Miembros de la comunidad de la cripta reprocharon el cierre del acceso al santuario desde el 24 de diciembre e impedir la Misa del Gallo y la homilía dominical. Las dos partes pidieron se les respetaran sus derechos.
Escrito por Jessel Santos.27 de Diciembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
“Nosotros venimos a la celebración eucarística, pero encontramos los portones cerrados.”
Juana Alfaro, miembro comunidad de la cripta
“Deberían de resolver el problema, establecer una mesa de diálogo para que dejen libre el templo.”
Vicente Miranda, feligrés
En las afueras de Catedral de San Salvador, horas después de no poder realizarse la tradicional misa dominical, feligreses católicos se enfrentaron verbalmente con los ocupantes que impidieron la homilía.
—Aquí nadie va a entrar y son decisiones de nosotros –dijo firmemente un miembro de la Asociación de Lisiados y Discapacitados de Guerra (ASALDIG).
—Pero evitaron la misa –expresó una feligrés molesta.
—¿Nosotros damos la misa? –respondió.
—No, pero tenemos derecho al libre culto y lo están impidiendo –señaló al dar la vuelta.
Ayer, esta fue una de las discusiones acaloradas en las que se enfrentaron los ocupantes del templo y los comulgantes a la iglesia.
“Nosotros venimos a la celebración eucarística, pero nos encontramos que los portones están cerrados. No hay acceso para que los fieles entremos”, manifestó Juana Alfaro, feligrés y miembro de la comunidad de la cripta.
Vicente Miranda, su esposa e hijo se trasladaron desde Santa Ana hacia Catedral Metropolitana para recibir la bendición que cada domingo les da el arzobispo. Su sorpresa fue que se rompiera con la tradición familiar que han tenido por años, al encontrar cerrada las instalaciones de la iglesia.
A pesar de los conflictos que ha generado la toma de Catedral, monseñor José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, no ha mostrado postura; sin embargo, los feligreses aseguraron haber hablado con en el arzobispo.
“Nosotros ya hablamos con el padre, pero el manifestó que ellos no le habían permitido que baje a la sacristía, no le permiten nada”, indicó Ruth Rivera, también miembro de la comunidad.
El cierre total del santuario se produjo el viernes pasado, pues los ocupantes no permitieron que se desarrollara con normalidad la tradicional Misa de Gallo. Además, afirmaron que la medida continuará hasta que abran una mesa de negociación, donde se les cumpla la exigencia de la continuidad del bono de $60 que reciben cada dos meses los lisiados —el cual venció el 20 diciembre— y que se reinstale a varios empleados del sector justicia despedidos hace unos cuantos días.
Pero también los feligreses y miembros de la comunidad de la cripta declararon que continuarán con la medida de hacer presencia el próximo domingo. Esta es la primera ocasión, en cinco años, que no se realiza una misa dominical, por la toma del santuario católico.
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