Escrito por Alejandro Alle. 29 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
En esta época siempre se hacen balances sobre lo ocurrido en el año que termina, y también se formulan preguntas, usualmente pretenciosas…, sobre lo que ocurrirá con la economía en el año que se avecina.
El énfasis de tales interrogatorios suele estar en la macroeconomía, rama que se ocupa de las grandes variables que influyen en la actividad económica de un país, como la tasa de desempleo, la variación del nivel general de precios (inflación), las cifras del gasto público, las de la recaudación impositiva, el déficit fiscal del año, y la evolución del total de la deuda pública. Son muchas preguntas.
Y dada la "milimétrica" precisión de algunos pronósticos (total, dentro de un año nadie los recordará…), es conveniente optar por ser cautos con las preguntas que hacemos. Y escépticos con las respuestas que obtenemos.
En esa línea, es útil reflexionar sobre una acertada afirmación del economista Juan Carlos de Pablo, quien en su libro "Levantemos la puntería" dice: "no preguntes 'qué va a pasar', a menos que quieras perder el tiempo. La verdadera cuestión es 'qué hacemos', considerando que no sabemos lo que va a pasar". Se trata, entre otras cosas, de un reconocimiento a la dependencia que la macroeconomía tiene con respecto a la política.
La evolución de las variables macroeconómicas, es cierto, está directamente vinculada con el trabajo de dos autoridades gubernamentales específicas: las monetarias y las fiscales.
La autoridad monetaria es el Banco Central, que en El Salvador (afortunadamente) tiene las manos atadas por la dolarización, y en consecuencia no puede emitir billetes para financiar el gasto público. Está por ello impedida de originar el impuesto inflacionario, que es el más regresivo de todos porque afecta a los más pobres: asalariados y jubilados.
La autoridad fiscal, por su parte, es la encargada de buscar la forma de financiar los gastos del sector público, principalmente con recaudación de impuestos. Y cuando no alcanza, con emisión de deuda pública. El impuesto inflacionario, como fue dicho, sin colones no se puede cobrar. La carga impositiva nunca es neutra en el desempeño económico de una sociedad.
Pero en los resultados macroeconómicos también influyen, de manera indirecta aunque no por ello menos clara, otras autoridades gubernamentales además de las monetarias y fiscales. Por ejemplo, las responsables de la seguridad y de la infraestructura pública: la inseguridad y la mala infraestructura jamás fueron alicientes para el crecimiento económico.
Inciden también, inexorablemente, algunas autoridades que no forman parte del Poder Ejecutivo, tales como legisladores y jueces, quienes son de todos modos parte del Estado. Y sus decisiones, buenas, malas (o pésimas…), emiten señales que afectan lo económico. Aún cuando pretendan asumir demencia.
Otros que deberían dejar de alegar ignorancia acerca del efecto que sus palabras tienen en el desempeño macroeconómico son los políticos en general, sean o no parte de alguno de los poderes del Estado: tanto los que dicen ser de izquierda como los que dicen ser de derecha (cómodos clichés para seguir comportándose como niños caprichosos) parecen estar demasiado ocupados mirando al mundo por el espejo retrovisor.
Mientras los unos idolatran a mi sanguinario paisano Guevara (de quien apenas suelen conocer una foto "fashion" y lo poco que les contaron mal), los otros cantan himnos que hablan de tumbas y de sangrientas sudoraciones. Se equivocan ambos. Y se equivocan mal.
La sangre y los resentimientos nunca sacaron del subdesarrollo a sociedad alguna. En un país donde la mayoría de las personas son jóvenes, entusiastas, con más futuro que pasado, es triste observar cómo se las enferma con permanentes referencias al pasado violento. Los jóvenes merecen más respeto.
Por eso, en vez de preguntarse tanto "¿qué va a pasar con la macro?", le propongo que se ocupe de su propia micro…, y que sea implacable en el reclamo a los políticos (a todos) para que levanten la puntería. A la macro, entonces, le comenzarán a pasar cosas mejores.
Feliz año 2010.
elsalvador.com :.: Año 2010: muchas preguntas, una propuesta
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