Escrito por Walter Farfán.24 de Diciembre. Tomado de Diario Co Latino.
El pasado 28 de junio, día del golpe de estado en Honduras, pasará a la historia de Centro América como el día de la traición y la infamia. Sin embargo, para la derecha salvadoreña que ve el mundo al revés, éste fue un acto de lealtad a la patria, digno de ser imitado en el mundo; es decir, secuestrar a un presidente de su casa, meterlo por la fuerza en un avión e irlo a tirar a un país vecino violentando así todas la leyes, es algo digno de encomio. Se les ha oído decir a voceros de la derecha que hoy se sienten orgullosos de Honduras y que éste sí es un país donde se respetan las leyes, algo que deja boquiabierto a más de algún ciudadano con convicciones democráticas básicas. Bastante rápido el COENA sale a apoyar lo que ellos llaman sucesión constitucional (extraña figura jurídica que ni existe en las leyes hondureñas). Esto nos dice mucho acerca de las pobres convicciones democráticas de ARENA.
Pero tratándose de la derecha salvadoreña esto no es extraño ni novedoso, pues por mucho tiempo ellos han sostenido, que son un partido que promueve la democracia, algo que es contradictorio en si mismo pues, de todos es sabido que es un partido que representa y defiende los intereses de una pequeña elite económica, y esto por definición está reñido con el concepto mismo y la esencia de la democracia, es decir está reñido con el poder del pueblo.
Este mundo al revés de la derecha se puede notar en su interpretación de la historia de El Salvador; por ejemplo la matanza de 1932 perpetrada por el ejército al servicio de la derecha, la convirtieron con el devenir de los años en “el comunismo”, haciéndole creer a la gente que fueron los comunistas quienes la llevaron a cabo. Hoy en día, ARENA inicia sus campañas electorales en Izalco, lugar de una cruel masacre cometida en aquella época, por soldados del ejercito en contra de indefensos civiles. De nuevo este mundo trastocado de la derecha hace que ellos se sientan orgullosos de aquel infame genocidio.
Por otro lado, ellos se ven a si mismos como verdaderos nacionalistas pero no tienen ambages en su obediencia servil ante las órdenes emitidas por el imperialismo yanqui (recuérdese el envío de tropas a Irak, el congelamiento de relaciones diplomáticas con Cuba, su animadversión al gobierno de Venezuela, etc.); además de la muy sufrida dolarización. Todos los cuales son signos de la ausencia del decoro y el más mínimo respeto por la patria, que el verdadero nacionalismo exige.
Si nos remontamos a la historia reciente vemos que los héroes de la derecha son verdaderos antihéroes, sus favoritos son los traidores y verdugos de este sufrido pueblo, por ejemplo el dictador Martínez o asesinos de la talla de d’Aubuisson o Domingo Monterrosa.
A más de un derechista se le ha oído decir que si ellos no ganaron la guerra fue porque los gringos les quitaron el apoyo, reconociendo implícitamente que la guerra que ellos libraron tenía una base de sustentación extranjera y no nacional; por lo que el adjetivo de nacionalista les queda demasiado grande a los areneros.
Para los derechistas, la defensa del capitalismo y sus postulados se ha convertido en una especie de religión, esto a pesar de que algunas de sus vacas sagradas perecieron para siempre con la reciente crisis financiera.
Ellos hablan de “ideologías obsoletas” refiriéndose al socialismo, cuando lo verdaderamente obsoleto es el capitalismo que ellos promueven a rajatabla, les gusta hablar del fracaso del socialismo en la Europa del Este, pero se les olvida mencionar el total fracaso del capitalismo en nuestros países y en la mayor parte de los países del mundo, quien ha viajado y visto algunos de esas ciudades: Praga, Budapest, Belgrado sabrá que el fracaso allí no tiene nada que ver con el fracaso del capitalismo en nuestros países, la extrema pobreza, las enfermedades prevenibles, el analfabetismo, la marginalidad todos males que nos aquejan a nosotros; son tan exóticos para un ciudadano de Praga como para cualquiera de una metrópoli del mundo desarrollado, aún así a la derecha salvadoreña se le llena la boca hablando de la superioridad del capitalismo, sistema que a la mayoría del pueblo no le ha dado mucho o mas bien nada y que es el causante de que hoy en día El Salvador sea uno de los países con más bajo índice de desarrollo humano y con uno de los índices de violencia mas altos en el mundo (tristes privilegios).
Desde que asumió el nuevo gobierno, se ha visto una derecha poco propositiva, que más bien se ha dedicado a amenazar y a despotricar contra las nuevas autoridades.
La reforma fiscal ha sido blanco de sus ataques, se han atrevido a cuestionar la política de seguridad, incluso han tenido el descaro de cuestionar la actuación del gobierno ante la emergencia provocada por el huracán Ida, pero sabedores de que la derecha salvadoreña ve el mundo al revés, sus ladridos nos indican que vamos avanzando, eso sí, por el camino correcto.
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