Escrito por Aleksander Aguilar. 28 de Diciembre. Tomado de Contra Punto.
El término Memoria Histórica es polémico, pero ciertamente el debate sobre la cuestión debe ubicarse en el marco internacional de la lucha contra la impunidad
SAN SALVADOR - Mucho de la memoria de guerras civiles y dictaduras militares del siglo XX en América Latina aún conforman zonas oscuras del conocimiento. En varios de los países que vivieron esos traumáticos procesos no se ha manifestado, hasta la fecha, la voluntad de proyectar luz definitiva sobre el fosco escenario, de vislumbrar realidades y romper silencios. La búsqueda de la llamada Memoria Histórica post-guerra o post-dictadura en los países latinoamericanos que han vivido esos golpes sería una forma de paliar esa carencia individual y colectiva de un pasado, en la mayoría de esos países, incomodo y desconocido. Sin embargo hay todavía resistencia en prender esa luz y la insistencia en evitar conocer y entender el pasado nos pone en una eterna situación conflictiva con nuestra propia identidad colectiva.
Brasil y El Salvador, dos países latinoamericanos que vivieron recientemente violaciones sistemáticas de derechos humanos a raíz de regímenes autoritarios y situaciones de violencia generalizada, comparten la presencia de la impunidad y de la desmemoria en sus territorios respecto al tema. Sin embargo, conllevan también similitudes coyunturales que han puesto la cuestión Memoria Histórica de vuelta a la agenda nacional y que son generadas por la disposición de los actuales partidos políticos de corte de izquierda en el poder.
El término Memoria Histórica es polémico, pero ciertamente el debate sobre la cuestión debe ubicarse en el marco internacional de la lucha contra la impunidad.
Como concepto historiográfico es una idea nueva, pese que remonte a la Antigüedad los intentos de uso político para recuperar, esconder o manipular episodios del pasado a favor de un determinado status quo. Ahora bien, enmarcada como la consciencia histórica de la memoria y como parte de la memoria colectiva, la Memoria Histórica está ligada al derecho a la verdad y a la justicia en países que han sufrido violaciones sistemáticas y generalizadas de los derechos humanos. La recuperación o promoción de la Memoria Histórica vinculase a los procesos de la llamada Justicia Transicional que, impulsados actualmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se concentran en los derechos de las víctimas y las obligaciones de los Estados.
La implementación de la Justicia Transicional en los dos países ha sido trabajada de manera distinta. Brasil ha avanzado en el tema de reparación de las víctimas pero El Salvador aun no habla del tema. El Salvador ha tenido una Comisión de la Verdad de carácter oficial, mientras el informe brasileño sobre la violación de los derechos humanos es fruto de la militancia de la sociedad civil. No obstante, hay similares rechazos de los contenidos de los dos documentos por parte de los grupos interesados en mantener el status quo en ambos países. Hay progresos, pero muchas pendencias sobretodo en la lucha contra la impunidad.
Así como en El Salvador post Acuerdos de Paz, la lucha por memoria, verdad y justicia en el Brasil post dictadura militar ha estado siendo llevado a cabo por la sociedad civil organizada y por las familias de los muertos y desaparecidos. Pero en el país suramericano, desde la redemocratización del país, ninguna administración ha dado tanta atención a la cuestión como hasta la llegada del Partido dos Trabalhadores (PT) al gobierno federal.
A partir del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la discusión sobre el alcance de la ley de amnistía en el país ha escalado a un nuevo nivel y experimentado un crecimiento cualitativo. Las acciones del gobierno Lula, pese el hecho de que las medidas adoptadas hasta la fecha priorizan únicamente el tema de reparación de las víctimas, configuran un nuevo momento del proceso de construcción del Estado democrático de derecho en Brasil y hay un reconocimiento corriente en el país de la importancia de la labor de la Secretaria Especial de Derechos Humanos, creada en el gobierno PT.
Brasil, a pesar de su posición menos privilegiada en el debate comparativamente a sus vecinos sureños, ha estado realizando sólidos progresos en los últimos ochos años con la llegada del PT al poder en temas de memoria histórica y aplicación de Justicia Transicional. Los ejemplos están expresos en las iniciativas gubernamentales – como la creación de centros de documentación y referencias, caravanas de la amnistía y campañas publicitarias a favor de los desaparecidos políticos – en decisiones judiciales de declaración de responsabilidad individual como la que condenó el coronel reformado Carlos Alberto Ustra y en la recién anunciada creación de una Comisión de la Verdad de carácter oficial.
En El Salvador la inédita e histórica victoria electoral del FMLN trae expectativas positivas en diversas organizaciones de derechos humanos y en la comunidad internacional para que se alcance la superación de la impunidad y el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación. La no aplicación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad para la implementación de la Justicia Transicional contribuye para que se mantenga en abierto el legado de violencia del conflicto armado que vivió el país entre 1980 y 1992.
Permanece como el gran reto brasileño en el tema, análogamente al reto salvadoreño, la revisión de la ley de amnistía.
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