Lo innovador del ITCA, entre otros aspectos, fue combinar la enseñanza teórica con prácticas en los excelentes y muy completos talleres y laboratorios que el gobierno inglés donó
Editorial.26 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
El ITCA, Instituto Tecnológico Centroamericano, ha contribuido grandemente a la formación de técnicos de nivel intermedio, situado entre profesionales de ingeniería y egresados de centros a nivel de bachillerato. De mucha importancia es que el ITCA ha servido como modelo para otros institutos especializados tanto de nuestro país como de la región centroamericana.
Pese a sus logros, empero, alguien ha tenido la gran pensada de suprimir al ITCA una parte sustancial del subsidio estatal, lo que obviamente reduce las becas que se brindan a estudiantes de escasos recursos y limita sus servicios.
Nosotros tuvimos el privilegio de ser parte del grupo que planificó la fundación del ITCA, dio cuerpo a su estructura legal y académica, colocó la primera piedra, materializó el sueño y sirvió por varios años en su directiva.
El ITCA nació como un proyecto de asistencia del gobierno británico a El Salvador y fue parte de instituciones de formación técnica que operan con éxito en gran número de países y todos los continentes. Su objetivo era llenar la brecha entre la enseñanza secundaria y escuelas vocacionales, y la educación universitaria; se tenían operarios o se contaba con ingenieros, pero no había, entonces, técnicos con conocimientos más especializados y sobre todo con saberes prácticos. Las carreras universitarias estaban en ese entonces limitadas a ingenieros civiles, arquitectos y agrónomos.
Quien esto escribe hizo un viaje a Inglaterra (pagado con fondos propios) para visitar instituciones similares, ver cómo funcionaban y recibir consejos y sugerencias. Más adelante también visitó un centro de parecida finalidad aunque de menor nivel, en Buitrago, España. De igual manera, otros miembros del grupo también aportaron sus experiencias.
Perder el paso en el mundo actual
Lo innovador del ITCA, entre otros aspectos, fue combinar la enseñanza teórica con prácticas en los excelentes y muy completos talleres y laboratorios que el gobierno inglés donó, lo que daba y sigue dando al estudiante el "saber hacer" con sus manos, las adecuadas herramientas, sus conocimientos, su criterio y su responsabilidad. Por ejemplo, el estudiante en el ramo eléctrico aprende de motores pero también los desarma y repara, como sus compañeros en otras disciplinas. Como decía Viera Altamirano, por las manos es que entra gran parte del saber que se utiliza en la vida.
El ITCA sufrió en los años de la agresión, e inclusive sus instalaciones fueron usurpadas más tarde por las autoridades de Educación mientras construían las propias. Desde hacía un tiempo el gobierno inglés, siguiendo su política de dar a luz y enseñar a caminar al bebé, dejó de subsidiarlo, suponiendo que en todo país civilizado se aprovechan y agrandan los centros de formación para jóvenes que han demostrado capacidad.
No se puede hablar del ITCA sin recordar a quién fue su director durante muchos años, Sir Denis Martin, educador e inspirador, quien nunca cejó en su empeño y vocación de hacer de los jóvenes bajo su tutela, profesionales capaces y personas honorables. El éxito que tuvo y que ha tenido el ITCA se confirma de manera contundente en un hecho: que sus graduados salen con un empleo, pues en el sector productivo se les valora por capaces.
En un mundo globalizado y crecientemente competitivo, centros como el ITCA hacen la diferencia entre desarrollo y retraso, prosperidad y miseria.
Y ni siquiera el ITCA pudieron financiar con dinero propio? Pidones...
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