EDH-"Buen 2010. Mejor 2011"

 Juan Valiente.29 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

¿Buen 2010? Se necesita ser ingenuo para usar semejante calificativo en un año desastroso para la economía nacional, con un crecimiento menor a la inflación y al incremento poblacional, con un gobierno esquizofrénico como le llamara correctamente un diplomático extranjero, con pérdidas de posición en casi cualquier índice internacional, ya sea en desarrollo humano o en competitividad, con una deuda de país que ha crecido enormemente, con la inversión pública estancada y el gasto público disparado.

Termina el año 2010 con nuevos lemas gubernamentales: "Buen 2010. Mejor 2011" y "Gobierno de unión. Gobierno de acción". Al parecer finalmente está calando el llamado de atención de diversos sectores sobre la falta de acción en este gobierno. Esperamos que ahora no sea únicamente cambio de discurso y que la realidad permanezca inmutable. Esperamos que aproveche los cambios de funcionarios de fin de año para renovar las posibilidades de tener éxito como gobierno.

El año 2010 es un año difícil de evaluar como todos los períodos de transición, aunque este gobierno ya usó 30% de su tiempo y ya ejecutó su primer presupuesto anual. Hace unos meses había escrito que el tiempo se estaba acabando para que este gobierno comenzara a dar resultados. Ya no deberíamos seguir aceptando el discurso de décadas de abandono y seguir creyendo que nunca antes se había hecho nada por los pobres. Y, sin embargo, el Presidente Funes continúa obteniendo excelentes resultados en las evaluaciones de popularidad. Le sigue funcionando la estrategia de regalar, aunque empeñe nuestro futuro, y de regañar a los del Frente y a los empresarios.

Siempre me ha impresionado el manejo de las expectativas para entender cómo a veces con poco nos damos por satisfechos. Uniformes, zapatos y útiles han sido los más preciados por la población, a pesar de haber podido invertir esos millones en mejorar la calidad educativa. En educación estamos a la cola de Latinoamérica y parece no importarle a nadie en este gobierno. Es más, no aumentaron la inversión en educación y eliminaron los vestigios de autonomía escolar, que es un componente clave de los buenos sistemas educativos en el mundo. Este año será recordado como el de la muerte de EDUCO.

Aunque sigue dominando el discurso y no la acción, hay logros que debemos señalar. Tenemos que reconocer que recibiremos el año nuevo con menos homicidios, aunque la población todavía pone a la delincuencia como uno de los problemas centrales en la cotidianidad. Esperemos que las tendencias se consoliden y podamos entonces aplaudir la reducción significativa de este flagelo que sufrimos todos, pero que lastima más a los más pobres. También debe alegrarnos la ampliación a las comunidades urbanas del programa Red Solidaria, ahora llamado Comunidades Solidarias, la pensión universal para los adultos mayores y los logros parciales en salud y en obras públicas.

Pero como todo en la vida, nada es completamente blanco o negro. El dilema del Presidente sigue siendo cómo hacer realidad su visión y, dado que nunca son suficientes cinco años, cómo lograr que los cambios tengan posibilidad de subsistir en el tiempo y de incorporarse a la cultura política del país. No tiene sentido el futuro si no logramos avanzar como país, muy a pesar de las publicaciones oficialistas de esta semana que buscan que nos sintamos satisfechos por lo que harán el año entrante. Siempre hay futuro y esperanza, pero no se debe jugar con el pueblo.

Para el año 2012 necesitamos institucionalidad, gobernabilidad, instancias genuinas de concertación, desarrollo económico e inversión socialmente rentable en educación y salud. El Presidente necesita sabios y prudentes consejeros. El poder puede nublar la mente y el poder tiende a corromper, incluso al más pintado. El Presidente debe aprender a escuchar, especialmente a los sectores que dudan de él. No merecemos llegar al 2012 con una práctica continuada a base de regalos y regaños, pero sin futuro para nuestro país.

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