Ricardo Chacón.26 de Diciembre.Tomado de El Diario de Hoy.
Una de las diferencias entre ser político-funcionario o funcionario-político, y periodista, es que los primeros tienden a decir lo que es "conveniente", "lo correctamente político", sin importar que esté apegado a la realidad, en cambio, el periodista busca revelar los hechos, intenta dar cuenta de la realidad y explicarla a través de los distintos géneros de la información.
Ni uno ni otro es mejor o peor, o malo o bueno, simplemente este hecho explica, por ejemplo, por qué los funcionarios de gobierno, que uno a uno han dado sus balances de fin de año, dan a conocer "sus logros" y "valoraciones" del período. Por supuesto que ninguno, sin excepción, incluido el ciudadano Presidente de la República, quien durante 20 años ejerció el periodismo, da cuenta de los problemas, dificultades, menos de los yerros.
En cambio los periodistas buscan la información noticiosa, no lo "cotidiano", el "deber ser" de cada funcionario (cuyo deber es hacer bien su trabajo) sino lo "fuera de lugar", lo "novedoso y raro",. Y en este sentido, la noticia no son los logros alcanzados, sino lo que han dejado de hacer, por ejemplo sólo un 38 por ciento del presupuesto ha sido ejecutado hasta septiembre de este año.
Dicho de otra manera, se aprobaron los fondos, se tiene el dinero, pero la puesta en marcha, la ejecución de las obras va a paso de tortuga; hay ineficiencia o incapacidad, no lo sé ni es mi interés dilucidarlo.
Que la Ley Lacap es restrictiva y "complica" las licitaciones, puede ser cierto y es la excusa que unos y otros suelen esgrimir para justificar el "atraso"; pero bien, no es mi intención señalar esta traba, que dicho sea de paso en parte fue aprobada por gente que no tenía experiencia de gobierno con la intención de "ponerle trancas" a la corrupción.
En este contexto, quiero señalar los esfuerzos que hace el Presidente Mauricio Funes, no como periodista sino como funcionario, para tratar de "influir" entre los periodistas para que se refleje en los medios de comunicación "el cambio de tendencia" que hay en dos temas sensibles para la población, la economía y la seguridad.
El punto es el siguiente, tanto el Presidente como sus flamantes funcionarios relacionados con Seguridad y con Economía, han sostenido que no importa haber "crecido" menos de un uno por ciento del PIB este año, y que se haya disminuido la cifra anual de 4,146 a 3,872 homicidios en el año, lo importante y "noticioso" es que la "tendencia se ha revertido" y que en la economía se ha detenido la crisis y que en seguridad "vamos mejorando".
Puede ser cierto, y sin duda si la tendencia se confirma (y esto se hará con el tiempo), no sólo es noticia sino que es una "buena nueva" que viene bien a la población. Lo que más quieren los salvadoreños es que la economía vaya por buen camino, y que las calles del país sean seguras.
Ahora bien, tal como lo pide el Presidente Funes, poner las cosas en contexto (porque como bien se ha dicho, un texto fuera de contexto se convierte en un pretexto), pocos gobiernos como el actual han tenido "carta blanca" para que se les apruebe financiamientos de varios tipos (incluso un galopante endeudamiento público que rebasa el 50 por ciento del PIB) y no se diga en seguridad. Casi todo el ejército se ha volcado a las calles, incluso a resguardar los centros penales, leyes contra las maras, estricto control de las cárceles, apoyo financiero a la PNC.
En otras circunstancias estas actuaciones habrían sido "pecados mortales", motivo de "movilizaciones masivas" y "violación de los derechos humanos", pero ahora son una realidad y sin duda alguna han contribuido a mejorar las tendencias, sin embargo resultan insuficientes; queremos hechos y realidades.
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