ha servido más como una práctica de mercadeo y, por supuesto, de lucro, en perjuicio del padre de familia.
En Salud, pese al caos, dificultades y adversidades, que confirman el agotamiento de un modelo primitivo de gestión, y que urge darle paso a otro, cuya base central sea la cultura del servicio y el espíritu del humanismo, al menos en lo que respecta a la actual administración, se nota una mejor disposición y honradez en el trabajo que se desarrolla en esta cartera.
No es fácil manejar una institución con tanta dificultad presupuestaria, y en medio de un montón de intereses individuales y de grupos, internos y externos, a los que les conviene que la situación en este ministerio, no cambie. Hay otros casos aislados de buen suceso, principalmente de aquellos cuadros que entraron de relleno a completar la planilla del Ejecutivo, que están desempeñando un buen papel en algunas instituciones poco conocidas, pero debido a la nula vinculación directa al bienestar de la población, la gente no las percibe como logros, sino mas bien las considera como un gasto innecesario para el Estado. Ojalá nuestras autoridades tomen nota de ello.
Obviamente el gran reto para la sobrevivencia de este Gobierno, sin duda, es mejorar el tema económico, que hasta hoy es negativo. Y que en orden de prioridad y considerando la situación apremiante que vive el país, es el que más interés despierta en la población. Que 18 meses al frente del Ejecutivo, sea quizás muy poco tiempo para revertir y contrarrestar los efectos nocivos de una serie de medidas económicas que siguen vigentes, cabe la posibilidad, que las circunstancias y el contexto económico y social no eran las más idóneas al asumir el poder, nadie lo está negando, o que miembros del Gabinete Económico se sientan cómodos con estas políticas económicas, y ello explica la resistencia de no darle paso a otras, cuya finalidad sea sacar del estancamiento a este país, tampoco se descartaría.
Pero lo cierto es que la realidad está allí, y urge darle respuesta. En materia de energía, por ejemplo, a estas alturas no se vislumbra una estrategia o política que transforme una matriz energética frágil, ni que ponga las reglas claras y transparentes en un sector, que a juzgar por lo visto, ha encontrado en una institucionalidad dócil de este Gobierno, tierra fértil. En lo referente a la defensa del consumidor, todavía hay una enorme deuda, se persigue al que acapara una gallina, pero muy poco o nada se hace para frenar los abusos y cobros indebidos, y al establecimiento de algunas tarifas leoninas, que se le siguen cargando al ciudadano. Igualmente, otra situación que debiese someterse a un análisis exhaustivo, es la medida de racionalización o focalización del subsidio del gas propano que impulsa el Ejecutivo a través del Ministerio de Economía, que como medida para eliminar el contrabando y otras situaciones que han desnaturalizando esta ayuda estatal, está bien.
Pero si por otro lado, el objetivo inmediato que se persigue con esta racionalización es acatar y cumplir con disposiciones emanadas de los organismos financieros internacionales, aún a sabiendas que no se está preparado para llevar a cabo esta aventura, pues hay errores en los mecanismos de control y el criterio de asignación del subsidio es deficiente, grosero y excluyente, un mal precedente representaría para este Gobierno, en el que se supone que este tipo de prácticas, que otros nos dicten que hacer en nuestra economía domestica, tendrían que haber quedado en el pasado.
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