El proceso de modernización del Estado, por el que hemos pagado millones a consultores y en préstamos internacionales, ha surgido por donde nadie lo esperaba.
Escrito por Sandra de Barraza.08 de Abril.Tomado de La Prensa Gráfica.
En esta economía globalizada, cualquier inversionista se interesa en conocer la calidad de las instituciones y la gobernabilidad del país. Anualmente instituciones internacionales, con reconocimiento y credibilidad, dan seguimiento a indicadores que evalúan la calidad de la democracia, el Estado de Derecho y la capacidad del gobierno.
Les interesa enjuiciar el marco democrático, el pluralismo y la efectividad de las normas y reglas para el acceso y el control del poder político. El Tribunal Supremo Electoral, la Asamblea Legislativa y el Órgano de Justicia están en la mira.
Les interesa enjuiciar el imperio de la ley, como instancia de resolución de conflictos entre privados y entre el Estado y la sociedad. Acá el Órgano Judicial y la Fiscalía tienen un papel clave porque de ellas depende el respeto a los derechos de los ciudadanos sin importar su nivel de educación, ingreso o relaciones y conectes personales; el respeto a los derechos de los inversionistas de todos los tamaños y de todas las procedencias; y la confiabilidad del país en todo el territorio y con toda su población. De ellos depende la defensa de los intereses del Estado.
Les interesa también evaluar la capacidad institucional del Estado, su organización, su capacidad de diseñar políticas públicas y su habilidad de traducirlas en bienes y servicios de calidad para toda la gente. El Órgano Ejecutivo, con todas sus carteras de Estado e instituciones descentralizadas y especializadas, así como los gobiernos municipales son objeto de reflexión. También es clave el Órgano Judicial.
El Órgano Judicial es fundamental en el Estado de Derecho. Muchos lo afirman, pero también reconocen que hay corrupción, hay compadrazgos, hay ineficiencia, hay cuellos blancos; se dice que no todos somos iguales ante la ley y que en la justicia hay “dados cargados”. Esta valoración viene de mucho tiempo atrás y el proceso se ha ido agravando. Van casos, vienen casos, se engavetan casos... y así ¿cuál Estado de Derecho?
Con el cambio de magistrados en la Sala de lo Constitucional se han dado señales de cambio... están sacando tarea pendiente de años. ¿Sala de lo Constitucional? Escuche respuestas de ciudadanos de a pie, a una pregunta relacionada con la coyuntura actual. La gente cree que lo único que existe es la Asamblea Legislativa. ¡Vaya que tenemos problemas con la Educación Básica! La gente no tiene idea alguna del artículo 247 de la Constitución de la República y seguramente desconocen el n.º 11. Nítido reflejo de la calidad del sistema educativo. Y clara evidencia que esto no se resuelve con incremento salarial para los maestros.
El compromiso de los nuevos magistrados de sacar tarea pendiente de años ha generado una dinámica institucional y política que nos guste o no obligará a evolucionar. Casos de amparo por años engavetados. Casos de inconstitucionalidad sin respuesta alguna por años. Casos de habeas corpus o exhibición personal olvidados por muchos años. Esta ha sido la práctica hasta ahora conocida, la que nos ha merecido como país el adjetivo de corrupto e impune en el informe de Freedom House (2010) que introduce nuestro país afirmando que la nueva administración (2009-2014) “enfrentó serios desafíos, el deterioro de la economía y un inesperado incremento de la violencia y el crimen”. Y también “la promoción de la impunidad, especialmente de los privilegiados y bien relacionados, por el inefectivo y corrupto sistema de justicia”.
¿Serán capaces de sobrevivir ante el embate público que les hacen a los nuevos miembros de la Sala de lo Constitucional? Le han hecho un pequeño hoyo al panal y esto tiene a todos alborotados. El proceso de modernización del Estado, por el que hemos pagado millones a consultores y en préstamos internacionales, ha surgido por donde nadie lo esperaba. No se necesita ser Sherlock Holmes para afirmar que los quieren sacar de la Sala, ni adivino para reconocer que están afectando intereses y privilegios de “selectos” grupos que viven de la corrupción y la impunidad.
La Corte ha permanecido en la oscuridad, parece que nadie la conoce y ahora se destapan casos de casos. Por el bien del país, por los indicadores que debemos mejorar, quiero una Sala de lo Constitucional que efectivamente haga su trabajo con imparcialidad, con profesionalismo y sin compromiso alguno. ¿A quién beneficia lo contrario? El quehacer debe transparentarse en todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.