Diecinueve de los 66 artículos que integran la propuesta de reglamento para la educación no presencial son una copia exacta del reglamento de la Universidad de La Habana. Actualmente, la propuesta está bajo revisión
30 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Palabra por palabra, casi una tercera parte de la propuesta "Reglamento Especial de la Educación a Distancia", enviada a inicios de mes por el Ministerio de Educación (Mined) al Consejo de Educación Superior (CES), es una copia exacta del que rige la educación a distancia en la Universidad de La Habana, Cuba, desde 1998.
Desde no hace mucho, maestrías, postgrados y cursos cortos están al alcance de los salvadoreños tras no pocos clic y horas de dedicación frente a un ordenador.
Esa es una realidad para decenas de estudiantes en línea inscritos en centros como el Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA-Fepade) y el Instituto Universitario de Postrado (IUP).
Pero fue hasta el 9 de diciembre pasado, cuando el Consejo de Educación Superior (CES) se reunió por primera vez para discutir la mencionada propuesta.
Tras leer el documento, al que tuvo acceso El Diario de Hoy, se constató que 19 de los 66 artículos que lo conforman fueron copiados del reglamento habanero y pegados en el salvadoreño.
Los artículos 1, 2, 8, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 21, 33, 34, 38, 48, 49 52, 53, 54 y 55 del reglamento cubano, se transformaron respectivamente en los artículos 1, 39, 4, 7, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 52, 53, 56, 63, 64, 27, 28, 29 y 30 de la propuesta para el reglamento local.
Los artículos calcados definen la educación a distancia, quiénes tendrán derecho a ella, las características de los planes de estudio, las prohibiciones y los requisitos de matricula y graduación.
Entre estos, se establece que "el solicitante" deberá presentar su Documento Único de Identidad (DUI) al matricularse y declarar "bajo juramente" no estar matriculado simultáneamente en otro programa de educación superior.
Esto se debe a que el artículo 8 cubano (4 en el caso local) prohibe la matrícula a distancia a quienes "estén inscritos en los programas de formación permanente". La única excepción, será en aquellas carreras cuyos programas de estudio hayan sido registrados "bajo la modalidad mixta".
A primera vista, ninguno de los artículos "cubanos" tiene una carga ideológica. Al respecto, el director general de Educación, Francisco Marroquín, consideró: "No creo que venga escondido el comunismo ahí. Si la regulación se adapta a la situación del país, venga de Estados Unidos, venga de Suiza o venga de Australia, nosotros la analizamos".
Lo evidente es que quienes formularon la propuesta no tuvieron reparo en "copiar y pegar" artículos sin un mínimo trabajo intelectual para, al menos, expresar las mismas ideas con otras palabras.
Las diferencias
No obstante, la propuesta también cuenta con aspectos "originales". Tal es el caso del objetivo trazado en los considerandos iniciales. Según estos, el reglamento pretende "formar profesionales" a través de "una currícula "flexible" que permita prescindir de las clases presenciales en las aulas universitarias, sustituyéndolas por "las aulas virtuales".
Otros aspectos que no se copió, al menos del reglamento cubano, son los objetivos específicos. Entre los que destaca el de: "Establecer procesos y estructuras innovadoras de educación, capaces de desarrollar e incorporar en forma continua, todos los adelantos, invenciones y propuestas que optimicen los procesos de enseñanza-aprendizaje y de administración educativa" (redacción transcrita del original).
La propuesta, según Marroquín, fue el resultado de una "discusión de varios grupos". El documento, ahora bajo análisis en el CES, resultó de fundir tres propuestas: una elaborada por el CES anterior; otra presentada por un empleado del Mined en un congreso sobre educación a distancia realizado en España; y otra cuyo autor no recuerda Marroquín.
El presidente del CES, Mario Ruiz, explicó vía telefónica que el reglamento regirá sólo la educación superior (universitaria) no presencial y que el CES se ha reunido solamente dos veces para leer y discutir la propuesta. Un proceso minucioso en el que el han logrado avanzar hasta el artículo cinco.
Original o no, la propuesta de reglamento está aún bajo análisis y es susceptible de mejoras y correcciones. Para el director general de educación superior, el objetivo del reglamento está claro: "Abrir la frontera de la comunicación al conocimiento, tener cuidado de que no se abuse de los nacionales y que sea una cosa seria".
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