21 de Abril.Tomado de Diario Co Latino.
Las vacaciones deSemana Santa son esperadas por toda la población para disfrutar en las playas y centros tu rísticos, de unos días de descanso y esparcimiento, es común ver en los supermercados y centros comerciales ¡comprando! ¡claro que no es incorrecto… pero!
Esta época, que debe ser de reflexión y recogimiento espiritual, independientemente de la religión que se practique, es utilizada por muchos, no para acercarse a Dios sino para alejarse mas de lo debido.
Según las primeras estadísticas de las autoridades de Protección Civil, a pocas horas de implementado el plan de verano, la mayoría de víctimas mortales y por lesiones, son causa de accidentes de tránsito.
Si bien, las vacaciones de Semana Santa son propicias para la diversión, el descanso y compartir en un ambiente familiar, también debe ser el momento para hacer un alto en las actividades diarias y que cada uno reflexione cómo está dirigiendo su vida.
Durante esta semana a los templos católicos acuden masivamente los feligreses, aunque lo importante de estos días es reflexionar sobre la prueba de amor más grande que alguien puede hacer por la humanidad, como extender los brazos en la Cruz y entregar su vida a cambio de la salvación.
El verdadero sentido de la Semana Santa, radica en que cada persona tome de ejemplo a Jesús, y especialmente reflexione en las cosas negativas que a lo largo del año cometió contra el prójimo y contra si mismo.
Es necesario que cada uno tome conciencia y sea capaz de tener un proceso de conversión, lo cual significa un cambio de actitud, y de forma, para afrontar los momentos difíciles que día a día vive la sociedad salvadoreña atacada constantemente por las tergiversadas y mal intencionadas informaciones que proponen un “negro panorama” del cual por más de veinte años nunca nos quisieron informar.
Cuando cada uno de los salvadoreños comencemos a hacernos conciencia sobre las verdaderas necesidades de los demás y erradiquemos de nuestros corazones sentimientos de egoísmo, injusticias, violencia y todo aquello que nos aleja de Dios, seguramente cambiará nuestra situación.
No solamente es de esperar ese momento, es de esmerarnos y luchar para cambiar nuestra mentalidad, dejar esa conformidad en la que nos han sumergido, y ¡comenzar a pensar! así podremos cambiar a todo un país con un pueblo que consume más de lo que produce.
Hoy la Semana Mayor, como tradicionalmente se llama a este tiempo, es el momento oportuno para que la sociedad inicie un cambio de vida, de lo contrario será imposible disminuir los índices de violencia y delincuencia que tanto agobian, ya que ningún plan de seguridad y prevención tendrán efecto si cada uno no hace la parte que le corresponde.
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