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2009/12/31

EDH-ARENA: La sacudida del árbol

Escrito por Marvin Galeas.31 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Hace rato ya que los términos derecha e izquierda son cada vez más difusos. Antes del colapso del "campo socialista", era más fácil meterle definiciones topográficas a las ideologías.
A propósito de lo anterior recuerdo un chiste de Mafalda: La maestra de matemáticas muestra una figura geométrica en el pizarrón y dice a sus alumnos: "Hoy vamos a estudiar el pentágono". Mafalda levanta la mano y sugiere: "Y mañana el Kremlin… digo, para equilibrar" . Era el espíritu de la Guerra Fría hasta en las tiras cómicas.

Ahora no es tan fácil. Zapatero y Bachelete se declaran socialistas y de izquierda. Pero también Chávez y Ortega. Más allá de la etiqueta, en España y Chile se respeta la economía de mercado, se busca atraer la inversión extranjera, no hay confiscaciones. Tampoco se cierran medios de comunicación, ni tienen los gobernantes grupos de matones que aterrorizan a los adversarios.

En Venezuela y Nicaragua la cosa es distinta: Se amenaza la libertad de prensa, se confiscan o se hostigan a las empresas, se hacen descarados fraudes, mientras grupos violentos infunden miedo en los opositores. Este tipo de izquierda tiene más parecido con el infierno fascista que con los prometidos paraísos proletarios.

De manera desafortunada es a este tipo de socialismo al que se adhiere con devoción el FMLN. Lo dicen una y otra vez, y con toda franqueza sus dirigentes. Están deseosos de regular medios y comenzar los cambios, para que después nunca nada cambie.

También, en el tiempo hubo varios tipos de derecha: la de las dictaduras militares, las cárceles clandestinas, los exilios, la censura de medios y el pensamiento único (paradójicamente muy parecida a las dictaduras comunistas). Este tipo de derecha tiene su galería siniestra: Leonidas Trujillo, los Somoza, Alfredo Stroessner, Juan Vicente Gómez y más atrás en el tiempo el temible doctor Francia que, por cierto, inspiró la magistral novela de Augusto Roa Bastos: "Yo el Supremo".

Está la derecha de gobernantes como José María Aznar, Nicolás Sarcozy y de pensadores como Milton Friedman, Von Hayek, Von Mises y mucho más atrás ese prodigio llamado John Stuart Mill, y John Locke, considerado por muchos como el padre del liberalismo clásico. Me identifico con este pensamiento con un entusiasmo tan fuerte como el desprecio que siento por las dictaduras militares de cualquier signo ideológico.

El socialismo marxista (y esa criatura llamada socialismo del Siglo XXI), es una ideología cerrada, que necesita un guía luminoso, una verborrea encendida e insultante y un Estado todopoderoso que dicta a los ciudadanos lo que deben hacer y pensar. El liberalismo, en cambio, es un conjunto abierto de ideas que promueve las libertades civiles y el mayor límite posible al poder coactivo de los gobiernos sobre los individuos.

Algunos dirigentes y miembros de ARENA, a través del tiempo, han alimentado a dicho partido con las ideas del liberalismo. Pero no lo suficiente. Lo que más motivó a ARENA, en el pasado, fue la existencia amenazante de una guerrilla marxista. De allí su anticomunismo radical, su marcha que promete hacer del país entero una tumba de comunistas. Pero el anticomunismo, aunque evoque lucha, sangre, sudor y lágrimas, no propone nada.

Pese a ello, los gobiernos de ARENA, unos más otros menos, impulsaron muchas de las ideas del liberalismo clásico: la apertura económica, el respeto a las libertades y un razonable funcionamiento de las instituciones. Sin embargo, sus bases y no pocos de sus dirigentes se formaron con las ideas de lo que atacaban y no tanto de lo que defendían. Sumado a ello la prolongada permanencia en el poder, el partido se convirtió en una maquinaria electoral en donde las prebendas y puestos se fueron imponiendo a la defensa y promoción de ciertos ideales.

Ahora ARENA está en la oposición. Un grupo de sus diputados se desgajó, aunque sus argumentos no son muy convincentes. La derrota electoral ha sido una fuerte sacudida en la que muchos frutos y hojas cayeron, y seguirán cayendo otros, creo. ARENA debe aprovechar este momento tan duro, para convertirse en una verdadera institución, inspirada en el amor a la libertad y motivada por el voluntariado, la mística y el civismo.

Sólo así serán más los frutos y hojas nuevas que broten, que las que se han caído.

elsalvador.com :.: ARENA: La sacudida del árbol

1 comentario:

  1. Dicen que no hay que morder la mano que te da de comer y este sr, de rodillas, lo cumple al pie de la letra. Escribe, en un amago de balance de carga politica en el articulo(??) que la derecha salvadoreña tiene su galeria asesina, pero no menciona a ningun asesino salvadoreño. A esta gente se le da la mano (cuando no hay otra alternativa) y esa mano se desinfecta inmediatamente!!!!

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