Comentarios mas recientes

2009/12/20

LPG-La corta lucha “hasta el final”

La elección del último candidato presidencial arenero se perfiló, desde el momento de su concepción, como un terreno de batalla. De entrada, la aparición de la entonces vicepresidenta, Ana Vilma de Escobar, como una aspirante al puesto encendió las luces en alerta. Precisamente porque no le avisó antes a su superior y presidente del partido, Antonio Saca. Los periodistas esperaron por horas para la conferencia de su lanzamiento.

Escrito por Luis Laínez.20 de Diciembre. Tomado de La Prensa Grafica.

Lo que se dijo es que peleaba contra Saca su derecho a participar en la contienda. En ese momento, el mandatario dirigía el partido y la Nación, una cualidad que le fue criticada adentro de sus filas y desde la oposición.
Al principio, en ciertos círculos, se entendía que el delfín del presidente era el ministro de Seguridad, René Figueroa. No obstante, con una delincuencia en ascenso y los homicidios creciendo como la espuma, Figueroa llegó a cosechar más rechazos que apoyos.

El que haya sido el mismo Figueroa, en su calidad de integrante de la cúpula tricolor, el que saliera a recibir la documentación de Rodrigo Ávila como precandidato presidencial (algo que no hizo con el resto de aspirantes) no hizo más que corroborar que el ex director de la Policía era el elegido del presidente del partido, aunque él estuviera haciendo un esfuerzo propio.

Las cosas empezaron a pintar mal cuando uno de los precandidatos, Francisco Laínez, que había renunciado a ser ministro de Relaciones Exteriores para participar en la contienda, fue desechado de la terna finalista.

A estas alturas, el rumor sordo de que la elección del candidato estaba cargada se había convertido en un reclamo cada vez más fuerte.

El clima se calentó más cuando la vicepresidenta denunció públicamente a Herberth Saca, primo del presidente y para muchos su operario político, y al fallecido Adolfo Tórrez, entonces director departamental de San Salvador, de haber hecho campaña en su contra.

Hace dos semanas, el Consejo Ejecutivo Nacional (COENA) retomó todas estas irregularidades, acusaciones y señalamientos y los convirtió en las acusaciones y los argumentos para decretar la expulsión de Antonio Saca.

La primera reacción del ex gobernante, cuando, hace una semana, se conoció que había recibido una citación para que se presentara el lunes a escuchar la apertura de un proceso disciplinario, fue que iba a “luchar hasta el final”. Le aseguró a LA PRENSA GRÁFICA que iba a llegar “hasta las últimas consecuencias”, lo que implicaba pelear ante el Tribunal Supremo Electoral y la Corte Suprema de Justicia.

Sin embargo, el martes, apareció un nuevo Saca. En el Aeropuerto Internacional El Salvador, donde estaba –aseguró– en escala hacia Honduras (donde apareció públicamente hasta el jueves), dijo que lanzaba la toalla.

Que no iba a pelear porque, hiciera lo que hiciera, el COENA había tomado una decisión y esa era expulsarlo del partido. Que no tenía oportunidad, porque acordaron echarlo apenas unos minutos después de que sus abogados habían llegado, en su nombre, a escuchar los cargos que le imputaron.

Además, aseguró que su intención no era afectar a ARENA o dividirla, algo que hizo eco en otra de las acusaciones, de que es el responsable de la disidencia de 12 diputados tricolores.

¿Qué pasó entre domingo y martes para que Saca haya decidido acortar la pelea que aseguró iba a dar en contra de la dirigencia arenera?

La corta lucha “hasta el final”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.