Ricardo Chacón.19 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Mire usted, ahora resulta que el culpable de que no se superen todos los supuestos hallazgos de irregularidades que revela una auditoría interna (por supuesto no definitiva) en el ISSS es o de los auditores o de la fuente que reveló el informe… esto no es más que coger el rábano por las hojas.
Como también lo es la interpretación que hace la flamante organización no gubernamental que sigue los casos de transparencia en el país, donde celebra con gran pompa la aprobación de la Ley de Acceso a la Información Pública por parte de los diputados (aunque aún falta la ratificación del Ejecutivo), pero que únicamente le dedica dos líneas a los casos más sonados de falta de transparencia y que rayan con la corrupción.
Precisamente porque a semejanza de los rábanos, la corrupción y la falta de transparencia, crece bajo la tierra, extraer y utilizar la parte comestible no se limita a cogerla únicamente por las hojas.
Pero permítanme centrarme en un tema de suma importancia no sólo para los capitalinos sino también para el país; tiene que ver con la dinámica de los rábanos pero que se refiere a la cuestión del transporte público.
Ahora resulta que la "vieja idea" del ex alcalde Mario Valiente, de construir un transporte masivo, moderno que movilice a la población salvadoreña por el Gran San Salvador (él lo llamaba metro) ahora es planteado, con bombo y platillo, por el actual viceministro de Transporte que le llama buses articulados y que forma parte del llamado Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss).
El ahora alcalde de San Salvador, durante la campaña preelectoral, prometió el metrobús, desde Santa Tecla hacia Ilopango y desde Apopa a San Marcos.
Hay que ser serios y decirlo sin tapujos, se trata de un proyecto necesario, urgente para San Salvador; también hay que decirlo con claridad, se trata de un proyecto de nación que no puede echarse andar ni por una alcaldía ni por un solo gobierno, aunque sea "el del cambio".
Es un proyecto que requiere gran inversión, que no puede salir solamente de las arcas del gobierno ni sólo de préstamos, requiere de la inversión privada; además, y esto es clave, la participación de todos los sectores, comenzando por los buseros, los dueños de negocios, los alcaldes del Gran Salvador. Todos estos actores, y muchos más, deben de involucrarse.
Sin duda alguna un proyecto de esta dimensión requiere de un liderazgo claro y contundente, también de una visión de mediano y largo plazo; esto explica el porqué ahora tanto el gobierno central como la alcaldía de San Salvador, se pelean la puesta en marcha de esta iniciativa a todas luces de gran urgencia.
No nos equivoquemos y no estemos tratando de coger el rábano por las hojas; no debería ser así pero lo es, se trata de un problema político, en el que los dos grandes partidos, ARENA y el FMLN, son incapaces de ponerse de acuerdo para trabajar juntos y echar a andar este proyecto que beneficiaría no sólo a ambos institutos sino también a toda la población, al país entero.
Se carece de una visión de país, donde no sólo entra en juego la necesidad de llevar adelante estudios técnicos y financieros de solidez sino además, que estos sean puestos en marcha a través de un horizonte de mediano y largo plazo de El Salvador que queremos.
El golpe publicitario del actual viceministro de Transporte ha sido grande, como también lo fue en su momento el del alcalde de San Salvador, pero esto no basta, sobre todo cuando no se ha movido ni un dedo, ni uno, para lograr una visión de mediano plazo, mucho menos a incorporar a todos los sectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.