Lo que decimos de la obtención del DUI como un proceso rápido, simple y al menor costo posible, debería ser norma para todo tipo de trámite que hagan los particulares en oficinas públicas.
Editorial. 11 de Diciembre. Tomado de El Dirio de Hoy.
El nuevo DUI se comenzará a emitir desde el cuatro de enero entrante, documento que, como se estipula en la ley de creación, tendrá validez por cinco años. Pero lo que era un objetivo claro, dotar a los pobladores de un certificado de identidad confiable y práctico, se enturbió por manoseos políticos, incluyendo una gratuidad que no les dificultó decretar a los diputados pero a costa de la empresa contratada para realizar esa labor.
Uno paga y otro saluda. La peor señal que se puede dar a la gente que invierte y produce, es violar contratos o desconocer obligaciones adquiridas.
Siempre hay innecesarias pegas en lo que debe ser lógico, transparente y fácil. Pese a que la empresa emisora ya tiene recopilados los datos de cada ciudadano, datos que en su mayoría se han verificado dos y tres veces, hay gente interesada en que cada vez que se emite el DUI los pobres solicitantes tengan que presentar su partida de nacimiento, lo que les hace incurrir en costos adicionales de dinero y, sobre todo, de tiempo. Y en el caso de residentes de un lugar pero que nacieron en otro, digamos alguien que vive en Chalchuapa pero nació en Ciudad Barrios, se les obliga a hacer viaje para sacar la copia reciente de la partida que se exige.
Subirle los costos a las personas para sacar certificaciones o documentos es causarles perjuicio, más en medio de un período de dificultades económicas. En el caso del DUI, toda la información está registrada; emitir un nuevo DUI debe ser rápido y al menor costo posible para el interesado; adicionalmente se debe garantizar al país que el DUI será un documento supervisado con independencia de cualquier partido o agrupación política, para evitar que se manipule y se preste a fraudes de toda naturaleza.
La eficiencia hace progresar a los pueblos
Lo que decimos de la obtención del DUI como un proceso rápido, simple y al menor costo posible, debería ser norma para todo tipo de trámite que hagan los particulares en oficinas públicas. El establecimiento de ventanillas únicas, simplificar reglamentos y exigencias, evitar que la gente se vea forzada a ir de un sitio a otro para obtener firmas, asegurarse de que en las oficinas se disponen de formularios, tiene que ser un objetivo prioritario. Hay que ponerse en los zapatos ajenos, pensando en las tramitaciones que están forzados a realizar inversionistas y empresas que vienen a establecerse, incrementando costos y el tiempo para emprender obras.
En el rubro de construcción se cae en absurdos, como pedir estudios ambientales para edificar una vivienda en medio de un barrio, o los permisos para asegurarse de que la ruinosa casa que se debe derribar no es una joya arquitectónica de acuerdo con la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, antes atribución de la desaparecida Concultura. Se dio el caso de una iglesita del interior, hecha de adobes, cuya reconstrucción se tuvo que realizar con adobes para preservar un tesoro cultural que, de todas maneras, se va a caer en el siguiente terremoto y que nadie sabrá que son adobes por la pintura que los recubre. La gran pensada le costó cien mil dólares a los donantes.
En tiempos de crisis hay que eliminar lo superfluo, abaratar el costo de vivir y hacer cosas, y facilitar la creación de empleo. Las naciones progresan al ser eficientes.
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