Editorial.12 Diciembre. Tomado de Contra Punto.
La izquierda salvadoreña tuvo luchas incomparables y heroicas: movimientos de masa y guerrillas audaces sin selvas ni grandes montañas. ¿Por qué copiar modelos?
SAN SALVADOR – Durante los años de la lucha armada la izquierda salvadoreña debatía intensamente entre sus distintas facciones cuál era el modelo a seguir por El Salvador a la hora del triunfo revolucionario. Los debates eran interminables y nunca se llegaba a acuerdos. Una u otra posición significaba división y debilitamiento del movimiento.
Para unos se trataba de instaurar un modelo al estilo de la Revolución Cubana. Otros preferían el modelo vietnamita y ni los comunistas que estudiaban en la Unión Soviética, se definían por el modelo soviético. Los más liberales veían como interesante el modelo yugoslavo de la autodeterminación.
Después del triunfo de Nicaragua se encendió la llama del modelo “sandinista”, pero para los sectores más radicalizados del FMLN, tal modelo se tornaba cada vez más “desviado”.
El tiempo pasó y algo cambió: la unidad del FMLN significaba un sólo objetivo: derrocar a la dictadura militar e instaurar la democracia, sin adjetivos. Hubo matices, pero en esencia, el gran aporte a la Historia salvadoreña que hizo el FMLN fue el derrocamiento de la dictadura militar y abrir la puerta de la democracia.
Esa transición democrática aún está en curso. El peldaño histórico de avance es el salto dado desde los Acuerdos de Paz, la desmilitarización de la sociedad y el logro de la alternancia política, sin que se haya verificado siquiera un intento de conflicto armado como muestra de regresión política.
Sin embargo, en la actualidad los debates acerca de los modelos cobran relevancia en el seno de la izquierda. Y la derecha levanta muertos en su esencia anticomunista.
Por la crisis del socialismo real y el desplome de la Unión Soviética, así como por la consecuente crisis de Cuba, el modelo cubano no está en la mira de la izquierda salvadoreña, sino que el debate se centra entre los modelos implementados en Venezuela o en Brasil.
La izquierda salvadoreña debiera asumir un modelo propio, sin casarse con uno y otro externo. La Historia de la izquierda salvadoreña la coloca en un pedestal que no tienen igual en luchas heroicas de gigantescos movimientos de masa y de audaces guerrillas sin selvas ni grandes montañas. ¿Por qué copiar modelos?
La gran prioridad de la izquierda salvadoreña debiera ser la integración de los salvadoreños –de adentro y de afuera- que bastantes dispersos y divididos estamos; además de recuperar la dignidad nacional que la derecha destruyó con nacionalismos de pacotilla.
Tal proyecto integrador sólo podrá hacerse con una visión unificadora, que suprima los privilegios oligárquicos y que haga frente al sistema violento y corrupto que las derechas implantaron con el devenir del tiempo.
No hay tiempo que perder, la unificación de El Salvador no la promoverá Lula ni Chávez ni Castro ni Obama… La debe procurar la sociedad salvadoreña y sus líderes con visión de futuro.
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