Este es solo parte de lo oneroso que resulta atender a personas víctimas de la violencia.
Escrito por Jaime López. 28 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
La violencia que agobia al país no sólo ha ocasionado más de cuatro mil homicidios y mucho pesar en las familias salvadoreñas, sino grandes secuelas en las víctimas de lesiones.
Además de los costos humanos, esta escalada le origina al Estado un gasto anual que asciende a 38 millones de dólares sólo por atención médica, según el Ministerio de Salud Pública.
De acuerdo con la fuente, el costo promedio de atención en un hospital a un paciente de este tipo es de $662 dólares, aunque muchas personas son sometidas a operaciones que pueden costar más de 25 mil ó 40 mil dólares.
Según la jefa de la Unidad de Lesiones de Causa Externa (ULCE), del Ministerio de Salud Pública, Silvia Morán, la red hospitalaria atendió a 1,768 lesionados por arma de fuego y 2,115 por arma blanca, de enero al 15 de diciembre.
Estos casos son clasificados en la ULCE, al igual que las víctimas de accidentes de tránsito, todo tipo de caídas, intoxicaciones y accidentes laborales.
No obstante, los lesionados por la delincuencia y accidentes de tránsito fueron los más frecuentes, complejos, costosos y letales, de acuerdo con el análisis de las autoridades sanitarias.
Aunque la epidemia de accidentes de tránsito genera decenas de lesionados a diario, las víctimas por arma de fuego representan el quinto lugar de la totalidad de hospitalizados en ULCE y el cuarto lugar los heridos por arma blanca. De estos, 333 baleados murieron y otros 47 que habían sido heridos con arma blanca, en el intento de los médicos por salvarles la vida en los quirófanos.
Las estadísticas reflejan que los lesionados con arma de fuego por delincuentes tienen más probabilidades de morir que los atacados con armas corto punzantes.
Fuentes de Causa Externa afirmaron que de cada 100 lesionados por delincuentes con arma de fuego y que llegan a los hospitales nacionales, 18 murieron, mientras los lesionados por arma blanca sólo mueren dos de cada 100, durante la atención en emergencia u hospitalización.
En casi nueve, de cada 10 baleados (1,561), la víctima era del sexo masculino y el uno por ciento femenino. Los heridos por arma de fuego demandaron 12,475 días de hospitalización; y por arma blanca 9,223 con un promedio de estancia de siete días.
El grupo más afectado fue el comprendido entre los 20 y 29 años, quienes sumaron un total de 556 hospitalizaciones, equivalente al 26 por ciento de la totalidad de los lesionados. Además en este grupo murieron 16 personas un 34 por ciento de la totalidad de asesinados. Los meses que registraron la mayor incidencia fue junio con 217 casos y marzo con 215; los días y las horas más frecuentes fueron los domingos, lunes y miércoles, entre las 8:00 de la mañana y 3:00 de la tarde.
Gasto es mayor
Otro estudio del Programa de las Naciones Unidas (PNUD), realizado en 2003, reveló que mantener la violencia a El Salvador le costaba 1,717 millones de dólares, una cifra que recopila gastos en seguridad privada, médicos, indemnizaciones, pago de seguros, daño emocional, pérdidas en salud, entre otros.
Esa cifra representa el doble del presupuesto de Salud y Educación juntos en un año.
Lo anterior es prueba, según las autoridades de Salud, que la violencia frena el desarrollo social y económico del país. El estudio del PNUD implica la sumatoria de todos los costos incurridos por el Gobierno y los familiares de las víctimas. Éstos se cuantifican desde el enrejado de las casas y pasajes que las familias pagan para garantizar su seguridad; hasta la contratación de seguridad privada, instalación de sistemas de alarmas electrónicas, atención por salud pública, rehabilitación, salarios dejados de devengar por incapacidad o discapacidad.
También se incluyen las facturas por compra de medicamentos especiales no suministrados por la red pública y que corren por cuenta de los familiares. Además, los parientes incurren en gastos por pasaje de autobús para visitar los hospitales, en consultas subsecuentes y durante el proceso de rehabilitación.
Los especialistas en Salud Pública se preguntan: cuánto ganaría el país si la partida financiera que se destina para atender a los lesionados por arma de fuego o arma blanca, en un clima de paz, se ocupara para combatir la desnutrición infantil, el analfabetismo, el reforzamiento de los programas preventivos de salud o la erradicación de la pobreza.
Sistema de vigilancia
Todos los hospitales de la red pública brindan asistencia a las víctimas por lesiones con arma de fuego o arma blanca, sin embargo, hay ocho que registran el mayor número de casos, quienes han creado el Sistema de Vigilancia Hospitalaria en los casos de lesiones.
Este sistema lo integran los hospitales Rosales y Bloom, en San Salvador; San Bartolo, en Ilopango; San Rafael, en Santa Tecla, Zacamil, en Mejicanos; Nueva Concepción, en Chalatenango; San Juan de Dios, en Santa Ana, y el de San Miguel.
En estos ocho hospitales concentraron el 35 por ciento de los lesionados de enero a septiembre, lo cual equivale a 1,366 casos, informó el jefe de Emergencia del Hospital Rosales, Juan Antonio Tobar.
De los ocho hospitales en vigilancia, el Rosales atendió a más de la mitad de todos los lisiados, por ser el centro de mayor referencia, mejor equipado y con los especialistas más experimentados.
Pero aún con todos los esfuerzos de los médicos y la tecnología, 254 heridos ya sea por arma de fuego o arma blanca murieron, equivalente al 66 por ciento de la cifra global del Ministerio de Salud Pública. Según Tobar, la mayoría de los lesionados es atacado en lugares u órganos del cuerpo muy delicados como cabeza, tórax o abdomen.
elsalvador.com :.: Violencia cuesta $38 millones en atención médica
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