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2010/05/31

LPG-Foro Económico

El problema de fondo es el agotamiento del tipo de funcionamiento de la economía salvadoreña, o de su esquema de crecimiento.

Escrito por Roberto Rubio-Fabián.31 de Mayo.Tomado de La Prensa Gráfica.

La semana pasada, la FUNDE organizó el Foro “La situación económica de El Salvador y sus perspectivas”. La calidad profesional de los panelistas (Armando Arias, Juan Héctor Vidal, William Pleitez, Ricardo Perdomo, Roberto Rivera Campos y Rafael Barraza), así como la diversidad de enfoques en los análisis, le brindó al Foro la altura y riqueza cognoscitiva esperada.

Una de las interrogantes que estuvo circulando durante el Foro fue por qué la crisis internacional nos golpeó más fuerte que otros países latinoamericanos, y por qué somos de los países que más está tardando salir de sus negativos efectos. Para el caso, según la mayoría de pronósticos, la economía salvadoreña será una de las que menos crecerá en el continente en 2010.

Durante el debate se destacó la variedad de las causas explicativas de la situación anterior. Me llamaron la atención dos de ellas. En primer lugar, algunos panelistas plantearon que el problema de fondo es el agotamiento del tipo de funcionamiento de la economía salvadoreña, o de su esquema de crecimiento.

Esto explicaría el hecho que nuestra economía, no solo ahora sino desde hace más de 20 años, venga siendo una de las economías que experimenta menor crecimiento en Latinoamérica. A esto han contribuido varios factores: el carácter consumista de la economía y sus bajos niveles de ahorro e inversión tanto pública como privada; la dependencia excesiva de las remesas; la debilidad del Estado y de la política económica, especialmente la fiscal; la poca diversidad del aparato exportador; los bajos niveles de productividad y competitividad, entre los más destacados.

Una economía no puede ser dinámica ni sostenerse consumiendo mucho más de lo que produce, gastando más que ahorrando e invirtiendo, sacando más dólares de los que entran, basando su poca riqueza en los pobres que exporta, invirtiendo a corto plazo más que a largo plazo, sin mercados competitivos y sin apuestas en productividad; con un Estado, como dijo uno de los ponentes, “que es grande para cosas pequeñas pero pequeño para cosas grandes”. En este contexto, la crisis financiera mundial es un factor coyuntural que viene a profundizar un mal estructural.

Otro elemento a destacar del Foro, más de orden coyuntural y que se escucha en otros espacios, es la tesis que los factores que actualmente están bloqueando la dinamización de nuestra economía son más de tipo político, como de gerencia pública, que económico. La falta de previsibilidad económica y sobre todo política no está contribuyendo al despliegue y atracción de la inversión; un crecimiento económico, que en momentos de estreñimiento fiscal, depende mucho más del crecimiento de la inversión privada interna y externa.

En este sentido, a los problemas estructurales de la economía salvadoreña se le estarían sumando aspectos coyunturales de gestión pública y de orden político que no abonan a la necesaria previsibilidad económica (falta de precisión de las prioridades económicas gubernamentales, carencia de plan, poca claridad sobre apuestas productivas estratégicas, falta de una estrategia explícita de crecimiento y desarrollo), como tampoco a la previsibilidad política (cambio en el mapa político partidario, opacidad en las alianzas políticas, falta de diálogo y entendimiento, dudas sobre la continuidad del proceso democrático ante la creciente fuerza de posiciones autoritarias al seno de la izquierda y la derecha).

Todo ello produce, junto a una mayor y a veces caótica protesta social y a la fuerte inseguridad ciudadana, un ambiente de incertidumbre y desconfianza poco favorable a la inversión. En parte por ello, algunos panelistas sostuvieron que el problema actual es más político que económico, y que muchos potenciales que tiene nuestra economía para salir de la crisis, como la abundancia de liquidez, no están siendo aprovechados.

Finalmente, la mayoría de panelistas destacó la importancia y necesidad de la búsqueda de acuerdos y entendimientos para salir del hoyo. Mientras esto no se dé, mientras los principales actores económicos, políticos y sociales no acuerden levantar una escalera para salir del agujero, seguiremos atrapados en él. Hay que recordarle a muchos de esos actores que, como dice una conocida máxima, no es cavando hacia abajo como vamos a salir del hoyo.

El presidente de la República es el llamado a dar el primer empuje, y a elaborar la ingeniería política que requiere todo proceso de entendimiento nacional. Esto no solo dará previsibilidad sino también mayores dosis de gobernabilidad. El presidente tiene frente a sí la posibilidad ser recordado como el presidente que logró el segundo gran acuerdo de Nación, esta vez no de la paz sino del desarrollo nacional.

Foro Económico

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