Un país debilitado en su economía y en sus instituciones, que además amordaza a sus ciudadanos y sus medios de información, es una presa más fácil para el crimen organizado
31 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
El 2010 pudo haber sido un buen año, como queremos que sea 2011; lo importante en estas fechas es volver los ojos al camino recorrido, aprender de los errores, aprovechar los aciertos y enderezar la marcha en los pasos torcidos que se vienen dando.
El año cierra con un balance que mucho preocupa: destaca la poca capacidad de ejecución del gobierno, que en algunos casos ni siquiera supera el quince por ciento de la inversión programada. No se ejecuta pero en muchos casos se pagan intereses por ese dinero que no se usa. Además los salarios de la burocracia han aumentado, el país sobrepasó el cincuenta por ciento del PIB en endeudamiento, se han creado a dedo casi veinte mil plazas pero siguen los despidos para colocar adeptos al gobierno.
Cuando las instituciones no cumplen con sus cometidos, la gente paga las consecuencias en carestías, desempleo, inseguridad y deterioro en su nivel de vida.
El Salvador es el país centroamericano, señala FUSADES, con menor inversión, menor crecimiento, con el mayor incremento en su deuda externa en relación con el PIB y donde el pesimismo sobre el futuro se acrecienta con el paso de los meses.
Las cifras lo revelan, pero no son necesarias para formarse un cuadro de lo que sucede. Es suficiente visitar los hospitales, recorrer los consultorios del Seguro Social, salir a la calle y ver el estado del pavimento, contemplar el triste deterioro de nuestras carreteras. Lo que fue un orgullo, la red vial durante la presidencia de Francisco Flores, causa pesar ahora; de manera progresiva el bache y la cárcava son la desgracia de pueblos y vecindarios.
Las calamidades y secuelas de la tormenta Ida y las inundaciones del invierno, demuestran la vulnerabilidad del país ante los desastres naturales. Somos vulnerables porque no hubo respuesta efectiva, coordinación ni llamados de alerta, como si no existieran entidades encargadas de enfrentarlos.
Defendamos lo que con sacrificio se construyó
Toca al Ejecutivo renovar cuadros, refrescar instituciones, relevar funcionarios que no han cumplido con sus responsabilidades, erradicar el nepotismo. Y todos debemos contribuir a enderezar lo que mal anda. Cuando en una empresa los responsables de ventas sólo consiguen llegar a un noventa por ciento de las metas, se revisan a fondo sus cualificaciones.
Urge mucho nombrar en posiciones claves como Seguridad, el Seguro Social, Salud Pública, Economía, la CEL, a profesionales que tengan una fundamentada experiencia como administradores, que cuiden del patrimonio que se les encomienda.
Las muchas y graves amenazas que se ciernen actualmente sobre nuestro país y la región se deben afrontar con sensatez, patriotismo y en alianza con el resto de gobiernos, principalmente los Estados Unidos. Las bandas criminales son ahora organizaciones que se han extendido sobre el norte de América, comenzando por los cárteles de la droga que actualmente se disputan la supremacía en los corredores que llevan al sur estadounidense.
Un país debilitado en su economía y en sus instituciones, que además amordaza a sus ciudadanos y sus medios de información, es una presa más fácil para el crimen organizado, para el desorden social, para los traficantes de ideas muertas. Lo que costó tantos sacrificios levantar puede derrumbarse en corto tiempo.
La fundamental tarea de las fuerzas vivas es preservar la democracia, las libertades personales y el cumplimiento de la ley, detener el derrumbe.
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