Comentarios mas recientes

2010/05/21

LPG-Volvemos al tema vital de los debidos controles

 Venimos de una larga época en la que lo público era prácticamente inaccesible, debido al manejo prepotente del poder. Con la llegada de la democratización eso comenzó a cambiar, aunque de una manera bastante insegura y zigzagueante.

Escrito por Editorial.21 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

En tiempos recientes, el tema de la falta de adecuados controles para salvaguardar derechos ciudadanos o para asegurar comportamientos gubernamentales claros y correctos ha estado cada vez más presente en la agenda nacional. Los precios de los medicamentos y las maniobras oscuras en las licitaciones y adquisiciones públicas son sólo dos ejemplos de lo que es un gran muestrario de áreas y actividades en las que no existe el debido control que deriva de la práctica efectiva del Estado de Derecho. Los poderes públicos parecen haberse habituado a ir funcionando en forma que siempre se halla en el filo entre la legalidad y la arbitrariedad, y eso es así porque en nuestro país, por tradición bien arraigada, los intereses sectoriales, grupales y personales tienden a prevalecer sobre el interés nacional, aunque la letra de la Constitución mande lo contrario.

Los debidos controles son, pues, una tarea que va quedando pendiente, en la medida que esa tensión de intereses hace los consabidos forcejeos. Para volver a ejemplificar, basta con conocer la suerte que han corrido y siguen corriendo iniciativas como la de una ley para el ordenamiento y el desarrollo territorial y otra para la transparencia y el acceso a la información pública. Argumentos para retrasar la urgente existencia y vigencia de ambas son tan conocidos que ya resultan trillados. Lo cierto que, en estos y en muchos otros temas, lo que no se quiere es aplicar controles realistas y razonables.

Y cuando dichos controles no existen la primera que está en riesgo es la libertad bien entendida, aunque, paradójicamente, el argumento más socorrido para evitar controles de cualquier tipo sea la salvaguarda de la libertad.

No admitir ninguna impunidad

Cuando se habla de transparencia en el ámbito político, lo que se quiere decir es que todo lo referente al hacer público pueda verse con absoluta claridad, y que además los ciudadanos cuenten con las vías de acceso suficientes para llegar a la información necesaria que garantice el conocimiento pleno de las decisiones, de su curso de realización y de sus resultados. No es admisible ni excusable, bajo ninguna circunstancia o pretensión justificativa, que se den casos como el del Bulevar Diego de Holguín.

Venimos de una larga época en la que lo público era prácticamente inaccesible, debido al manejo prepotente del poder. Con la llegada de la democratización eso comenzó a cambiar, aunque de una manera bastante insegura y zigzagueante. En los tiempos más recientes, a la luz de la dinámica comprobada del proceso mismo, que condujo a la alternancia en la que ahora nos movemos, la presión ciudadana unida a la voz de entidades de prestigio académico y social mantiene la demanda de transparencia en una de las primeras líneas del interés nacional.

Los debidos controles y la debida transparencia van y deben ir de la mano en todo momento con el esfuerzo democratizador. Ya nada de esto debe ser visto como expresión de iniciativas ocasionales o surgidas del arbitrio de los funcionarios. Se trata de exigencias que están en la médula dinamizadora del proceso que vivimos, y que como tales son representativas de la buena salud básica de dicho proceso.

Volvemos al tema vital de los debidos controles

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.