Ricardo Esmahan.01 de Junio. Tomado de EL Diario de Hoy.
Hemos sido testigos cómo a nivel mundial los medios de comunicación han ocupado gran cantidad de sus espacios para informar y analizar la crisis financiera que atraviesa la zona euro, debido a su inmensidad y las probabilidades de contagiar al resto del mundo. Esto ha obligado a los principales países de bloque a medidas drásticas para reducir el gasto público, ajustar sus presupuestos y reducir sus déficits fiscales.
Uno de los principales problemas radica en que los veintisiete miembros de la zona euro basan su institucionalidad en el Banco Central Europeo, que los obliga a tener una sola política monetaria, independientemente si geográfica o financieramente sus miembros son del norte o del sur. En esto radica la incertidumbre y es uno de los problemas fundamentales del euro.
Los rumores del derrumbamiento inminente de la eurozona siguen en boga, pese a los mejores esfuerzos de los europeos para sostener la unión monetaria. En el mundo financiero la frustración de Alemania ante la crisis, hace suponer que Berlín puede estar considerando dejar la eurozona.
El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, amenazó con cerrar los candados sobre la eurozona si Berlín no ayuda a Grecia. Mientras tanto, muchos en Alemania, incluyendo su canciller Angela Merkel, han pedido la creación de un mecanismo que se convierta en un ultimátum a Grecia y otras economías endeudadas y no competitivas de la eurozona, las cuales deben de suprimir gastos "irresponsables".
Rumores, insinuaciones, amenazas, sugerencias e informes, indican que un euro decreciente solamente beneficia el poder económico de exportación alemán. Y fuentes bien informadas señalan la conveniencia de una eventual salida de Alemania o en su defecto, una eventual expulsión de Grecia.
Pero es de considerar que Alemania es claramente el centro gravitacional económico en Europa y esta crisis ha mostrado que lo económico y la política son almas gemelas, y a no ser que Alemania esté de acuerdo, nada puede ser hecho. Alemania tiene un poder enorme de veto en asuntos económicos en Europa. Alemania es el único país con la capacidad de crear coaliciones alternativas, poderosas y cohesivas. Esto quiere decir que si la Unión Europea se debilita, Alemania tendría la voz más fuerte en su destino.
En estos momentos los alemanes trabajan asiduamente para reformular una nueva unión, a su gusto. Sólo Francia le es contestataria, una economía similar y vecina. Pero históricamente, esta semejanza en la estructura y la posición ha sido una fuente no de colaboración y alianza, sino más bien de competencia y roces. En la unión, con su amplia diversidad, Alemania y Francia han sido capaces de dejar de lado sus fricciones, encontrando el interés común. Además, la ventaja más grande que Francia tiene es aquella que Alemania añora: su amplio mercado.
Por otra parte, la alternativa histórica para Alemania ha sido Rusia y es de considerar esta alianza ante los problemas económicos que pueden conducir a un debilitamiento de la unión europea. Alemania es económicamente poderosa, pero necesita compañeros de coalición que contribuyan al bienestar alemán.
También es de considerar la opción de buscar la chequera de los Estados Unidos para salvar la situación europea. Sin embargo, el Senado norteamericano ya se pronuncio votando 94 a 0, a no financiar ninguna deuda si el Tesoro no puede certificar la probabilidad de conseguir el reembolso.
Sin duda alguna la crisis de deuda soberana de Europa se proyecta como la principal amenaza para la recuperación económica global. Y todo apunta a que deben resolverse los problemas fiscales y buscar al mismo tiempo que sus economías crezcan lo más pronto posible, asegurándose el no permitir situaciones como lo sucedido en Grecia.
elsalvador.com :.: Alemania y la salida de la crisis europea
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