La mentalidad de la izquierda es dar el pedazo de pan, la ayuda familiar o uniformes, a cambio de lealtad política a los que reparten. Les dan zapatos pero los ponen a marchar
Editorial. 27 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
El sabio chino Kuan-tzu marcó la diferencia entre repartir sin sentido creando dependencias, y dar para construir: si regalas un pescado a alguien, comerá una sola vez; si le enseñas a pescar, comerá toda su vida. Hay otras dos variantes: enseñar a robar pescado, o repartir pescado que se robó a otros, como lo hacía Robin Hood y es la "política social" de déspotas como los Castro, Chávez, Correa y Ortega. La catástrofe económica y humana de Cuba, la ruina de Nicaragua, el creciente desastre de Venezuela es resultado de las políticas del robo versus las políticas de fomentar la producción, hacer que cada persona y cada grupo social se responsabilice por su ingreso y su bienestar, lo que no excluye que se ayude a personas y grupos que no se pueden valer por sí mismos.
El problema que como país hemos comenzado a padecer es la supresión o disminución de subsidios a entidades que capacitan a jóvenes en oficios y profesiones e inclusive a organizaciones humanitarias, para sostener programitas-ocurrencia de consumo, no para capacitar.
Los repartos son la versión actual de la costumbre de los barones del Medievo de arrojar monedas al vulgo cuando transitaban por la calle; los que tenían la suerte de coger una de las piezas comían unos cuantos días, pero su pobreza continuaba. En general se sabe que los repartos se prestan a favoritismos, generan corrupción y caen en la ineficiencia, a lo que se debe sumar el costo de la burocracia que reparte.
Necesita el país gente responsable y capaz
Hay en esto otros dos graves problemas: el primero, que los profesionales en producción son la base del desarrollo y el mejoramiento de los niveles de vida de un país. Reducir los subsidios a entidades que forman ingenieros y técnicos es cortar alas a las posibilidades de vida de todos los pobladores; si queremos que los niños y jóvenes de hoy tengan un futuro distinto a continuar en la pobreza, la única apuesta con sentido es que en el futuro haya una base profesional más capacitada y abundante de la que se tiene hoy.
Lo segundo, que si bien hay que apoyar a los escolares de comunidades deprimidas (y son deprimidas precisamente por la falta de inversión productiva en ellas), lo peor que se puede hacer es generar dependencias sicológicas, formar generaciones que viven de lo que les reparten, sean remesas familiares o programas de gobierno.
Lo tercero, la mentalidad de la izquierda es dar el pedazo de pan, la ayuda familiar o uniformes, a cambio de lealtad política a los que reparten. Les dan zapatos pero los ponen a marchar; les reparten comida pero a cambio de adherirse a los movimientos "sociales", que son mecanismos de obediencia y asimismo de embrutecimiento.
Se trata de asistencia-carnada.
Los ejemplos sobran, comenzando por la norma que se aplica en la UES: becas, ayudas, viajes, etcétera, son dispensados a los que obedecen y se adhieren a los diversos movimientos manipuladores, condicionándolos en su pensamiento y su conducta. O utilizando una graciosa expresión de los últimos tiempos, las fábricas de fanáticos.
Enseñar a pescar es desarrollar iniciativa, independencia, responsabilidad, orgullo en lo que se hace. Es lo que el ITCA, FEPADE, el Tin Marín y tantas buenas organizaciones hacen gracias al apoyo en contribuciones, pero sobre todo, tiempo y saber de salvadoreños capaces.
elsalvador.com :.: No regalen el pescado, sino enseñen a pescar
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