Un cable diplomático filtrado por WikiLeaks el sábado reveló que el ex embajador en Honduras, Charles Ford, se refirió al entonces mandatario hondureño como un adolescente rebelde al que le molestaba "la mera existencia del Congreso, la Fiscalía General y la Corte Suprema".
13 de Diciembre. Tomado de El Faro.
Un embajador saliente de Estados Unidos en Honduras describió al entonces presidente Manuel Zelaya como un "adolescente rebelde" con vínculos con la delincuencia organizada que secretamente quería convertirse en mártir, según un cable diplomático filtrado el sábado por el sitio WikiLeaks. Sin embargo no reveló detalles concretos que fundamentaran su acusación.
El mensaje, fechado el 15 de mayo de 2008 y firmado por el embajador Charles A. Ford, fue escrito un año antes del golpe de Estado que derrocó a Zelaya y sumió al país centroamericano en una crisis de varios meses.
En el cable, dirigido al embajador entrante Hugo Llorens, Ford describió a Zelaya como alguien errático y poco confiable. "No estoy en condiciones de informarle a Zelaya sobre acciones policiales delicadas y contra el narcotráfico, debido a mi preocupación de que esto pondría en peligro la vida de funcionarios estadounidenses", escribió Ford, según el cable clasificado como "secreto" y publicado el sábado por el sitio de filtraciones de documentos.
Zelaya, que continúa exiliado en la República Dominicana, tuvo cuando fue presidente un cambio ideológico gradual hacia la izquierda y relaciones cada vez más estrechas con su par venezolano Hugo Chávez que alarmaron a poderosos líderes empresariales de Honduras y lo distanciaron de su propio partido político.
"El objetivo principal de Zelaya, siempre el adolescente rebelde, en el cargo (de presidente) es enriquecerse él y su familia, dejando un legado público como un mártir que trató de hacer el bien, pero fue frustrado en todo momento por poderosos intereses no identificados", escribió Ford en el memorando.
Pero Zelaya refutó los juicios, los que calificó de "acusaciones criminales y temerarias que constituyen delito de difamación y calumnia, y una afrenta a la dignidad del pueblo de Honduras".
Indicó que "es curioso que hasta ahora Estados Unidos no haya sido capaz de demostrar un solo vínculo con el crimen organizado, ni la conexión con Cuba, Nicaragua y Venezuela en los supuestos actos de corrupción que cometí durante mi mandato".
Zelaya sostuvo que "no me arrepiento de ninguna de mis acciones como presidente... al final que lo diga Ford, que lo diga el imperio norteamericano, solo me engrandece como ser humano... y hace más grande e invencible la lucha del pueblo hondureño". "En estas acusaciones graves y sin fundamento de Ford, llenas de escarnio, se dejan al trasluz los métodos antojadizos que usan los diplomáticos de la autoproclamada democracia más antigua del mundo", afirmó.
Funcionarios estadounidenses dijeron que no harían declaraciones sobre el documento filtrado y un asistente de Zelaya no respondió de inmediato a un pedido de entrevista de The Associated Press.
Zelaya, hijo de un terrateniente acaudalado en cuya hacienda ocurrió una masacre de activistas de izquierda en la década de 1970, nunca terminó la secundaria y "ha actuado toda su vida de esta manera juvenil y rebelde", agregó Ford.
El diplomático indicó que al presidente le molestaba "la mera existencia del Congreso, la Fiscalía General y la Corte Suprema". Precisamente el conflicto de Zelaya con esas tres instituciones y el ejército llevó al golpe de estado en su contra.
Zelaya desobedeció una orden de la Corte Suprema de cancelar un referendo para preguntar a los ciudadanos si apoyarían un voto para modificar la Constitución. Zelaya había dicho que su objetivo era desmantelar un sistema político rígido en el que unas cuantas familias acaudaladas decidían todo.
Los críticos temieron que utilizaría la votación para eliminar los límites a los mandatos presidenciales y presentarse a una reelección, algo en que Chávez y otros líderes latinoamericanos de izquierda han tenido éxito.El ejército exilió a Zelaya el día que se realizaría el referendo y el Congreso votó a favor de retirarlo del cargo.
Llorens, actual embajador estadounidense en Honduras, condenó el golpe de estado tanto en público como en privado. Sin embargo, su país, Estados Unidos, terminó siendo tibio al referirse a los golpistas, aunque fue también una filtración de WikiLeaks la que reveló que Llorens informó a Washington que sin duda el derrocamiento se trataba de un golpe de Estado, ilegal e inconstitucional, y producto de una conspiración entre el Congreso, la Corte Suprema y los militares hondureños.
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