¿Por qué se habla tanto de ser transparentes? La pérdida de la confianza entre las personas y entre estas y las empresas e instituciones es una de las causas de la crisis actual. Pienso que el secreto para salir de las dificultades es comprender los fundamentos de la confianza.
Escrito por Kalena de Velado .20 de Diciembre. Tomado de La Prensa Grafica.
Según el profesor Josep María Rosanas, la confianza es un bien que tiene un valor real, práctico y económico, que aumenta la eficiencia del sistema, crea un agradable ambiente y posibilita la creación de otros bienes y valores. Siendo que la mujer tiene el poder de educar tanto a su familia como su entorno laboral, su tarea es crucial para la generación y recuperación de la confianza por medio de un mayor compromiso social con valores como la veracidad, la honradez y la integridad.
La mentira siempre causa dolor y sufrimiento, en especial cuando desemboca en la traición. La mentira tiene diferentes máscaras, justificaciones y ambigüedades. Por eso creo que el poder más grande es el que se fundamenta en la credibilidad, en luchar por vivir honestamente.
“Que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no.” Todo lo que sea diferente a esto tiene origen de maldad, que incluye la vanidad, el orgullo, la envidia, la irritación, la agresividad, la flojera y el miedo a equivocarse y quedar mal. Toda esta serie de miserias son manifestaciones de la mentira.
“La vanidad y el orgullo”, explica el filósofo Rafael Llano Cifuentes en su libro Vidas Sinceras, “nos llevan a mentir para encubrir nuestros defectos o para aumentar nuestras cualidades. Cuando alguien desea ser admirado más de lo que en realidad merece, cuando sabe que, si fuera a decir las cosas como ellas son, no pasaría nada, exagera los hechos, deforma la verdad para provocar la atención de los otros. Así es de fuerte el deseo de hablar para que los otros lo admiren”.
“Cuando la envidia nos domina, cuando no se puede soportar que los otros sean más inteligentes, más fuertes, mejor parados, entonces la mentira es el gran expediente para rebajarlos. Cuando el amor propio se exalta en forma de irritación o de agresividad, nos inclinamos también a esgrimir la mentira como arma para aplastar a los otros. Surge una discusión en la casa, en el trabajo, en la escuela, entre el grupo de amigos; se forma una rueda, quedamos en el centro de las atenciones, una palabra agresiva es rechazada con otras más feroces. Es una verdadera pelea de argumentos, una borrachera de palabras, y la ira susurra a la imaginación hechos no verídicos, denigrantes. Un día más tarde, recapacitando lo sucedido frente a nuestra conciencia, sentimos una enorme vergüenza: ¿Cómo fui a caer en esa verborrea teatral, cómo fui capaz de decir tanta mentira?...”
“Cuando la flojera nos tienta, en el momento en que se presentan los compromisos serios del deber, inventamos otros más importantes, incluso para que no tengamos que mortificar nuestra comodidad. Por fin, el miedo a errar o sufrir nos conduce también a mentir, buscando con ese recurso un escudo falso. Si conseguimos perder el miedo a equivocarnos, lo que supone ganar en humildad, nuestra fuerza moral crecerá inmensamente. Hay personas o grupos que se acostumbran a decir habitualmente, en asuntos de poca importancia, pequeñas mentiras repetitivas, y cuando, en un determinado momento, por ventura en un momento dramático, quieren convencer a los otros de algo verdadero y realmente importante, ya nadie les presta atención.”
Ser transparentes significa coherencia entre lo que se cree, piensa y actúa, sin importar el lugar o la circunstancia. Estas son las mujeres y hombres que tienen poder persuasivo.
Y el poder femenino?. Ella no sabe ni pio de feminismo y menos de los derechos de las mujeres guanacas.
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