Manuel Hinds.29 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.
Los precios internacionales de los productos primarios han seguido subiendo a tasas altísimas en lo que parece una burbuja a punto de estallar. Como se ve en la gráfica adjunta, una burbuja similar se infló en 2004 y estalló en julio de 2008, poco después de que estallara la burbuja paralela de las viviendas en Estados Unidos y varios otros países desarrollados. Aunque los precios de las viviendas en los países desarrollados siguieron cayendo desde entonces, un nuevo boom de productos primarios volvió a emerger a partir del nivel deprimido al que los precios llegaron en enero de 2009. Aunque los precios del petróleo han subido rápidamente desde entonces, no han alcanzado todavía los niveles que tenían en 2008. La comida sí. En julio de 2008 llegó hasta 180 por ciento de los precios que había tenido en enero de 2004. Hoy están en 192 por ciento de ese nivel.
Hay dos razones que se ofrecen para explicar este boom de precios. La más común es que China e India están creciendo tanto que están usando más materias primas y sus pobladores están comiendo más que nunca, con lo que los precios de la comida y otros productos primarios han tenido que subir. Si esta explicación fuera cierta, los precios se mantendrían subiendo o se estabilizarían a un nivel muy alto a menos que India y China dejaran de crecer como lo están haciendo. La otra explicación (complementaria a la anterior) es que las bajísimas tasas de interés y la rápida creación de dinero que prevalecen en Estados Unidos están creando una burbuja a través de dos caminos.
Primero, a través de mantener la demanda de bienes y servicios en Estados Unidos muy por encima de la producción del país. Esto se balancea porque otros países --especialmente China, Alemania y Japón-- producen más que lo que consumen. La enorme demanda de Estados Unidos es un factor importantísimo para que estos países exporten más y crezcan más. Muchos de los productos primarios que produce, digamos, Brasil, y que vende a China, en realidad van a terminar en Estados Unidos, convertidos en bienes industriales producidos en China.
Para tener una idea de la magnitud de este efecto considere que el déficit de Estados Unidos en este respecto es de 640 mil millones de dólares, mucho más grande que el superávit de China, que es de 430 mil millones. Si Estados Unidos dejara de comprar más de lo que vende, la caída en la demanda mundial sería igual a los superávits de los dos países con mayores superávits, China y Alemania. Sería igual al 40 por ciento del comercio neto mundial.
Segundo, las bajas tasas de interés y la falta de oportunidades de inversión en Estados Unidos en este momento, ha elevado la demanda por productos primarios como inversión. La combinación de estos factores alimenta el boom.
Provenga de donde provenga, estos aumentos de precios están teniendo un impacto terriblemente negativo en el nivel de vida de los salvadoreños. Es como si les subieran los impuestos y se los siguieran subiendo cada mes, dejándoles menos de sus ingresos para consumir. Como resultado, la pobreza está aumentando y el consumo de otras cosas --lo que no es comida, otros bienes primarios y petróleo-- está seguramente disminuyendo.
Hasta ahora el gobierno, los partidos políticos y la sociedad civil se han concentrado en medidas defensivas y suicidas, tales como reducir impuestos o aumentar subsidios. Estas medidas son suicidas porque el país no puede subsidiar todo lo que está subiendo de precios internacionalmente. Tratar de hacerlo es como tratar de bajar el nivel del mar pasando agua de éste a unos charcos con un huacal.
Esto, sin embargo, no quiere decir que el gobierno no pueda o deba hacer nada. Hay mucho que puede hacer pero tiene que ser en otra dirección, la de generar inversión para que la población pueda generar los ingresos necesarios para pagar los costos más altos. Después de tanto tiempo, el gobierno ya debería saber que el aliado natural para lograr esto es el sector privado, que lo que se necesita es darle seguridad a los inversionistas de que el gobierno no va a confiscar sus propiedades, y aumentar la eficiencia de la inversión pública y de la lucha contra el crimen.
Este camino es mucho más promisorio que el de los subsidios, ya que se orienta a crear nueva riqueza, no a quitarles a unos para darles a otros. Y porque los intereses en Estados Unidos tendrán que subir tarde o temprano, con lo que su demanda por bienes chinos, y por tanto por productos primarios, va a bajar, resolviendo el problema de los precios pero no el de la inversión y el crecimiento de la producción. Este, el problema del crecimiento, es el primordial del país, y es en ese que nos tenemos que concentrar. Si la economía y el empleo crece, la población podrá pagar los precios de los productos primarios, más aún si estos cayeran como parece que van a hacer.
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