La buena política laboral se basa siempre en reducir los costos de operación de las empresas, facilitar su establecimiento, racionalizar exigencias, flexibilizar horarios, otorgar incentivos
23 de Dciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Cuando sube el precio de la harina los panaderos tienen dos opciones: la primera, rezar a la Virgen Santísima para que sobre su negocio llueva dinero con el fin de cubrir los mayores costos; la segunda, subir el precio del pan.
Y eso es lo que harán los bancos extranjeros después de la nocturna pero muy brillante modificación al Artículo 14 del Decreto Transitorio 236 que los exoneraba de pagar impuesto sobre la renta: Si tienen que pagar impuesto adicional, y además doble impuesto ya que en sus países las ganancias de los bancos están gravadas, o les llegará un cheque del Paraíso para saldar sus obligaciones, o pasan ese nuevo costo a sus clientes, los que reciben los créditos.
No hay otra alternativa.
La cuestión de fondo la expuso con toda claridad el jefe de fracción de ARENA Donato Vaquerano: "Es una verdadera lástima que en lugar de incentivar la productividad y la creación de nuevas empresas, lo que están haciendo es obstaculizándolas, lo que vendrá a redundar en menores oportunidades para conseguir empleos".
El Ejecutivo ha hecho repetidos llamados para que se invierta en el país, que los emprendedores amplíen y diversifiquen su capacidad productiva. Inclusive cuando se le preguntó sobre la Fábrica de Empleos ofrecida durante la campaña, dijo que esa era tarea propia del sector privado.
Las empresas, empero, no tienen enormes sumas de dinero ocioso, depositado en los bancos, con el que pueden ampliar instalaciones, adquirir nueva tecnología, diversificar su producción, adentrarse en nuevos campos o mejorar el mercadeo; necesitan conseguir créditos para mucho de lo que hacen, como lo sabe cualquiera que tenga experiencia de trabajo.
Muchas empresas recurren a la banca local para expandirse, solventar problemas o ampliar operaciones, pero al tratarse de proyectos de alguna envergadura, como es la compra de equipos importantes, tienen que apoyarse en financiamientos externos.
Piensen y consulten antes de legislar
Inclusive los fabricantes de maquinaria pesada o muy sofisticada, ofrecen créditos con bancos externos para financiar la compra. Lo dispuesto en nocturnidad y en forma irreflexiva va a encarecer o a eliminar esa nueva inversión afectando, entre otros, al mercado de trabajo del país.
La buena política laboral se basa siempre en reducir los costos de operación de las empresas, facilitar su establecimiento, racionalizar exigencias, flexibilizar horarios, otorgar incentivos, establecer reglas claras y, encima de ello, cuidar la seguridad jurídica y física de quienes las dirigen y sus empleados.
Los sorpresivos o mal pensados decretos legislativos han afectado negativamente la inversión. A esto hay que sumar los incendiarios discursos, la permanente amenaza de un segundo "pacto" fiscal, la criminalidad, las extorsiones, el costo de la seguridad y la incesante diatriba contra los productores.
Y ahora suben de golpe y porrazo "el precio de la harina con que se hace el pan del empleo y los bienes de consumo de los salvadoreños".
La camándula de decretos aprobados el pasado viernes trascienden, por los efectos que van a provocar y el potencial daño que harán a la economía, los conocimientos y la capacidad de análisis del cuerpo legislativo. Cada una de esas medidas debió haberse debatido y consultado con la gente en cuyas manos está la responsabilidad de sostener puestos de trabajo, de producir y de competir con fabricantes del exterior.
No hacerlo es poner en peligro la economía nacional y centenares de miles de empleos.
elsalvador.com :.: Sube el costo del crédito y se afecta el empleo
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