Nuevamente queda demostrado que el problema no es de disponibilidad de financiamiento. El desafío es de capacidad de ejecución.
Escrito por Sandra de Barraza.31 de Diciembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Este próximo año será el primer año preelectoral en un período de fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Se espera que sea un año en el que el período de aprendizaje del nuevo gobierno dé sus frutos. No dudo que el aprendizaje ha sido duro porque para nadie es fácil tener que acomodar obligadamente sus promesas de campaña al marco legal. Se llega a gobernar en nombre del pueblo y todo se tiene que hacer apegado a la ley. Y apegarse a la ley obliga a medir tiempos para los trámites y obliga, guste o disguste, a un cuidadoso proceso de planificación y coordinación para ejecutar y ver resultados.
Hasta la fecha pocos resultados se han visto. Lo que realmente importa ha estado entrampado en trámites y más trámites. La construcción de vivienda, todas esas viviendas que se perdieron con la tormenta Ida, han ido surgiendo a cámara lenta. Los terrenos, los permisos, el financiamiento y tantas más explicaciones que hay, pero lo cierto es que, según la información pública disponible, el Viceministerio de Vivienda ejecutó la quinta parte de la inversión pública asignada. El FOVIAL llegó casi al 30% de la ejecución. Y la CEL ejecutó el 16% de su inversión. Las lluvias afectaron el diseño millonario. “Falló” fue una de las explicaciones que en su momento se escucharon. La vivienda y la infraestructura pública son fundamentales para dinamizar la economía en el corto plazo porque generan empleo de forma inmediata. ¿Entonces? Nuevamente queda demostrado que el problema no es de disponibilidad de financiamiento. El desafío es de capacidad de ejecución. Indiscutiblemente el presupuesto de funcionamiento se ejecuta porque son salarios y servicios, pero... la inversión demanda, insisto, planificación y capacidad ejecutiva porque en este tema, los ahorros no interesan.
Hasta la fecha, pocos resultados se han visto. El tema de inseguridad queda con saldo rojo. Qué bueno que disminuyeron los homicidios y que se brinda por ello. Qué malo que continuemos compitiendo con el puesto número uno en inseguridad y que familias enteras tenga que emigrar por la misma inseguridad. Llega la “seguridad” y nada pasa. En este tema, como en el del transporte público se necesitan medidas radicales como las que recientemente se conocieron de cambio total en el personal que custodia de centros penales. En todos debería suceder esto y en todos deberían adoptarse restricciones de visitas. Los centros penales, por las condiciones de hacinamiento, se han convertido en centros de operación y escuelas de entrenamiento de delito. ¿Ayuda la Fuerza Armada? Indiscutiblemente, pero es insuficiente. ¿Se ha evaluado utilizar infraestructura disponible en la Fuerza Armada para disminuir el hacinamiento en los centros penales? Ya se habla de Estado de Sitio y esto –disculpen– reflejaría el fracaso de la política pública en el tema de seguridad. Hay propuestas, hay inquietudes, hay financiamiento y disposición a la colaboración. ¿Qué pasa? En este tema se requiere una movilización total, pero esto exige un plan de acción integral, claro y compartido. ¿Se tiene? Mucho anuncio pero resultados ínfimos.
Hasta la fecha pocos resultados se han visto o ¿poco se han aprovechado los resultados? Existen expectativas sobre los resultados del Consejo Económico y Social (CES), pero hasta la fecha el único tema que sale a la luz pública y con mucha dificultad y contradicción es el tema fiscal. Pareciera que la vida del país inicia y finaliza en y con este tema. No dudo que el tema de reforma fiscal y reforma tributaria son indispensables, pero ¿por dónde empezar? Es la pregunta. Cuando he tenido oportunidad de comentar esta inquietud, expreso que es fácil ponerse de acuerdo sobre reformas cuando se sabe y se comparte el destino del financiamiento. ¿Cuáles son las prioridades de desarrollo? ¿Cuánto cuesta financiarlas? ¿Cuáles son las fuentes disponibles? Un sector del CES, el sector laboral, hizo una propuesta pública sobre las prioridades para el desarrollo. ¿Se ha considerado la propuesta como documento de trabajo para la construcción de propuestas compartidas? Hubo poca difusión y mucho menos comentarios, opiniones o críticas sobre este esfuerzo. ¿Entonces?
El próximo 16 de enero estaremos llegando a los 19 años de la firma de los Acuerdos de Paz. Hemos acumulado experiencia y conocimiento sobre la vivencia en democracia, pero lograríamos mucho más si demostramos y nos demostramos la capacidad de tomar mínimos en beneficio de todos.
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