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2010/05/31

RAICES - La línea divisoria-Periodismo Alternativo desde El Salvador

 Carlos Abrego .31 de Mayo.Tomado de Raices.

 

La situación política en El Salvador es compleja. No obstante la complejidad no reside en que no podamos distinguir claramente el espectro clasista de las fuerzas en presencia. La complejidad ha aparecido en la escena política a raíz de que el sufragio diferenciado entre las elecciones legislativas y las presidenciales no ha permitido definir claramente una mayoría presidencial. Es esta circunstancia que ha propiciado la aparición en algunas votaciones legislativas de alianzas impensables antes del 2009. La Asamblea sigue siendo de derecha mayoritariamente.

Es esta circunstancia que ha permitido la ambigua actitud de Mauricio Funes. Este hecho ha venido a agregar incertidumbre en el panorama. Es cierto que la derecha ya no tiene todas las riendas en sus manos y que por primera vez en la historia nacional un presidente con un programa de izquierda, sostenido por un partido de izquierda ha accedido al Ejecutivo.

El resultado de las elecciones imponía a las fuerzas de izquierda tener claros los objetivos a alcanzar, medir exactamente qué era posible y qué tenía que esperar. Pero incluso lo posible no iba a ser, no podía ser una cosa que iba a ser admitida por la derecha de manera automática, para obtener esos objetivos se imponía crear condiciones favorables a través de la movilización popular.

El candidato no presentó nunca un plan de gobierno, un calendario de medidas, sus prioridades. El Fmln tampoco ha presentado dentro de su programa las reformas que le parecen urgentes, indispensables o inaplazables. En este sentido, podemos afirmar que el derrotero es totalmente incierto.

Es dentro de este marco general que Mauricio Funes ha optado por definirse independiente del partido que lo llevó al Ejecutivo, que le ha permitido declararse presidente de “todos los salvadoreños”, incluyendo en este “todos” a la oligarquía nacional. Es este marco que le ha permitido pasar todo el primer año sin emprender una medida realmente innovadora y en claro beneficio por las clases necesitadas. Siguiendo el ejemplo del ex presidente Saca, con pitos y flautas, entrega títulos de propiedad de parcelas a campesinos o terrenos en las márgenes urbanas a los ocupantes. El hecho de que estas entregas sean cuantitativamente superiores a lo que hacía Saca, no le confiere una calidad distinta a esta medida. Estos títulos de propiedad serán temporarios de hecho, pues quienes los reciben no tienen medios para hacerlos fructificar. El presidente lo sabe y les pide a los campesinos que no vendan esos terrenos, que los conserven. Lo mismo se puede decir de las medidas que desde el Ministerio de Educación ha promovido Sánchez Cerén. Por supuesto que estas medidas alivian el bolsillo de las familias populares. Pero la medida que con tanto ahínco y perseverancia exigían los dirigentes del Fmln: el substancial aumento del salario mínimo parece olvidada y reposa en el fondo muerto de la gaveta de las promesas olvidadas. ¿Cuántas otras también han sido olvidadas? Algunas podemos afirmar que han sido abandonadas, como volver a la moneda nacional, abolir la nefasta “ley de amnistía”.

Los episodios legislativos de la anulación de las cuotas telefónicas y del nombramiento del presidente del RNPN, que pusieron de manifiesto con mayor amplitud el desacuerdo y la separación entre Funes y el Fmln, no han servido para aclarar el panorama. La actitud de los dirigentes del Fmln que fue de callar y otorgar durante la campaña electoral, cuando el candidato Funes abiertamente se declaraba hostil al socialismo, cuando declaraba sus preferencias ideológicas, etc. se ha vuelto ahora en casi justificación, cuando tratan de hacernos creer que nada los separa del presidente, que nada los divide, que Funes sigue siendo del Fmln. Todo esto forma parte de lo que he llamado complejidad de la situación.

A esto hay que agregarle que el presidente ha decidido crear su propio movimiento con el que pretende perennizarse en el terreno político. Funes está convencido que su movimiento puede acaparar ya medio millón de votos, suponiendo que es válida su aritmética electoral y que los “amigos de Funes” realmente aportaron esos votos para su elección. Creo que no toma en cuenta la dinámica electoral creada por el Fmln y el desgaste político de Saca y de Arena. No obstante los movimientos políticos que han surgido en la izquierda o en el centro han sido hasta ahora en su gran mayoría desgarramientos del Fmln. Por primera vez surge un nuevo movimiento que puede pretender a cierta aureola de izquierda desde la función misma de la presidencia de la República. Digo cierta aureola de izquierda, pues Mauricio Funes ha dejado claro que sus alianzas pueden ir hacia cualquier borde político.

Los otros movimientos fracasaron, creo que la visibilidad de Funes, mucho mayor que cuando era comentarista, sus aliados económicos, sus potenciales financieros permiten suponer que no se trata de un movimiento efímero y sin importancia. Es un movimiento que aparece en vistas a las próximas elecciones legislativas, que van a dar lugar a todo tipo de transacciones y negociados. Las próximas elecciones van a definir el reparto de votos en la derecha, sobre todo entre Arena y GANA. Los partidos PCN y PDC posiblemente sean esta vez completamente laminados y desaparezcan. El Fmln va a buscar obtener la mayoría que le permita realizar su política. ¿Cuál va a ser en este cuadro el papel del “Movimiento de amigos del cambio”?

Desde ahora podemos decir que Funes lo ha dicho claramente, este movimiento surge para apoyar su política y sus alianzas pueden ser variables. El presidente en esto ha actuado como si el Fmln no fuera su apoyo político, como si no fuera el partido que lo llevó al poder. El presidente necesita poder elegir quien debe apoyarlo. Quienes piensen que Funes no es capaz de optar por un partido o por los partidos de derecha, pues ya hay suficiente material político para dejar de lado las conjeturas.

Es por eso que debemos volver a la vida real y a partir de ella definir el espectro político nacional. Un partido no puede definirse por sus declaraciones, sino que por sus acciones. La línea divisoria son los intereses de las clases trabajadoras. Es por eso que se vuelve urgente definir la lista de las medidas más urgentes. Es por eso que es necesario que las luchas sociales por el bienestar popular vuelvan a la primera plana e impongan su fuerza irresistible.

No se puede esperar el momento de la campaña electoral, la lucha tiene que ser permanente, es necesario seguir con la denuncia del sistema opresor, hay que mostrar que el sistema ha sido incapaz de resolver los problemas nacionales en todos los aspectos de la vida social. La oligarquía y sus servidores se han negado ceder la más mínima parcela de su poder económico y social. La salud sigue siendo un problema diario para la mayoría de las familias salvadoreñas, el poder adquisitivo es bajo, la alimentación para muchas familias es escasa y de baja calidad, el nivel educativo es deplorable. Esta situación puede cambiar únicamente si se combate abiertamente el poder oligárquico. Para ello es necesario combatir su dominación ideológica, resquebrajar su hegemonía social. Esta labor no se lleva solamente en el hemiciclo legislativo, sino que en las calles, en los barrios, en las puertas de la vecindad. En las empresas, donde es urgente organizar a los trabajadores con un claro contenido de clase. Es necesario elevar el nivel combativo del pueblo y cultivar su consciencia

RAICES - Periodismo Alternativo desde El Salvador

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