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2011/04/30

LPG-Un poco más... sobre el gas

 Discutir las cosas públicas es bueno y necesario. El presidente Funes, como periodista, eso hizo con acento crítico durante dos décadas. Su trabajo le catapultó hasta la silla que ocupa; de manera que no puede extrañarle lo que digan tanto sus amigos como sus opositores, a favor o en contra del desempeño de su gobierno.

Escrito por Sigfrido Munés.30 de Abril.Tomado de La Prensa Gráfica. 

En esto del gas, una vez decidido “focalizar el subsidio” lo mejor que podía hacer el gobierno es extenderlo a otros sectores que lo necesitan, como comedores escolares e instituciones de beneficencia. El anuncio hecho en tal sentido por el jefe del Ejecutivo ha producido alivio y aprobación. Bien por el país y por los sectores beneficiados.

Pero hay aristas delicadas. Pareciera que existen sectores más interesados en desestabilizar al país que en encontrarle soluciones a sus problemas. El que unos cuatro manifestantes pidieran la renuncia del ministro Dada, por ejemplo, lejos de ser una demanda justificada, denota que hay fuerzas moviéndose para crear un cisma o para debilitar el intento de pluralismo manejado desde el gobierno. Las pancartas que portan los manifestantes no son creaciones suyas espontáneas, son piezas muy elaboradas.

Sin pretender relacionarlo con tales acciones de calle, son preocupantes las declaraciones del presidente del Congreso, quien no oculta su oposición a las nuevas modalidades aplicadas para subsidiar el gas, estableciendo dudas sobre su eficiencia y equidad. Lo expuesto por él tiene este agravante: quien lo dice no es líder opositor, sino dirigente del partido de gobierno y expresa sus ideas en un momento inoportuno, a sabiendas que puede afectar el desarrollo del plan.

Después de mi primer artículo donde señalé la falta de cobertura a sectores clave (lo que ya ha sido corregido en buena parte) he venido observando el desarrollo de los acontecimientos y oyendo opiniones independientes, para poder sacar algunas conclusiones.

Desde luego, en el café de la esquina es fácil encontrar quienes quieran hablar sobre este o cualquier otro asunto de interés nacional. ¿Qué de bueno y qué de malo dicen que tiene la focalización del subsidio?

Entre las más variadas opiniones, puede concluirse que lo bueno es mantener la ayuda a las personas de menores recursos y lo malo es que no hay una manera de hacerlo que deje contentos a todos. Porque el país no son solo los más pobres, sino también los menos pobres de entre ellos.

Y luego viene la clase media –ignorada como si fuera la clase de los “ilegales”– generalmente en problemas con Hacienda, la alcaldía, las telefónicas, los bancos y todos los que cobran tasas, impuestos, servicios no solicitados, tarjetas adicionales no pedidas, mensajitos no usados, etcétera. Es la media clase que consume más de 200 kilovatios de electricidad mensual y que por lo tanto, aunque estén hasta el cogote de deudas, tendrán que pagar mucho más por el gas.

Mientras discutimos “que si sí, que si no”, el precio internacional de los combustibles va para arriba y el gas es uno de ellos. Los sectores no favorecidos por el subsidio y carentes de alternativas tienen que adoptar medidas de ahorro reales, que afectarán también a sus proveedores de bienes y servicios. ¡Una cadena!

Los dirigentes del gobierno no pueden poseer las fórmulas mágicas para resolver tanto problema, pero deben establecer un estricto orden administrativo y una severa austeridad. Tienen que cuidar los centavos.

Un poco más... sobre el gas

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