Cuando Antonio Saca anunció que mantendría la dirección de ARENA mientras fuera presidente de la República, las críticas vinieron con fuerza del FMLN. Entonces decían que ejercicio de partido y gobierno se mezclaban, que era posible encontrar en una reunión del Gabinete de Gobierno a la mayoría de integrantes del Consejo Ejecutivo Nacional (COENA, la cúpula tricolor). Saca llegó a decir que él no solo tenía la capacidad de dirigir al partido –que a la postre lo expulsó de sus filas–, sino también que contaba con el tiempo. Que se dedicaría a labores partidarias al terminar la jornada laboral, es decir, después de las 4 de la tarde y los fines de semana.
Escrito por Luis Laínez. 26 de Diciembre.Tomado de La Prensa Gráfica.
Entonces, la crítica de la oposición fue que no era posible imponer un horario a la Presidencia de la República, que se necesita un presidente de 24 horas, un argumento que se extiende hacia otros funcionarios de igual importancia, como ministros y presidentes de autónomas (¿se imagina un presidente de ANDA decir que no atenderá una emergencia por la interrupción, en un caso hipotético, del suministro de agua del Gran San Salvador debido a que ocurrió una desgracia el domingo en la mañana? ¿O que el director de Protección Civil diga que no puede atender un terremoto porque está dedicado a actividades proselitistas un sábado por la tarde?).
Así que cuando el presidente Mauricio Funes dijo este 22 de diciembre que no iba a permitir el proselitismo de ministros y presidentes de autónomas y descentralizadas, lo lógico hubiera sido esperar que el FMLN respaldara esta iniciativa, porque era lo que en el pasado criticaba.
En el fondo, como dijo a LA PRENSA GRÁFICA el vicepresidente de la República y ministro de Educación ad honórem, Salvador Sánchez Cerén, el Frente está de acuerdo y él, como miembro del Gabinete, cumplirá la disposición del presidente. Sin embargo, asegura que si el FMLN considera que él, como miembro de la Comisión Política, debe involucrarse en el proselitismo de alcaldes y diputados, entonces tendría que acatar y renunciar como ministro.
La medida no solo muestra la disposición de Sánchez Cerén de acatar la orden presidencial, sino que revela las prioridades no solo de un funcionario, sino también las de aquellos otros ministros que proceden del FMLN.
Es decir, pesa más la orden del partido que el servicio público que pueda brindar al frente de un ministerio. Otra ministra, María Isabel Rodríguez, de Salud, cree que la medida anunciada por Funes es un tanto radical y coincide con Óscar Ortiz, que además de ser alcalde de Santa Tecla dirige una comisión del Ejecutivo, de que hay que definir los alcances del anuncio.
Es decir, que los funcionarios tienen responsabilidades como servidores públicos, pero una vez terminen satisfactoriamente con sus compromisos, pueden, en su tiempo libre, dedicarse a lo que quieran, ya sea jardinería, lectura o hacer proselitismo desde un partido político.
Y eso es, exactamente, lo que antes decía el gobierno de Saca. Que no se podía reñir el ejercicio del servicio público con la dirección de un partido político.
Cuando FMLN y ARENA votaron hace unas semanas por una ley para bloquear las candidaturas no partidarias, mostraron que, como parte de un sistema de partidos, tenían coincidencias más grandes que las diferencias ideológicas.
Así que ya en el ejercicio del poder, hemos hallado otro punto en común entre los dos partidos mayoritarios.
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