Editorial. 30 de Diciembre. Tomado de Diario Co Latino.
El Salvador, al igual que todas las naciones del mundo, concluye un año con una gran crisis económica, debido, fundamentalmente, al fracaso de la implementación del neoliberalismo en el orbe. De tal manera que lo que entre su doctrina tendía a demonizarse, hoy es una receta para salir de la crisis: “más intervención del Estado”.
En el caso salvadoreño, la crisis económica mundial ha impactado más, pues hubo un decrecimiento de menos 3-3%, debido a que, durante los 20 años de gobierno de ARENA, no hubo políticas para reactivar el agro ni la agroindustria, entre otras políticas sectoriales; además de la imposibilidad de establecer políticas cambiarias, debido a la dolarización de la economía.
Durante los 20 años de ARENA se privilegió la economía terciaria, amparada en las remesas familiares, que antes de la crisis significaba el 17% del Producto Interno Bruto.
De acuerdo con informes serios que ha conocido Diario Co Latino, la crisis económica en El Salvador comenzó en el año 2006, pero el gobierno de derecha y sus gremiales, incluyendo los tanques de pensamiento, se encargaron de ocultarlo.
Hicieron también su papel de ocultamiento de la realidad económica del país, que en el mes de marzo, previo a las elecciones presidenciales, decían que la economía no había sido afectada por la crisis económica mundial, y hablaban de un estado con finanzas fuertes. Toda una falsedad.
El cambio de gobierno, encabezado por el Presidente Mauricio Funes, destapó la real crisis económica del país, que, en términos sencillos, se puede afirmar que encontró un estado quebrado.
Gracias a sus asesores, y a sus acciones decididas, respaldado por el partido de gobierno, el FMLN, el Presidente Funes se movió oportunamente con los organismos multilaterales para garantizar fondos hasta 2012.
Algunas pocas voces han criticado al Presidente Funes por sus negociaciones con los organismos financieros internacionales, mientras otros han reconocido que el primer mandatario de izquierda en El Salvador, no tenía mucho espacio ni tiempo para maniobrar. Lo cierto es que, los movimientos del Presidente Funes, garantizan la gobernabilidad, financieramente hablando, por lo menos en los primeros dos años y medio de su quinquenio.
A la crisis anterior hay que sumarle los más de 300 millones de dólares que ocasionó el paso del huracán Ida, que destruyó prácticamente tres poblaciones, siendo la de mayor significado Verapaz, en el departamento de La Paz.
Pese al estado en bancarrota, encontrado por el mandatario Funes, la ciudadanía tiene esperanzas que él, y el partido de gobierno, el FMLN, sacarán a flote el país.
De hecho, el inicio de proyectos que generarán empleo, como las construcciones de vivienda, y el hecho de dar uniformes, calzado y útiles a los estudiantes del sector público, entre otros beneficios sociales; así como la reforma tributaria, aprobado a mediados de este mes, dan mucha esperanza a la ciudadanía que con la conducción del Presidente Funes, respaldado cien por cien por el partido FMLN, sacará a la Nación adelante.
Es decir, terminamos un año con crisis, pero con mucha esperanza en el futuro.
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