En algunos países, como Venezuela, Argentina y Ecuador, hay una agenda gubernamental sistemática contra la función crítica inherente al verdadero trabajo periodístico, con el no ocultado propósito de eliminar o someter toda voz que no esté en línea con las posiciones de los gobiernos.
Escrito por Editorial.12 de Abril.Tomado de La Prensa Gráfica.
En su reunión de medio año, recién concluida en San Diego, California, la Sociedad Interamericana de Prensa ha puesto nuevamente el índice sobre los distintos mecanismos implantados en países como Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Cuba y Nicaragua para coartar sistemáticamente la libertad de expresión, con diversos intentos coordinados para imponer, desde las estructuras autoritarias del poder, un control intimidatorio contra toda forma de crítica que afecte a los regímenes políticos que tienen, como bandera principal, la perpetuación de sus presuntos líderes. El fenómeno no es nuevo, y estamos ante una simple reedición rústica de las viejas estrategias y maniobras para acallar todo mecanismo ciudadano de control cuando el poder quiere hacer de las suyas.
Pero no sólo el poder político establecido es una amenaza actuante contra la libertad de expresión y contra aquéllos que la ejercen, sino que hoy están también otros poderes en el escenario, como el crimen organizado en sus distintas expresiones. El caso de México es al respecto muy ilustrativo, en el más alarmante sentido del término. La criminalidad se ha regionalizado y globalizado con mucha más capacidad expansiva que la institucionalidad, y este es uno de los factores más poderosos y destructivos con que tienen que enfrentarse nuestras sociedades, en una lucha que, hasta ahora, viene siendo dispareja a favor del crimen.
La SIP, en sus conclusiones, señala que, en el semestre inmediato anterior, el estado de la libertad de expresión sufrió un peligroso y preocupante deterioro en la zona latinoamericana. En algunos países, como Venezuela, Argentina y Ecuador, hay una agenda gubernamental sistemática contra la función crítica inherente al verdadero trabajo periodístico, con el no ocultado propósito de eliminar o someter toda voz que no esté en línea con las posiciones de los gobiernos. Esta es una tendencia inequívocamente opresora, ahora montada en un artificioso despliegue populista.
Pero las amenazas y atentados contra la libertad de expresión no siempre se presentan en una dimensión nacional e internacional tan dramática, y no por eso dejan de ser un peligro real para el sano desenvolvimiento de la democracia y el régimen de libertades inherente a la misma. Ponemos como ejemplo, porque no hay que dejarlo olvidado como un incidente circunstancial, el desatinado proceder de la justicia en el caso del asesinato in fraganti que captó un fotoperiodista de LPG, y que derivó en una absurda sentencia contra el presidente del periódico; y también la incongruente sentencia de la Sala de lo Constitucional contra el artículo 191 del Código Penal. Estos son hechos que grafican a las claras el riesgo en que se encuentra permanentemente la libertad de expresión; y los seguimos evidenciando para subrayar la necesidad de que, desde los distintos niveles ciudadanos, la atención sobre este tema vital se mantenga viva.
Hay que tener presente que desde el poder –y hablamos de cualquier tipo y expresión de poder– siempre habrá desconfianzas frente a la crítica y resistencias a ella. La democracia, sin embargo, es eminentemente analítica y crítica, y cualquier cierre de espacios a la libre discusión de temas y acontecimientos conduce al deterioro inevitable de la normalidad democrática, como puede percibirse en la experiencia de cualquier parte del mundo. En El Salvador, estamos en fase de construcción de la democracia funcional y definitiva que tanto necesitamos para ser una sociedad estable y progresista, y eso agrega motivos para defender la libertad de expresión a capa y espada.
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Orteganita
Hace 1 hora
Si viene Chávez a El Salvador, que no queremos que pase, Pero si los tercos de nuestros querido Gobierno lo trae. Seria bueno que le toquen ese temita. Porque este bribón tiene amordazada a la prensa en su país.
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Libertad de expresión siempre en riesgo: no hay que bajar la guardia
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