Escrito por Juan A. Valiente.26 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
En el mes de enero la Defensoría del Consumidor declaró improcedente la demanda contra una empresa proveedora dado que "el contrato de compraventa electrónica se efectúa entre ausentes". No sirvió de prueba el estado de cuenta con el cargo por más de mil dólares. No sirvió la carta de la empresa nacional proveedora, donde establece que "nosotros como Compramerica garantizamos la entrega de su laptop en el período de 10 días hábiles a partir de esta fecha, esto es el día 15 de julio de 2009, de lo contrario Compr@mericA hará la reversión completa a su persona cancelándole la compra realizada por su persona". No fue suficiente.
La Defensoría ha sido creada para proteger los derechos de los consumidores buscando equilibrio, certeza y seguridad jurídica en sus relaciones con los proveedores. Ha sido un proceso de aprendizaje para todos y en general ha dado buenos resultados. De hecho ha sido para muchos una bendición el contar con esta Defensoría desde su creación en el año 2005. Y aparentemente por las declaraciones de la misma entidad se "logró en el último año resultados ejemplarizantes, al declarar como ilegales varias prácticas empresariales, las que también fueron objeto de severas multas".
Personalmente he podido beneficiarme de un reclamo ante la Defensoría por publicidad fraudulenta. Reconozco los esfuerzos que la institución está haciendo, especialmente en casos de cobro ilegal de intereses y recargos a tarjetahabientes, de no entrega de los bienes o servicios contratados entre presentes y hasta en elementos menos relevantes, pero siempre importantes, como la no entrega de pagarés cuando se cancela la deuda, el uso del tamaño mínimo de letra requerido para los contratos y el uso de términos que induzcan al consumidor inadecuadamente como por ejemplo con promociones supuestamente por tiempo indefinido. Las multas en este primer año de gestión han ascendido a un poco más de un millón de dólares.
En general las prácticas empresariales referidas no habrán tenido en su génesis el interés de dañar al consumidor, aunque tampoco habrán buscado protegerlo. Debemos reconocer que también las empresas han aprendido en este proceso y se han educado, no sólo en los requerimientos de ley, sino que también en su necesidad estratégica de guiarse por lineamientos de responsabilidad social.
La era digital, sin embargo, nos está pasando por encima y las instituciones del Estado siguen al parecer sin disposición para tomar la iniciativa, a excepción de unidades como ITIGES, que lidera la transformación informática en el Gobierno.
No es posible que la Defensoría opte por no aprovechar las disposiciones de la ley argumentando la ausencia de otras disposiciones legales que lo harían más fácil. Lamento ahora que los medios de comunicación no hayan publicado antes, sino hasta el mes de diciembre del año pasado, las 179 denuncias que Compr@mericA tenía ya en la Defensoría del Consumidor por supuestamente incumplir con la entrega de compras en línea, sumando 347 denuncias en cuatro años. En ese contexto la resolución del Tribunal Sancionador es todavía más inaudita y la falta de liderazgo de la Defensoría en la promoción de la ley de comercio electrónico inexcusable.
No fue suficiente el cargo en la tarjeta de crédito. No fue suficiente la carta de la empresa proveedora haciéndose responsable de la falta de entrega. Haber argumentado contratación entre ausentes es ir contra el espíritu de la ley. Y además no fue contrato entre ausentes, porque personal de la empresa consumidora se hizo presente en las oficinas del proveedor y fue atendido por personas de carne y hueso. Defendieron al proveedor y no al consumidor. A estas alturas ya está la demanda en la fiscalía por estafa agravada. ¿Creen Uds. que hemos sido informados oficialmente al menos una sola vez de cómo va el proceso? El Estado tiene el imperativo de defender a los consumidores. ¿Dónde denunciamos a las instituciones que incumplen su mandato?
elsalvador.com :.: No hay Defensoría del Consumidor en Internet
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