29 de Abril.Tomado de Diario Co Latino.
Millares de salvadoreños y salvadoreñas seguramente este próximo 1 de mayo, celebrarán trabajando, el Día Internacional del Trabajo.
No es cierto que seamos famosos por lo violento, o por la guerra, no, somos reconocidos en el mundo entero como gente trabajadora, y eso lo comprueban dos millones de hermanos salvadoreños que desde el exterior se convirtieron en pilar de la economía, mientras que en dos décadas los gobiernos acabaron con la producción agrícola e industrial, para fortalecer a la banca y el comercio.
Por años, tanto en el campo como en las fábricas, la masa trabajadora ejemplar jamás se acostó con el sueño americano, porque ilusiones e ideales estaban aquí en el territorio, y ciertamente se soñaba con vivir en un país justo, con libertades y derechos para todos los trabajadores, que somos la gran mayoría de salvadoreños y salvadoreñas.
Entre esas libertades, la de la sindicalización era parte de una lucha tesonera que con amor y lealtad logró frutos, entre estos el de la unidad de todos los trabajadores y trabajadoras de los distintos sectores de nuestra sociedad, entre ellos los panaderos, los textileros, los maestros y muchos más.La fama de los salvadoreños trascendió no como conflictivos, no como futbolistas, no como delincuentes, sino como trabajadores apreciados por su entrega y su deseo de hacer bien todas las tareas encomendadas por el tarrateniente, por el industrial, por el jefe, pero jamás dejó de reclamar justicia, equidad y por eso también fue reconocido en muchas partes del mundo.
Las huelgas, las manifestaciones y todas sus luchas ganaron el respeto, aquí y afuera, hasta lograr formar una fuerza no solamente productiva sino que social, y fueron parte de ese pueblo que se lanzó a una guerra desigual para alcanzar lo que con trabajo y organización, se volvía imposible ante la voracidad del capitalismo salvaje.
Ahora, la clase trabajadora pasa por duros momentos, sin doblar la cabeza, en una nación saqueada por agentes financieros internacionales, por transnacionales y por funcionarios corruptos.
La rebeldía en muchos salvadoreños cruzó los estrechos límites de la desesperación y pasó a la galopante delincuencia que refleja la frustración ingrata que solamente el neoliberalismo pudo construir sobre bases de arena.
Sin embargo ¡somos trabajadores! Y hoy es cuando podemos alcanzar el sueño salvadoreño, después de veinte años de oprobio que nos sumieron no solamente en las más grande pobreza, sino también en la increíble delincuencia que nos azota.Por eso este 1 de mayo todos los trabajadores debemos hacer conciencia y con los pies en la tierra, sin levitar un milímetro, levantar la vista hacia un futuro con proyectos y exigir respeto… no para unos pocos, no para unos cuantos, sino para todos.
¡Felicidades en tu Día, trabajador y trabajadora!
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