Escrito por David Hernández. 26 de Diciembre. Tomado de Salvadoreños en el mundo.
En medio de una dramática lucha contra la violencia y la ola de criminalidad que azota con mayor intensidad El Salvador desde los últimos seis meses, cuando asumió la presidencia Mauricio Funes Cartagena, este país encara una serie de encrucijadas tanto por parte del principal partido opositor, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), como del matrimonio entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y del movimiento "Los amigos de Mauricio" (ahora reciclado en "Los amigos por el Cambio"), que lograron derrotar a ARENA luego de dos décadas y cuatro gobiernos derechistas, y hacerse con el gobierno a partir del 1. de junio pasado.
El principal partido opositor ha sufrido un cisma en su núcleo dirigencial, al extremo de expulsar de sus filas a uno de sus cuatro Presidentes honorarios, el ex-mandatario Antonio Saca, a raíz de un virtual golpe de Estado llevado a cabo por la "vieja guardia" de ARENA, encabezada por el ex - presidente Alfredo Cristiani, un multimillonario banquero enriquecido a fuerza de dudosas privatizaciones de la banca nacional durante su gestión.
En los prolegómenos de tan honda fisura en la derecha pura y dura, está no sólo la culpa de la derrota de ARENA en las elecciones pasadas, que achacan a Antonio Saca, sino también las manipulaciones de que se le acusan para favorecer al candidato perdedor, Rodrigo Ávila.
Cristiani, cuya autoritaria forma de proceder originó la fuga de ARENA de doce diputados de la Asamblea Legislativa constituidos ahora en grupo político, la Gran Alianza Nacional (GANA), no ha logrado imponer su autoridad a un partido que va en caída limpia al basurero de la historia. La última carta que jugó, tratar de atraer al Consejo Ejecutivo Nacional (COENA) de ARENA, al prestigioso industrial Roberto Murray Meza, le salió mal, ya que éste rechazó formar parte de la misma. A ello hay que sumar las requisiciones que tendrá por su participación, directa o indirecta, en el asesinato de los padres jesuitas en noviembre de 1989, ahora ventiladas por los tribunales espanoles.
El gran capital, tanto nacional como internacional, ha comprendido que ARENA no es imprescindible en el tablero político, y que en su lugar se vislumbra una alternativa más moderna, ecuánime, políticamente correcta y sobre todo, popular. Se trata de Mauricio Funes y de su Movimiento "Los Amigos por el Cambio", que ha comenzado a tomar distancia de sus aliados de conveniencia, el FMLN, para posicionarse como fuerza autónoma. Y a aglutinar en su entorno a reconocidas figuras de la derecha como los Salumé, a veletas ideológicas como Facundo Guardado y sus contactos con la social-"demosgracia" espanola, o a parte de la Democracia Cristiana representada en José Napoleón Duarte hijo o el General David Munguía Payés, actual Ministro de Defensa.
Un equipo de mediocres economistas que actuan bajo la éjida de los dictados de Washington en la Secretaría Técnica de la Presidencia ha comenzado a trazar la arquitectura de la nueva economía nacional basada en una total aquiecencia a las líneas de conducta impuestas por los "global players" de los organismos multilaterales, léase Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En el plano nacional, el rumbo es buscar un idioma común con la todopoderosa Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), el sindicato de los multimillonarios salvadorenos.
Por el lado de la izquierda las cosas no van mejor. A la posible decapitación de varios ministros rojos que el Presidente Funes hará válida a principios de 2010, y a las medidas en materia económica tomadas por el Gobierno, entre ellas un paquetazo económico de dudosa efectividad, el FMLN ha reaccionado con la táctica del avestruz, escondiendo la cabeza.
Las sosas declaraciones de los pavos reales del FMLN, Sigfrido Reyes o Roberto Lorenzana, no hacen más que confirmar las sospechas de que la dirigencia roja está tratando de escapar hacia adelante con una retórica de baja estofa. Y ello teniendo en cuenta que a principios del próximo enero estarán rodando como mínimo las cabezas de Salvador Sánchez Cerén, actual Vicepresidente del país y hasta el momento Ministro de Educación, del Ministro de Gobernación Humberto Centeno y del de Seguridad, Manuel Melgar.
Luego de realizar una jugada maestra en la política de alianzas al lograr un consenso general de las fuerzas progresistas en torno a la candidatura de Mauricio Funes, la actual dirigencia del FMLN se ha quedado sin "juelgo", se le acabaron las pilas. Es lo que se infiere de un silencio que huele a indefinición y a mediocridad intelectual. Algo que no pasa en las bases del FMLN ni en el movimiento popular, que están pletóricos de dinamismo y con sed de verdaderos cambios sociales.
En la capital germana me han preguntado qué sucede en el país ahora que, en teoría, la izquierda gobierna. Luego de siglos de opresión y tiranías, las fichas están recomponiéndose, hay un nuevo barajear de cartas, producto de lo cual estamos viendo "en vivo" este saludable aunque espérpentico retablo de la política nacional.
Salvadoreños en el Mundo: El Salvador, una democracia atribulada
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